Agenda de la desmesura
El exceso es lo que est¨¢ en vigor. La misma desmesura hay para el derroche como para la austeridad
¡°Barcelona blindada¡±, este ha sido el titular. Efectivamente, miles de polic¨ªas, mossos, guardias, esp¨ªas, autoridades, adl¨¢teres y plumillas de altos vuelos ense?ando el plumero han acudido al pastel de rica miel que concentra a los se?ores del dinero europeo. Ante tan excelso acontecimiento, lo menos que puede pasar en una democracia como las de ahora es que cualquier ciudadano resulte sospechoso, incluso de simpatizar con Fran?ois Hollande o el Moro Musa y m¨¢s si lleva gre?as, capuchas o se parece a esos fant¨¢sticos mossos disfrazados de agitadores, marcando estilo.
La agenda de la seguridad se basa hoy en una premisa b¨¢sica: to er mundo e malo, o, dicho en fino, Homo homini lupus, frase que, como se sabe, tom¨® el fil¨®sofo Thomas Hobbes de Asiniaria, una divertida comedia de Plauto. Lo que el latino Plauto ridiculizaba dos siglos antes de Cristo el saj¨®n Hobbes en 1651 se lo tom¨® en serio y de aquellos polvos llegamos a estos lodos. El c¨®nclave de Barcelona quer¨ªa marcar ¨¦poca con la austeridad como bandera y para ello nada mejor que cerrar fronteras, hacer demostraciones de fuerza y reunirse en hoteles de lujo. Todo un s¨ªntoma de que la agenda de la austeridad y el recorte va tan en serio que debe permitirse el derroche de mostrar ante el planeta a una legi¨®n de nuestros musculados y potentes gorilas (dicho sea esto con el m¨¢ximo cari?o) a punto de revista. Y cierto es que las fuerzas de seguridad que sufragamos no defraudar¨ªan ni al m¨¢s exigente magnate de Hollywood.
Ni se sabe lo que habr¨¢ costado esta gran juerga y mucho menos para qu¨¦ habr¨¢ servido, salvo para el despliegue ostentoso del monopolio del mando en plaza y la exhibici¨®n de uniformes que convierten a los agentes en un h¨ªbrido de la hormiga at¨®mica, Robocop y Mazinger Z. Lo que es seguro es que ¡ªtambi¨¦n¡ª la hemos pagado nosotros, pese a ser tan pobres como ratas, seg¨²n reza la agenda reformista que esgrime el se?or Rajoy, que tanto nos quiere, tan buenas intenciones tiene y solo pretende protegernos de lo peor privatizando lo que toque.
Como la sesi¨®n del Banco Central Europeo ha sido un espect¨¢culo fastuoso, tal como marca la agenda de la desmesura de nuestra ¨¦poca, el jefe del Gobierno espa?ol, y sus ministros de Econom¨ªa, Hacienda, e Interior, as¨ª como el muy honorable presidente de la Generalitat y sus consejeros de Econom¨ªa e Interior, pueden estar muy contentos con el imprescindible dispendio. Ya buscar¨¢n ellos soluciones si hay desequilibrios econ¨®micos.
Hemos tomado buena nota. La agenda de la desmesura tiene dos planos: unos tanto y otros tan poco. Dicho de otra forma: el exceso es lo que est¨¢ en vigor, tanto para el derroche como para la austeridad y que hay desmesura tanto en vivir por encima como por debajo de nuestras posibilidades. Tambi¨¦n hemos tomado nota de que ahora abre el baile una nueva agenda, la agenda del crecimiento. De tal tesoro ¡ª ?conjura a la austeridad? en modo alguno: los dioses miman lo incompatible¡ª dispone, de momento en exclusiva, la muy temida valquiria Angela Merkel, jefa suprema del aquelarre dinerario europeo.
¡°Es un privilegio asistir en vivo y en directo al desmantelamiento del Estado de bienestar, una fugaz ilusi¨®n de los espa?oles que apenas ha durado 25 a?os¡±, arengaba el otro d¨ªa ante el peaje de una autopista plagada de simp¨¢ticos insumisos, uno de nuestros gur¨²s de estar por casa. En vivo y en directo: un hecho hist¨®rico est¨¢ a nuestro alcance, agenda tras agenda. La desmesura no perdona ni a la historia: la privatiza.
En espera de conocer el fin del culebr¨®n de las agendas y como se avienen en su desmesura, el pueblo, siempre impaciente e inculto ¡ªseg¨²n corrobora en su ¨²ltimo libro el pen¨²ltimo gran Nobel de Literatura¡ª ya est¨¢ elaborando su agenda de agendas e incluso est¨¢ dispuesto a permitirse el lujo de desconectar de todo y aprender que se puede vivir sin m¨®vil, sin televisi¨®n, sin Facebook y sin consumir. La agenda de agendas lleva un impert¨¦rrito t¨ªtulo provisional: ¡°Nuevas perspectivas para llegar a viejo¡±, un subt¨ªtulo interesante: ¡°Otra forma de medir la riqueza¡± y una advertencia: ¡°Sponsors, abstenerse¡±. Efectivamente: todos somos sospechosos. Espa?a est¨¢ en venta.
Margarita Rivi¨¨re es periodista.
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