Un kilo de habichuelas
El programa de Gri?¨¢n sit¨²a a la lucha contra el paro, la defensa de los servicios sociales y la transparencia como objetivos prioritarios
La voz de Vicente sonaba precisa en la radio. Profesor de primaria en paro. Casado, con dos hijos. En su casa solo entran 426 euros al mes. Es el magro subsidio de los que ya agotaron el seguro de desempleo. Muchos ya no cobran ni eso: 1,7 millones de hogares espa?oles tienen a todos sus miembros en paro.
Para sobrevivir, Vicente ha trabajado de alba?il o de lo que sea. Ahora, vive en la casa que le presta un amigo. A cambio, la restaura, la pinta, la adecenta. Cada euro cuenta. ?Un cafelito de vez en cuando con los amigos? "Hace meses que no piso un bar", le dice Vicente a Carles Francino (Cadena Ser). "Un euro es un kilo de habichuelas", traduce Vicente.
Un dirigente del PP ha dicho que no se quejen los pensionistas por repagar las medicinas: total, "son tres o cuatro caf¨¦s". Para Vicente, y para cientos de miles de espa?oles, son tres o cuatro kilos de jud¨ªas. Comida para una semana.
En Levantado del suelo, una novela que narra la lucha de los jornaleros del Alentejo, el Nobel Jos¨¦ Saramago escribe: "Solo qui¨¦n no es pueblo ignora lo que son necesidades". Solo quien no es pueblo ignora el precio de las habichuelas.
Hoy, el Parlamento nombrar¨¢ a Jos¨¦ Gri?¨¢n nuevo presidente de Andaluc¨ªa. Un presidente que deber¨¢ tener en cuenta lo que cuesta un kilo de habichuelas.
Porque, con frecuencia, la impresi¨®n que nos transmiten los pol¨ªticos es de lejan¨ªa. Encerrados en sus despachos. Sin apenas pisar la calle. Contemplando la dram¨¢tica cifra de 5,6 millones de parados (1,3 en Andaluc¨ªa) como d¨ªgitos invisibles, sin alma. Solo as¨ª se explica que sigan decretando m¨¢s y m¨¢s recortes que hunden en la miseria, cada d¨ªa un poquito m¨¢s, a los m¨¢s desfavorecidos. Este es el principal problema que tiene desde hoy el presidente Gri?¨¢n: el empleo.
La esperanza puesta en el Gobierno de izquierdas que hoy nace es mucha. Quiz¨¢ demasiada. Un Gobierno que inicia su mandato con la losa de los ERE encima y la guerra sin cuartel que le ha declarado la derecha revanchista, pol¨ªtica y medi¨¢tica.
Consciente de que ser¨¢ observado con lupa, y no solo desde Andaluc¨ªa, el nuevo Ejecutivo deber¨¢ ser fiel al programa ayer esbozado, que sit¨²a a la lucha contra el paro, la defensa de los servicios sociales y la transparencia como objetivos prioritarios.
El primer aplauso de la veintena que interrumpi¨® su discurso lo recibi¨® Gri?¨¢n al rechazar que la "libertad de los mercados" deba ser un "derecho superior al derecho a la salud o la educaci¨®n". Calific¨® de "tremendo error subordinar el empleo al cumplimiento del d¨¦ficit". Defendi¨® el ahorro, pero sin recortar derechos. En fin, prometi¨® un Gobierno que se mover¨¢ entre la ¨¦tica, la solvencia y la transparencia.
Las l¨ªneas maestras est¨¢n trazadas. Ahora hay que ejecutarlas. Habr¨¢ que administrar la escasez. Eliminar 2.700 millones del presupuesto de la Junta por imperativo legal: cumplir con el 1,5% de d¨¦ficit marcado por el Gobierno central y aceptado por los dos socios del Gobierno, PSOE e IU.
Los ciudadanos comprender¨¢n esa dificultad a?adida. Pero no entender¨¢n que los socialistas vuelvan a traicionar sus principios por exigencia de los mercados. No permitir¨¢n un nuevo 10 de mayo de 2010, cuando Rodr¨ªguez Zapatero sucumbi¨® a la presi¨®n de esos mercados. Una segunda traici¨®n arrojar¨ªa a los socialistas al desguace hist¨®rico.
Porque, como escribi¨® Saramago, "se van acabando los tiempos de la resignaci¨®n". En esa l¨ªnea, Manuel Pastrana, l¨ªder de UGT-Andaluc¨ªa, anunciaba el Primero de Mayo que, de seguir con los recortes, habr¨¢ "una gran revuelta social, de previsiones inciertas".
Har¨¢n bien Gri?¨¢n y Valderas en ver tras los d¨ªgitos del paro el drama de miles de ciudadanos. Deber¨¢n tener presente que, para esas personas, un euro es un kilo de habichuelas. Es decir, deber¨¢n gobernar a pie de calle.
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