¡°Ten¨ªa sentido votar a una ideolog¨ªa cuando la hab¨ªa, pero no ahora¡±
El economista, soci¨®logo y colaborador habitual de EL PA?S ha ganado el Premio Temas de Hoy con 'La hoguera del capital'
?La hoguera del capital es un libro de escritura ¨¢gil que parece haber salido a su autor, Vicente Verd¨² (Elche, 1942) de un tir¨®n, al menos en la primera parte. ¡°Creo que ning¨²n otro libro me ha resultado tan f¨¢cil, en la escritura, quiero decir, debe ser el oficio¡±, confiesa Verd¨², economista, soci¨®logo y colaborador habitual de EL PA?S y autor de m¨¢s de 30 libros. Tiene numerosos ensayos en su haber, pero ninguno hab¨ªa ganado el Premio Temas de Hoy como este. Y, sin embargo, fue escrito en malas condiciones personales. ¡°Buena parte de este libro lo hice en la agon¨ªa de un hermano m¨ªo que muri¨® en diciembre¡±, recuerda. ¡°Pero circunstancias como esta te hacen ver que hay cosas m¨¢s importantes que t¨² mismo¡±, explica. ¡°Y adem¨¢s ten¨ªa prisa por acabarlo, porque sab¨ªa que mi hermano me iba reclamar en cualquier momento¡±.
El libro est¨¢ precisamente dedicado a Manolo Verd¨², nacido, como su hermano Vicente, en Elche, aunque vivi¨® y muri¨® en Madrid.
Pregunta. ?Tal vez por esas dolorosas circunstancias, cuando uno se pone en lugar del otro que sufre, da usted tanta importancia en el libro a la empat¨ªa, hasta dedicar un cap¨ªtulo a la ¡°empat¨ªa productiva¡±?
Respuesta. Eso fue m¨¢s una ense?anza de mi mujer, a la que tambi¨¦n tuve la desgracia de perder. Era muy emp¨¢tica y ayudaba mucho a la gente, no tanto por ser profesional de la Psicolog¨ªa como por esa asombrosa capacidad de empat¨ªa que ten¨ªa. La gente se sent¨ªa reconfortada con ella.
P. En el libro usted se refiere a la Gran Crisis como un ¡°monstruo m¨¢s emocional que racional¡±, pero sobre todo describe una gran transformaci¨®n social y cultural en marcha, sin que haya una transformaci¨®n pol¨ªtica de igual calado.
R. La pol¨ªtica como tal, tanto por su descr¨¦dito como por su ineficiencia misma, acabar¨¢ disolvi¨¦ndose en las propias relaciones sociales. Dejar¨¢ de tener sentido una instituci¨®n pol¨ªtica en descomposici¨®n que proviene del siglo XIX. Por eso yo he dicho en el libro que cada vez tiene menos sentido votar a un partido y lo que hay que hacer es votar a las personas. Profesionales de cualquier campo que nos merezcan confianza. Y si se trata de votar ideolog¨ªas, eso ten¨ªa sentido cuando las hab¨ªa, pero no ahora. Cuando ves que cambian sus programas seg¨²n las circunstancias y con el solo prop¨®sito de cosechar votos tampoco hay posibilidad de ning¨²n compromiso.
P. ?No hay posibilidad de hacer pol¨ªtica de otra forma?
¡°La pol¨ªtica acabar¨¢ disolvi¨¦ndose en las propias relaciones sociales¡±
R. La sociedad est¨¢ trufada de sugerencias, de ideas de convivencia y proposiciones muy concretas y parciales. La Red ofrece la posibilidad de denunciar o desmontar mentiras, ejerciendo un control que har¨ªa a la gente ser en realidad como un Parlamento. Las elecciones deber¨ªan hacerse en comunidades de cincuenta o sesenta mil habitantes, circunscripciones menores donde puedas saber qu¨¦ votas y permitan unas condiciones objetivas de transparencia.
P. Aunque no se menciona como tal ?no se est¨¢ refiriendo en realidad a formas de democracia participativa adaptada a los cambios tecnol¨®gicos?
