Toma de posiciones
Los argumentos que se hacen p¨²blicos son sim¨¦tricos: los socialistas acusan al PP vasco de actuar al servicio de los intereses de Rajoy, y los populares les responden a los del PSE de modo similar al reprocharles que act¨²an con los ojos puestos en Ferraz y no en los intereses de los vascos. Es un peloteo curioso, aunque previsible, dada la colisi¨®n de intereses y proyectos de ambas formaciones a nivel nacional, y que ya lo anunciaba la relativa tibieza, como si fuera un mal o un sacrificio necesario, con que fue acogido el pacto de gobierno en Euskadi entre ambas fuerzas por sectores de sus militancias y de sus potenciales votantes. Puesto a romper la simetr¨ªa, Antonio Basagoiti arguye que ¨¦l habl¨® mal de Zapatero, pero que no actu¨® contra ¨¦l, que ser¨ªa lo que Patxi L¨®pez estar¨ªa haciendo en estos momentos contra Rajoy y su pol¨ªtica de recortes. El argumento es falaz, debido a que ¨¦l en ning¨²n caso pudo actuar contra Zapatero, ya que carec¨ªa de ninguna responsabilidad de Gobierno ¡ªno era lehendakari¡ª, si bien es igualmente cierto que, en caso de que la correlaci¨®n de fuerzas con el PSE en aquel momento le hubiera sido favorable, se pueden albergar dudas sobre si el PSE le hubiera apoyado para ocupar ese puesto. Es apelando a su generosidad como Basagoiti puede sentirse molesto por las iniciativas del lehendakari, iniciativas que, por otra parte, no miran tanto a Ferraz como a las pr¨®ximas elecciones vascas.
Tal vez el futuro valore el pacto PSE-PP de forma mucho m¨¢s positiva a como lo ha hecho la miop¨ªa de la sociedad actual. Es como si ¨¦sta los castigara por haber sido agentes de un cambio radical en nuestro panorama pol¨ªtico, lo que los convierte, adem¨¢s de en agentes, en v¨ªctimas de s¨ª mismos. Las perspectivas pol¨ªticas de 2009 son bastante diferentes a las actuales, y es l¨®gico que ni unos ni otros est¨¦n dispuestos a consumar su sacrificio en la novedosa situaci¨®n que tanto les debe. De ah¨ª que no sea necesario recurrir ni a Ferraz ni a G¨¦nova para comprender sus movimientos. Es posible que a Patxi L¨®pez le interese agotar la legislatura y aprovechar as¨ª el tiempo que le quede para defender su ¡°modelo Euskadi¡± y acercar posiciones con otras fuerzas politicas, distintas al PP, que lo vuelvan a hacer atractivo a sectores que le han dado la espalda. Pero es igualmente probable que al PP, que celebrar¨¢ su congreso en fechas pr¨®ximas y que puede temer el posible deterioro de las expectativas electorales del partido a nivel nacional por los avatares de la crisis, le interese m¨¢s un adelanto electoral que alargar una situaci¨®n ya conflictiva. Y es seguro que tanto el PSE como el PP son conscientes de que en nuestro futuro inmediato se van a reconsiderar los ejes de alianzas, que al eje constitucionalismo/nacionalismo le van a suceder bien el de izquierda/derecha o el de una transversalidad que a¨²ne todas las variantes, esto es, bien PNV/PP o bien PNV/PSE, o algo a¨²n m¨¢s complejo. Creo que en eso estamos.
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