M¨¢s madera

Pablo Lim¨®n vive entre Madrid y Londres despu¨¦s de haber pasado cinco a?os en Mil¨¢n, ciudad so?ada por cualquiera que aspire a dedicarse al dise?o. Est¨¢ agotado, pero feliz. Gan¨® el concurso para transformar el patio de La Casa Encendida en un campamento de madera reciclada para acoger la feria de editoriales independientes Libros Mutantes, que se acaba de celebrar. Opt¨® por una autoproducci¨®n radical: Recolect¨® pal¨¦s de los pol¨ªgonos, los almacen¨® en una casa abandonada y luego los desmont¨® uno a uno, hasta 100. El premio, 2.000 euros. Pero, este dise?ador de 27 a?os nacido en Madrid y formado en Londres ¡ªha dise?ado escaparates para las galer¨ªas Printemps de Par¨ªs y Tsutnoy en Mosc¨² o el interiorismo de la tienda Diesel en el Duomo de Mil¨¢n¡ª prefiere hacer esto que jabones, aunque no se haga rico precisamente.

Como ¨¦l, ?lvaro Catal¨¢n de Oc¨®n, los de Ciszak Dalmas, lacarpinter¨ªa, espacio Brut, Pedro Feduchi o Blanca Ortiz est¨¢n de suerte aunque no suene muy bien. Trabajar con madera hoy es abanderar un movimiento que reivindica su nobleza, ductilidad y menor coste frente a algunos nuevos materiales que la suplantaron durante d¨¦cadas. Son una generaci¨®n que est¨¢ dando una nueva vida a una profesi¨®n que se mueve entre el dise?o, la carpinter¨ªa y la artesan¨ªa. Lo m¨¢s parecido al ebanista, un oficio en v¨ªas de extinci¨®n. Algunos acaban de llegar del Sal¨®n del Mueble Mil¨¢n (el n¨²mero uno en el mundo) donde han ganado premios y sus piezas salen en las biblias de tendencias como Wallpaper o Monocle.

? Una caja de fruta. Todo empez¨® con una caja de fruta a la que le pusieron patas y la pintaron de blanco. Una bicicleta colgada en lo alto de la pared sorprende al entrar en el taller algo ca¨®tico de Andrea Caruso y Alberto Gobbino (Ciszak Dalmas), una pareja que lo comparte todo ¡°menos la novia¡±, precisan. Nacieron en Tur¨ªn y tras pasar por la Polit¨¦cnica trabajaron en alguna de las grandes empresas de dise?o, como Artemide. Pero buscaban una trayectoria m¨¢s personal. As¨ª que, despu¨¦s de un m¨¢ster en el IED de Madrid montaron Ciszak Dalmas. Y de esa caja de fruta sali¨® La Cl¨ªnica, una colecci¨®n de 15 piezas producida por artesanos. Su dise?o m¨¢s celebrado es un carro-expositor para IOU Proyets, una firma muy concienciada que solo vende en Internet. ¡°Nos acercamos a quienes tienen ideas revolucionarias, que pueden cambiar los procesos de producci¨®n y crear nuevos tipos de negocio utilizando artesanos. La artesan¨ªa vuelve a dar identidad al producto y por eso est¨¢ surgiendo. Los muebles son muy b¨¢sicos, pero lo que est¨¢ detr¨¢s es mucho m¨¢s interesante que un producto industrial¡±.

Ese famoso carro les abri¨® las puertas de Max & Co, una l¨ªnea de Max Mara con 500 tiendas en el mundo. ¡°Nos vieron en un blog y nos llamaron¡±. Y ahora esta pareja que no ha llegado a la treintena se enfrenta al desaf¨ªo de comunicar con sus objetos los nuevos valores del gigante italiano. ¡°Lo interesante es que las grandes marcas se est¨¢n concienciando y buscan atraer a nuevos consumidores que piden saber de donde vienen las prendas, c¨®mo y qui¨¦nes las hacen, adem¨¢s de recuperar la tradici¨®n artesana¡±.

? Un mercado para inmensas minor¨ªas. El espacio donde trabaja ?lvaro Catal¨¢n de Oc¨®n (Madrid, 1975) es una declaraci¨®n de intenciones: una antigua f¨¢brica de l¨¢mparas en Carabanchel reconvertida en locales. Y en el suelo, unos cuantos taburetes Rayuela. Al verlos, todo parece sencillo, pero no lo es. ¡°Mi forma de dise?ar es reducir los objetos al m¨ªnimo n¨²mero de elementos¡±, dice. Con los rayuela y con la l¨¢mpara Candil acaba de estar el pasado mes de abril en el Sal¨®n del Mil¨¢n, una feria que le da suerte: con otra l¨¢mpara y la mesa Prima gan¨® el primer premio en el Sal¨®n Sat¨¦lite dedicado a talentos emergentes.

Catal¨¢n, que estudi¨® dise?o en Mil¨¢n y se gradu¨® en la famosa universidad de arte Saint Martins, de Londres, empez¨® por hacer Empresariales. Uni¨® la visi¨®n econ¨®mica a la creaci¨®n, lo que le ha servido para conocer mejor el mercado y buscar una salida a la saturaci¨®n de productos. Su propuesta: ¡°En lugar de esperar a que una empresa pida algo al dise?ador y este lo cree, que es el modelo italiano, se est¨¢ volviendo al modelo anglosaj¨®n de dise?ador-emprendedor en el que uno tiene la idea, hace el prototipo y lo da a conocer. Es m¨¢s arriesgado, pero as¨ª controlas todo el proceso¡±. Cuando habla de dar a conocer no se refiere solo a Internet. Encima de su mesa sobresale un taco de tarjetas de posibles clientes, ¡°los mejores del mundo¡±, que se ha tra¨ªdo de la famosa galer¨ªa Rossana Orlandi de Mil¨¢n por donde en d¨ªas de feria pueden pasar hasta 2.000 visitantes. ¡°Se trata de buscar el mercado de las inmensas minor¨ªas¡±, dice.

