Goya y Picasso hablan de toros
Una muestra re¨²ne grabados de ambos pintores en torno a su afici¨®n taurina
Si Francisco de Goya y Pablo Ruiz Picasso hubiesen compartido la misma ¨¦poca, seguramente se hubiesen sentado largo tiempo y hubiesen hablado de toros. Ese di¨¢logo, malogrado por las barreras del tiempo, se vuelve ahora posible es una exposici¨®n en C¨¢diz, que exhibe grabados de ambos pintores en torno a la misma idea: la tauromaquia. Ambos se basaron en los tratados de Pepe Illo en torno al arte en los ruedos. La muestra encuentra un atractivo a?adido en el hallazgo de similares conceptos bajo el prisma de dos creadores tan distintos.
La muestra La tauromaquia de Goya y Picasso. Serie de grabados ha sido posible gracias al esfuerzo del Colegio de M¨¦dicos de C¨¢diz que, con el apoyo de Banca March y el Ayuntamiento de C¨¢diz, ha logrado atraer hasta el castillo de Santa Catalina estas obras. Estar¨¢n en la fortaleza durante un mes y sirven para sumar contenido a la capitalidad iberoamericana de la cultura que ejerce C¨¢diz durante todo el fin de semana.
Con un siglo de diferencia, Goya y Picasso representaron en sus cuadros, dibujos y grabados su concepci¨®n de la lidia. Lo hicieron sin prejuicios ni l¨ªmites. Exhibieron la belleza y la calidad art¨ªstica del toreo, pero sin renunciar a los elementos m¨¢s superficiales, cercanos al folclor, con los m¨¢s profundos, incluida la reflexi¨®n sobre la violencia contra el animal. Ambos comparten un entorno b¨¦lico. Goya estuvo presente en la guerra contra los franceses y a Picasso le toc¨® la Guerra Civil y el contexto de las guerras mundiales. Los expertos entienden que utilizaron sus creaciones taurinas como una alternativa a un panorama desolador. Tambi¨¦n como un s¨ªmbolo de identidad espa?ol.
Los dos pintores reflexionaron sobre la violencia contra el animal
La tauromaquia de Goya y Picasso. Serie de grabados est¨¢ formada por 66 piezas: 40 estampas de Goya y 26 de Picasso. La serie de Goya fue realizada entre 1814 y 1816, y se puso a la venta a trav¨¦s de la publicaci¨®n de un anuncio en el Diario de Madrid el 28 de octubre de 1816. Picasso realiz¨® su serie en 1959. Lo hizo despu¨¦s de asistir a una corrida de toros en la plaza de Arl¨¦s, en Francia. El impacto del espect¨¢culo le llev¨® a trabajar intensamente y finalizar la serie en tan solo tres horas.
Ambos utilizaron como referente el tratado sobre tauromaquia Arte de torear, de Jos¨¦ Delgado, alias Pepe Illo, conocido torero del siglo XVIII, el que comenzaba bajo la frase. ¡°Cada momento de la corrida tiene sus leyes fijas que nunca cambian¡±. A Goya le sobrevino esta tem¨¢tica cuando Fernando VII regres¨® al trono en 1814 y persigui¨® a los afrancesados. Por eso no pudo publicar sus grabados m¨¢s mordaces, los dedicados a los desastres de la guerra. El toreo era un argumento sin implicaciones pol¨ªticas y que le volv¨ªa a reconciliarse con el pueblo espa?ol.
En C¨¢diz se exhibe una serie realizada entre 1814 y 1816. Reflej¨® las faenas de los matadores de mayor renombre como Martincho, Mariano Ceballos, Fernando del Toro, Pedro Romero o el propio Pepe Illo. La serie se cierra precisamente con la muerte de este ¨²ltimo, un ejemplo claro del grado de perfecci¨®n que hab¨ªa alcanzado con la t¨¦cnica de aguatinta.
El artista malague?o tendi¨® a caricaturizar y estiliz¨® las figuras
Picasso revis¨® la figura de Pepe Illo a partir de 1959. Los toros le hab¨ªan interesado de antes. Formaban parte de su propio imaginario, ya que hab¨ªa sido asiduo desde ni?o a las corridas en M¨¢laga. El toro o el minotauro fue muchas veces su propio ¨¢lter ego en sus obras m¨¢s c¨¦lebres. En el castillo de Santa Catalina se pueden contemplar algunas de las aguatintas al az¨²car grabadas directamente al cobre por ¨¦l.
La lidia del pintor malague?o es muy singular porque el autor la exhibe desde diversos puntos de vista. Destac¨® los vol¨²menes corporales, tendi¨® a la caricaturizaci¨®n, estiliz¨® figuras, quit¨® tensi¨®n a la corrida, destac¨® el dinamismo de los movimientos m¨¢s art¨ªsticos.
La exposici¨®n La tauromaquia de Goya y Picasso presenta de forma unitaria estas series de grabados. La muestra permite ver el origen del tratamiento tem¨¢tico basado en la misma fuente documental. De ah¨ª sale una similar pasi¨®n ante la vida, tambi¨¦n un di¨¢logo entre ambos artistas que tiene, como hilo conductor, un mismo genio creativo y una habilidad parecida para aplicar nuevas t¨¦cnicas.
Los grabados de Goya y Picasso se pueden visitar todos los d¨ªas de 11.00 a 20.45 en el castillo de Santa Catalina hasta el 2 de junio. Entonces los dos pintores dejar¨¢n su di¨¢logo y podr¨¢n dar una vuelta al ruedo.
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