R. Eso que algunos autores llaman tercera revoluci¨®n industrial, aunque de industrial queda muy poco, es una revoluci¨®n de las tecnolog¨ªas de la comunicaci¨®n e informaci¨®n, que por tanto se refiere a las personas y no ya a las m¨¢quinas. Y creo que esta revoluci¨®n triunfa porque acierta en el deseo de la gente, porque como es sabido, a la gente lo que m¨¢s le gusta es la gente. Se dir¨¢ que es una comunicaci¨®n simplificada. De acuerdo, cierto que no tienes una relaci¨®n integral con otra persona, pero eso no pasa ni en la Red ni fuera de la Red. Lo de las parejas para toda la vida era muy costoso y conllevaba muchos problemas. Pasa lo mismo con la familia, con el trabajo o con la fidelidad a las marcas, porque antes nos compr¨¢bamos Seat toda la vida y ahora no. Esa misma infidelidad es la que se tiene a los partidos. Desaparecen los intermediarios.
P. Habla usted incluso de la muerte de la izquierda, pero si no me equivoco su coraz¨®n esta a la izquierda.
¡°No entiendo que se siga votando a quienes han actuado con tanto descaro¡±
R. ?El m¨ªo? Si claro, claro. Pero es que la izquierda ha sufrido toda la derrota del comunismo. Y despu¨¦s no ha podido hacer frente a todas las pol¨ªticas neoliberales proponiendo una alternativa de programas. Es m¨¢s, la izquierda ha estado viendo pasar por delante de sus narices reformas ante las que no se ha sublevado. Se ha ido acomodando a esa misma estrategia de hacerse con el poder orientada por los sondeos de opini¨®n para responder a los deseos de la gente. Y los l¨ªderes m¨¢s o menos carism¨¢ticos, que serv¨ªan de gu¨ªas y eran figuras ejemplares, ya no existen.
P. La Hoguera del capitales un libro muy ambicioso en el que habla de casi todo y donde especialmente las mujeres adquieren un papel relevante.
R. Yo nunca he sido feminista, pero s¨®lo por el hecho de que donde antes s¨®lo estaban las opiniones y los juicios masculinos, se han vertido los juicios y la presencia femenina, la sociedad adquiere otro color. Esa diversidad supone una esperanza en s¨ª misma. Y es tambi¨¦n una esperanza porque las mujeres han sido siempre m¨¢s emp¨¢ticas, m¨¢s emocionales, m¨¢s afectivas.
¡°Triunfa la tercera revoluci¨®n industrial porque acierta en el deseo de la gente¡±
P. A pesar de los efectos de la crisis, a pesar del descreimiento de la pol¨ªtica, el libro parece optimista respecto al futuro.
R. Siempre me ha parecido simpl¨®n juzgar esta ¨¦poca como una degradaci¨®n, o a la generaci¨®n nueva como una degeneraci¨®n. Creo que hay una evoluci¨®n en el sentido de la prosperidad. La especie ha demostrado siempre que ha sido cooperadora, tratando de apoyarse unos a otros. Hasta hace poco parec¨ªa que los imperios se constru¨ªan destruyendo al adversario y ahora la soluci¨®n est¨¢ en coaligarse con ¨¦l. O negociar. Es el win to win, donde ganamos todos.
P. Una visi¨®n tan amplia como la de su libro ?le permite reducir el foco hasta observar los peculiares efectos de la crisis en la Comunidad Valenciana?
R. Esta comunidad me resulta bastante incomprensible. No entiendo c¨®mo puede seguir d¨¢ndosele el voto a gente que ha actuado abusiva y fraudulentamente con tanto descaro, a pesar de las tropel¨ªas que comet¨ªan. Seguramente no lo entiendo porque habr¨ªa que emplear otras claves que no son las que se ven en la superficie.
P. ?Vuelve a menudo por Elche?
R. Todo lo que puedo. En Elche vive mi hermana y toda mi familia horizontal. Adem¨¢s, tengo un chalet en Santa Pola con el mar delante al que me gusta mucho ir. Encima me ha dado por pintar y me he hecho este verano un estudio que ha quedado muy bien.
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