Muere un ¨¢guila olvidada por la Xunta
Vecinos de O Courel se ven obligados a rescatar por sus medios un ave rapaz abandonada por el 112, pero la ayuda que llega, a trav¨¦s de Facebook, no basta
No llevaba m¨¢s de medio kil¨®metro andado cuando se top¨® con algo que le cambi¨® los planes del puente. Orlando ?lvarez, profesor en Lugo, ecologista, defensor infatigable, y aun en la enfermedad, de sus monta?as de O Courel, tiende a tropezarse en sus paseos con atardeceres impagables, m¨²sicas imposibles de interpretar, huellas de oso pardo. Pero tambi¨¦n con agresiones al paisaje, aberraciones administrativas y m¨²ltiples leyes violadas.
Eran, dice, las nueve y media de la tarde. Hab¨ªa parado al fin de llover y sali¨® con Xunco, el perro, a aprovechar la ¨²ltima luz del s¨¢bado por la carretera comarcal, cuando a 500 metros de su casa, en Ferreir¨®s, posada sobre un muro y empapada, descubri¨® un ¨¢guila. En esto, el ave se precipit¨® sobre el can, o eso le pareci¨® primero a Orlando, y en la ca¨ªda acab¨® atrapada en unas zarzas, patas arriba, ¡°con las alas abiertas y descolocadas¡±. ¡°Visto ahora, me parece que no quer¨ªa atacar a Xunco¡±, repasa. ¡°Solo estaba desfallecida y cay¨®¡±.
¡°Sin tocarla, por el evidente peligro de semejante pico abierto¡±, relata Orlando, ¡°llam¨¦ al 112¡±, el tel¨¦fono de la Axencia Galega de Emerxencias, dependiente de la Conseller¨ªa de Presidencia. Al otro lado de la l¨ªnea le dijeron que esperara. Y all¨ª se qued¨® el amigo de los animales, hora y media junto al ¨¢guila herida hasta que, ya de noche cerrada, decidi¨® ausentarse un rato e ir a la aldea a buscar una luz. A la vuelta, volvi¨® a llamar al 112. Y entonces le contestaron que ¡°le hiciera lo que quisiera al p¨¢jaro¡±, que hasta el lunes no podr¨ªa pasarse nadie a recogerlo. ¡°Pero es que es un ave rapaz muy grande, y puede ser muy importante rescatarla¡±, advirti¨® en un ¨²ltimo intento el ecologista a la voz carente de emoci¨®n que sonaba en el m¨®vil.
No vali¨® de nada. Al 112, que se vende en Internet con estad¨ªsticas y mapas de actuaci¨®n en tiempo real, no le import¨® la suerte del ¨¢guila. Ni pregunt¨® por la especie, no fuera a ser una habitual de las listas de amenazadas.
As¨ª que Orlando pidi¨® ayuda a los vecinos. Entre varios, con unos guantes y una chaqueta, envolvieron el ejemplar maltrecho y lo metieron en una caja de fruta, cerrado con un cart¨®n y un cordel. Ya en casa, el alma de la Asociaci¨®n Ecologista SOS Courel, apreciado por muchos vecinos, inc¨®modo para aquellos otros que temen una hipot¨¦tica declaraci¨®n de parque natural o para los que viven de las canteras, lo intent¨® con el hospital veterinario Rof Codina de Lugo. All¨ª tambi¨¦n le dijeron que el fin de semana no ten¨ªan disponible ning¨²n experto en aves depredadoras. Eso s¨ª, le aconsejaron que le echara ¡°unos granos¡± al ¨¢guila para mantenerla viva.
Lo que pasa es que el ave result¨® no ser vegetariana. Los profesores del instituto de Seoane, uno de ellos experto en p¨¢jaros, la identificaron como un ¨¢guila culebrera. Dice Orlando que es m¨¢s f¨¢cil adivinarlo en pleno vuelo, ¡°por el dibujo de las alas¡±, pero al final, cuando efectivamente lleg¨® a manos de veterinarios, se comprob¨® que los docentes estaban en lo cierto. Era un ¨¢guila culebrera europea, de las que pasan el invierno en ?frica subsahariana y en abril vuelven a Europa. Cualquier lugar de Europa siempre que no haga mucho fr¨ªo, ni demasiada humedad, y abunde su manjar favorito: los ofidios.
Los profesores le recomendaron a Orlando que pusiese la caja en un lugar tranquilo en el que el ¨¢guila no pasase fr¨ªo. Despu¨¦s, desesperado, colg¨® en Facebook, con un comentario, una de las fotos del ¨¢guila que hab¨ªa tomado su sobrina. Enseguida llovieron las reacciones. Y el domingo a media ma?ana se present¨® en su casa Clara, una de los tres guardas zonales de Conservaci¨®n da Natureza. Alguien que hab¨ªa visto lo de Facebook dio la alerta. El ave acab¨® ese d¨ªa en el centro de recuperaci¨®n de Avifauna en O Veral (Lugo), y el diagn¨®stico que transmiti¨® la guarda a la vuelta parec¨ªa bueno: el ¨¢guila estaba ¡°nutrida¡± y a¨²n ¡°ten¨ªa el buche lleno¡±.
Ayer por la ma?ana, SOS Courel envi¨® un relato de lo sucedido, con la necesaria cr¨ªtica a la Xunta, a todos los medios de comunicaci¨®n de Galicia. Propon¨ªa que, una vez recuperada la rapaz, fuesen los alumnos del colegio de Seoane quienes la liberasen. Pero al mediod¨ªa telefone¨® interes¨¢ndose por ella. Y en Avifauna le informaron de que hab¨ªa muerto de madrugada.
Orlando, por la tarde, no pod¨ªa, ni quer¨ªa, contener su cabreo con el mundo. Con un sistema alfombrado e in¨²til, ajeno a las huellas de oso y las m¨²sicas imposibles de interpretar. Con la ¡°dejadez¡± y el ¡°nulo inter¨¦s¡± de un director general de la materia, Ricardo Garc¨ªa Borreg¨®n, que ¡°ni siquiera tiene habilitado un protocolo de emergencias con el 112¡±. Aunque de ello pueda depender la vida de un p¨¢jaro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.