El hotel del Palau
Quienes han actuado consecuentemente son los vecinos, que lo denunciaron antes de descubrirse el expolio del Palau
El pasado 19 de abril, la Asociaci¨®n de Vecinos del Casc Antic y Vecinos en Defensa de la Barcelona Vella organizaron en el mismo Palau de la M¨²sica un acto para recordar que los saqueadores confesos siguen libres y para reclamar que se retire la recalificaci¨®n que, a¨²n hoy, permite construir el hotel contiguo. Y es que este caso de corrupci¨®n en la gesti¨®n del Palau y del hotel conseguido con tr¨¢fico de influencias constituye uno de los hechos m¨¢s lamentables de nuestra historia urbana reciente. Y lo peor es que, excepto la restituci¨®n del Palau a una gesti¨®n adecuada, el conflicto est¨¢ por resolver.
Siguiendo el m¨¦todo de an¨¢lisis de los campos de poder y de los actores urbanos de Pierre Bourdieu, tenemos con el caso Palau uno de los ejemplos m¨¢s completos y complejos de c¨®mo cada uno de ellos interact¨²a, de manera interdependiente, en funci¨®n de sus intereses y estrategias particulares. Una Administraci¨®n que deber¨ªa velar por el bien p¨²blico, pero que est¨¢ acostumbrada a tener solo en cuenta a los operadores poderosos, pactando los planes urban¨ªsticos a espaldas de la ciudadan¨ªa. Una denominada sociedad civil que, como escribi¨® Albert Recio en el Mientras Tanto digital (2008), tiene tanto peso y consta de entidades que parecen representar a la sociedad (como el F¨²tbol Club Barcelona, el RACC o el Palau de la M¨²sica), pero que act¨²a movida por los intereses privados de sus instituciones. Es en este juego de los diferentes campos de poder p¨²blicos y privados donde Millet y su equipo se movieron durante a?os: con la tapadera de la sociedad musical se fueron enriqueciendo a partir de atender a los intereses empresariales e inmobiliarios, al tiempo que, seg¨²n parece, aportaban una parte a la financiaci¨®n de alg¨²n partido pol¨ªtico que, desde su poder, dejar¨ªa impune la corrupci¨®n y negociar¨ªa la legitimaci¨®n de sus asuntos con las Administraciones.
Es interesante analizar aqu¨ª el papel de los t¨¦cnicos y profesionales. Hist¨®ricamente, compartiendo intereses de clase, han estado al lado de los intereses privados, pero a partir de principios del siglo XX empezaron a trabajar para las Administraciones, haciendo aportaciones claves y honestas, y a partir de los a?os sesenta empezaron a colaborar con los movimientos sociales. En este caso encontramos a arquitectos, ingenieros, abogados y economistas en cada uno de los campos de fuerzas: intereses privados, sociedad civil, Administraci¨®n y asociaciones vecinales. Como los arquitectos que hicieron el proyecto de ampliaci¨®n del Palau, una obra que sirvi¨® para camuflar los desv¨ªos de dinero. Y como la regidora de Ciutat Vella, la arquitecta Itziar Gonz¨¢lez, que hizo lo imposible para introducir el saber del urbanismo en una gesti¨®n administrativa a favor de la ciudadan¨ªa hasta que, exhausta, dimiti¨®.
En todo este proceso quienes han actuado consecuentemente han sido los vecinos activos, que ya denunciaron en 2008 la operaci¨®n del hotel, antes de que en 2009 se descubrieran las graves irregularidades contables en el Palau. Cuando la Administraci¨®n no es capaz de defender el bien com¨²n y la sociedad civil act¨²a seg¨²n intereses inconfesables, ha de ser la masa cr¨ªtica social la que defienda el bien p¨²blico.
Y cuando se escriba la historia de la Barcelona reciente se va a comprobar que, adem¨¢s de la ruptura que supuso el F¨®rum 2004 y de fracasos como la consulta ciudadana de la Diagonal, uno de los hechos claves para perder las elecciones de 2011 fue la connivencia del anterior alcalde con los t¨¦cnicos y funcionarios que tramitaron irregularmente el cambio de calificaci¨®n para hotel del Palau.
Cuando saqueadores confesos, corruptos y avariciosos insaciables siguen en libertad y, al mismo tiempo, un estudiante, por ejercer el derecho a manifestarse, no solo es golpeado, sino que puede pasar semanas en la c¨¢rcel, la situaci¨®n es de alarma social para quien conf¨ªa en la igualdad de las personas ante la ley. Y es inadmisible que a¨²n est¨¦ vigente el uso hotelero seg¨²n la modificaci¨®n del PGM y que, a pesar del acuerdo del plenario municipal de junio de 2010, a¨²n no se haya anulado dicha MPGM, mientras las tres fincas catalogadas siguen vac¨ªas, envueltas en redes y tan lejos de ser un equipamiento para el barrio.
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