¡°Que no vuelva a ocurrir¡±
Basterretxea se hallaba en el exilio cuando la Legi¨®n C¨®ndor arras¨® la villa El escultor pas¨® 11 a?os en Argentina y al regresar fue enviado a ?frica
Nestor Basterretxea (Bermeo, 1924) vivi¨® el bombardeo de Gernika en el exilio. Ten¨ªa 12 a?os cuando se vio obligado a huir con su familia ¡ªsu padre, Francisco Basterretxea Zaldibar, era diputado peneuvista en el Congreso¡ª a San Juan de Luz, en Francia, tras el avance de las tropas nacionales. Sentado en una cafeter¨ªa de la villa vizca¨ªna, recuerda, 75 a?os despu¨¦s ¡ª¡°soy m¨¢s viejo que la tos¡±, r¨ªe¡ª, una ¡°calle peatonal¡± en la que se cruzaban miradas c¨®mplices. ¡°Hab¨ªa personas de Eibar y de todos los pueblos que iban cayendo ante las tropas de falange. Se miraban y lloraban. Y yo me preguntaba por qu¨¦. Desde muy joven empec¨¦ a vivir dentro de un drama¡±, evoca para EL PA?S.
Por encima de las siglas
La figura de N¨¦stor Basterretxea emerge por encima de toda pugna derivada de su compromiso pol¨ªtico, siempre volcado con el nacionalismo y que tras la ruptura del PNV, qued¨® identificado con Eusko Alkartasuna (EA). No solo cuando se dispone a cumplir 88 a?os, sino por una trayectoria volcada con la cultura y la sociedad vasca a la que ha estado ligada desde dentro y fuera de Euskadi, en su condici¨®n de hijo de familia exiliada.
Basterretxea era, ayer, un hombre feliz. Aquel boceto donde quer¨ªa reflejar la singladura que supo la amarga experiencia de haber sufrido los efectos del bombardeo y la incorporaci¨®n a una vida en paz, quedar¨¢ para siempre inmortalizado en la escultura que todas las fuerzas pol¨ªticas compartieron en Gernika.
Bien es verdad que este insigne escultor vasco ha tenido que soportar algunas inc¨®modas situaciones en su trayectoria como escultor y de persona ligada a una opci¨®n pol¨ªtica. Le ocurri¨®, de hecho, en 2007 cuando tuvo que soportar c¨®mo se intentaba reducir la presencia institucional en aquel acto que supon¨ªa la entrega desinteresada a su Bermeo natal del conjunto escult¨®rico Cosmogon¨ªa Vasca.
En el 75? aniversario ayer del brutal ataque de la Legi¨®n C¨®ndor contra Gernika, el escultor y pintor inaugur¨® Agon¨ªa de fuego, ¡°la obra que m¨¢s intensamente¡± ha deseado realizar y que servir¨¢ para testimoniar ¡°el drama inolvidable¡± que vivi¨® la villa.
Enclavada ¡°exactamente¡± en el lugar en el que cay¨® la primera bomba, la escultura es, apunta Basterretxea, ¡°una cosa abstracta que si se explica se entiende¡±. El escultor destaca ¡°la violencia de las formas¡±. ¡°La diagonal es la pieza rectora, la que convoca a las dem¨¢s a sumarse para expresar el terrible momento de la explosi¨®n¡±, describe.
Una placa reza junto a la obra en euskera, castellano, ingl¨¦s y alem¨¢n: ¡°Escultura testimonial del b¨¢rbaro bombardeo que sufri¨® Gernika el 26 de abril de 1937. Una suma de formas compone la imagen de la muerte que nos lleg¨® desde el cielo¡±.
Agon¨ªa de fuego est¨¢ hecha en acero cort¨¦n, ¡°que se oxida hasta cierto punto y luego se para la corrosi¨®n. Eso no pasa con el hierro¡±, apostilla el autor. ¡°Y hemos hecho una plaza ad hoc bonita. Estoy contento. Por la noche unos focos rojos le dan dramatismo. Parece mentira que no hubiera nada parecido. Estaba el Picasso [en referencia al Guernica], que es una maravilla, pero no hab¨ªa una escultura", se asombra.
¡®Agonia de fuego¡¯ quiere expresar ¡°el dolor de la memoria colectiva¡±
La pieza pretende expresar ¡°el dolor que guarda la memoria colectiva¡±. Pero, al mismo tiempo, concede Basterretxea, ¡°podr¨ªa ser una escultura por la paz¡±. ¡°Ante una barbaridad como la que ocurri¨® en Gernika, en lo primero que piensas es en la paz. En las v¨ªctimas y en la paz. Creo que si la escultura es bien entendida, lleva a razonar que el bombardeo es algo que no debe volver a ocurrir. Perdonar s¨ª, pero olvidar jam¨¢s¡±, razona antes de agradecer al Ayuntamiento de Gernika y al Gobierno vasco ¡°el honor¡± de encargarle una pieza sobre el bombardeo.
Tras una breve estancia en San Juan de Luz, Basterretxea escap¨® junto a su familia a Par¨ªs. All¨ª les sorprendi¨® el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Tardaron ¡°a?o y medio¡± en llegar a Buenos Aires (Argentina). ¡°Fue un ¨¦xodo terrible, pero te acabas haciendo a todo¡±, cuenta. Lo peor es la angustia de ¡°no saber qu¨¦ te va a pasar al d¨ªa siguiente¡±. ¡°Ves a tu padre y a tu madre que lo est¨¢n pasando mal...¡±, evoca con emoci¨®n. 11 a?os despu¨¦s pudo regresar a Euskadi. ¡°?Pero los militares me mandaron a ?frica!¡±, enfatiza.
¡°Desde muy joven empec¨¦ a vivir dentro de un drama¡±, recuerda
Y todo por negarse a ir al consulado de Espa?a para que ¡°me pusieran el sello¡±. ¡°Yo era muy antifranquista y no me daba la gana... La vedad es que pod¨ªa haber ido, no me costaba nada¡±, concede. Pero no lo hizo pese a estar, a sus 27 a?os, ¡°reci¨¦n casado.
La estancia en ?frica no fue tan larga porque ¡°me quejaba mucho¡±, asegura entre risas. ¡°Al final, un coronel que era abogado me pregunt¨®: 'Basterretxea, ?qu¨¦ hace usted aqu¨ª?'. Yo le respond¨ª: '?Eso me pregunto yo, mi coronel!¡±, rememora.
¡°Me han dado palos por todas partes, pero al final he tenido suerte¡±, concluye cuando se le pide que eche la vista atr¨¢s. ¡°Salir vivo de todo aquel foll¨®n... Aqu¨ª [en Gernika] hay un mont¨®n de personas cuyos padres y abuelos murieron¡±, lamenta.
Basterretxea form¨® parte, a finales de la d¨¦cada de los cincuenta, de los grupos de vanguardia m¨¢s importantes del campo art¨ªstico nacional: el Equipo 57 y el Grupo Gaur, con Oteiza, Chillida, Mendiburu o Amable Arias, entre otros. En los sesenta trabaj¨®, sobre todo, en la decoraci¨®n de hoteles y el dise?o de muebles. Tambi¨¦n practic¨® la fotograf¨ªa experimental. Empez¨® a expresar su idea de lo vasco en los setenta. Utilizaba para sus esculturas vigas de madera de roble. En 1982, una obra suya que representaba un ¨¢rbol de siete ramas fue elegida para presidir el hemiciclo del Parlamento vasco. En septiembre de 1987 realiz¨® su primera exposici¨®n en Madrid, en el Museo Espa?ol de Arte Contempor¨¢neo.
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