M¨¢s ciudad, m¨¢s Europa
Los recortes presupuestarios y de derechos sociales alcanzan el lenguaje pol¨ªtico
Los recortes presupuestarios y de derechos sociales alcanzan el lenguaje pol¨ªtico. Existen t¨¦rminos que se minimizan o desaparecen mientras otros retoman presencia y actualidad. Ciudades uno que tiende a diluirse, a transformarse en simple contenedor de problemas y conflictos sociales. F¨ªjense en Barcelona. La ciudad de los prodigios, capaz de inventarse un Eixample que facilit¨® la revoluci¨®n industrial o unos Juegos Ol¨ªmpicos que serv¨ªan de excusa para finalizar la modernidad a finales del siglo XX, ha quedado chamuscada por im¨¢genes de contenedores en llamas o nuevos formatos de barraquismo urbano. La ciudad ha sido siempre escenario del conflicto social. El espacio p¨²blico ha sido una suerte de ¨¢gora donde la diversidad se encuentra, se interpela y, en cierto modo, negocia cuotas de poder y representatividad. Pero en lo que algunos denominan relato de ciudad existe una premisa que nunca deber¨ªamos olvidar: la capacidad de hacer frente a los retos que el mundo le plantea. La ausencia de relato significa no encontrar la manera de afrontar con esperanza el futuro, dejar de ser ciudad para convertirse en un mero espacio urbanizado, en contenedor de problemas globales.
El siglo de las ciudades, como algunos lo bautizaban, sigue siendo, parad¨®jicamente, el tiempo de los Estados. Ni la Europa actual, incapaz de dibujar un proyecto global y compartido, ni el papel de las ciudades y sus gobiernos locales son suficiente contrapeso al rol de los Estados naci¨®n. Incluso en Catalu?a parece imposible construir ning¨²n relato que no pase por dotarse de un Estado propio. Las l¨®gicas y din¨¢micas del primer mundo exigen mejorar y aumentar la gobernanza en ambos extremos: estructuras supranacionales capaces de enfrentarse a la dictadura ¡ªel t¨¦rmino no es exagerado¡ª del capitalismo financiero y gobiernos locales fuertes y con proyectos s¨®lidos que permitan convertir las ciudades en sujetos pol¨ªticos activos, capaces de insertarse en las l¨®gicas econ¨®micas globales y ganar el combate de la justicia social. Algo que en Barcelona hemos sabido hacer durante tantos a?os.
Para que las ciudades sean la soluci¨®n y no el problema son exigibles m¨¢s competencias y m¨¢s recursos. Los gobiernos locales, a su vez, deben reorientar sus estrategias. En primer lugar, la inversi¨®n ha de saltar de la piedra al capital humano: es momento de invertir en educaci¨®n, investigaci¨®n, desarrollo, cultura y creatividad. El centro de atenci¨®n, hoy, es la mejora de las competencias de la ciudadan¨ªa, no el embellecimiento o la transformaci¨®n f¨ªsica. En segundo lugar, constatar que ciudad no es igual a municipio; es decir, el entorno urbano en el que los ciudadanos resuelven sus necesidades b¨¢sicas est¨¢ conformado por diversos municipios. De la misma manera que Europa deber¨¢ quedarse con una parte cada vez m¨¢s importante de la soberan¨ªa estatal, las autoridades municipales han de ceder competencias y capacidad planificadora a los gobiernos metropolitanos: el municipio gestiona competencias, la ciudad define y lidera un proyecto urbano. El tercer y ¨²ltimo elemento, mantener y mejorar el salario indirecto, el conjunto de prestaciones y servicios p¨²blicos de los que gozan los ciudadanos. El Estado de bienestar se ha caracterizado por una redistribuci¨®n de la riqueza a trav¨¦s de la prestaci¨®n de servicios p¨²blicos b¨¢sicos, la ciudad complementa esta funci¨®n con estrategias propiamente urbanas: eliminaci¨®n de guetos, calidad y sostenibilidad del espacio p¨²blico, movilidad y transporte p¨²blico, pol¨ªticas de vivienda, interculturalidad¡ Pol¨ªticas que llenan de sentido el derecho a la ciudad, el derecho a vivir, participar y formar parte de un entorno de escala humana.
Hacer frente a las perversiones de un estadio avanzado de capitalismo que pone en riesgo la sostenibilidad econ¨®mica, social, ambiental y cultural de la sociedad es el reto del mundo globalizado. Si quiere triunfar, una receta de ¨¦xito: m¨¢s ciudad y m¨¢s Europa.
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