? Una mesa para 500 a?os. En una nave industrial est¨¢ lacarpinteria, empresa del arquitecto Estanislao P¨¦rez (Madrid, 1972) e Ignacio Gonz¨¢lez (Madrid, 1971). Son los que m¨¢s se acercan a lo que tradicionalmente se entiende como ebanista. No dise?an. Lo que hacen es producir encargos que les llegan de profesionales o empresas, como la tienda Tr? en Chueca. ¡°Queremos recuperar el oficio, que como tantos otros se ha perdido en Espa?a por el crecimiento inmobiliario¡±. Sus comienzos fueron variopintos. P¨¦rez trabajaba en el estudio de su padre tambi¨¦n arquitecto, Estanislao P¨¦rez Pita, y Gonz¨¢lez hab¨ªa comprado la carpinter¨ªa de un carpintero que se jubil¨®. Se conocieron a trav¨¦s de amigos comunes. ¡°Nos ca¨ªmos bien y a partir de ah¨ª vino la gran crisis¡±, dice con retranca Gonz¨¢lez. ¡°Nos lanzamos dirigi¨¦ndonos con un producto muy especial, delicado y sensible a la situaci¨®n actual, aparte de aceptar algunas tropel¨ªas para sacar adelante el negocio¡±, cuentan.

Su discurso es un canto a la madera de la que dicen hay que tratarla bien para que se defienda en su contexto y no haya que cambiarla al cabo de pocos a?os. ¡°Es un material natural, bonito pero complicado, que como todas las cosas vivas le afectan las incidencias". Por eso solo compran maderas nacionales (roble, casta?o, pino), que permitan que una mesa aguante 500 a?os. ¡°Es tu mesa y debe suplir una necesidad para siempre, todo lo contrario del consumo r¨¢pido¡±.

? Un contenedor y el yate. Braulio Rodr¨ªguez (Ourense, 1964) presume, ¡°aunque est¨¦ feo¡±, de que el espacio con las paredes sin arreglar y las bombillas que cuelgan, o sea en bruto (de ah¨ª el nombre de la tienda: espacio Brut, en pleno Rastro) ha sido ampliamente imitado. ?l y su socio Jos¨¦ C¨¢mara (Colmenar de Oreja, Madrid, 1967) se reparten los papeles. Uno, al negocio, y Rodr¨ªguez dise?a los muebles de madera y laca pintada. Empezaron con los bancos de roble tapizado y un contenedor, su pieza m¨¢s representativa, que podr¨ªa recordar a Mondrian. ¡°Todo viene del movimiento moderno, pero no queremos copiar. Que nos salga es otra cosa, pero me gusta mantener una l¨ªnea muy independiente¡±. Son autosuficientes. Lo dise?an, lo divulgan, les produce un carpintero y lo venden en la tienda o en Internet.

Adem¨¢s de las piezas que tienen en su espacio, tambi¨¦n dise?an muebles a medida como hicieron para la tienda de Juanjo Oliva o Gallery en Piamonte. Por hacer, hasta el interior de un yate de 12 metros. ¡°Estaba en Almer¨ªa y eran otros tiempos¡±. Pero ellos no se paran. Y pronto se lanzar¨¢n a dise?ar divanes.

? El veterano y Blanca Ortiz. Pedro Feduchi (Madrid, 1959) es el m¨¢s veterano. Estudi¨® arquitectura, pero a la vista de c¨®mo est¨¢ el negocio se centr¨® en la faceta de dise?ador con la que ya estaba familiarizado desde ni?o. Su padre, Luis, fue c¨¦lebre arquitecto y dise?ador de mobiliario. Adem¨¢s, es profesor de Dise?o en la Polit¨¦cnica. ¡°En los alumnos aprecio un cambio de cultura¡±, explica. ¡°Les gusta mucho trabajar por ellos mismos, pensar el objeto y crearlo y un inter¨¦s por recuperar esa parte m¨¢s subjetiva de la artesan¨ªa que se aprecia en el textil, la madera, cer¨¢mica...¡±. Responsable del espacio Centro Centro del Ayuntamiento de Madrid, tambi¨¦n ha estado en la Feria de Mil¨¢n y ha venido convencido de que la industria no est¨¢ agotada. ¡°Dependemos de ella y ella de nosotros y lo mejor es estar cerca¡±.

Blanca Ortiz, a pesar de ser la m¨¢s joven, es la que piensa en c¨®mo ayudar al resto. Naci¨® en Madrid y por influencia familiar estudi¨® Derecho. Pero no se rindi¨® porque lo que le gustaba era ¡°trabajar con las manos¡±. Y con 27 a?os est¨¢ haciendo la tesis de Dise?o Industrial en el IED. Adem¨¢s de desarrollar su faceta creativa con piezas de madera (como unos juguetes que parecen esculturas ¡°para que a los padres no les de palo tenerlos en el sal¨®n¡±) ha creado con dos compa?eras una design net work. Una plataforma online que pretende dar visibilidad a dise?adores que o bien se producen o lo hacen con artesanos. ¡°Intentamos que la gente pueda producir sus cosas y si tiene problemas les facilitamos artesanos¡±. Su aval ya es una garant¨ªa: el Domaine de Boisbuchet, un campamento con grandes dise?adores, dirigido por Alexander von Vegesack, director del Museo Vitra. ?Y se vive de esto? ¡°Por ahora no, es una inversi¨®n. Pero suy mucho m¨¢s feliz que si hubiera seguido con Derecho¡±.