Rajoy se ve legitimado por los votos para seguir reformando ¡°sin descanso¡±

Hasta el escenario desde el que Mariano Rajoy se dirig¨ªa a los asistentes a la clausura del 13? congreso del PP vasco no llegaban, ni siquiera amortiguados, los gritos del medio centenar de manifestantes del Movimiento 15-M que, a unos 30 metros de la entrada del Palacio Euskalduna de Bilbao, exig¨ªan otra pol¨ªtica. De haber llegado, el mensaje del presidente hubiese sido el mismo: ¡°Actuar con determinaci¨®n y coraje¡± para tomar las decisiones precisas, en su opini¨®n, para sacar a Espa?a del marasmo econ¨®mico, ya que para ello cuenta con el aval que los ciudadanos le dieron en las urnas el 20-N.

Ni una sola menci¨®n hubo en su discurso a las miles de personas que el s¨¢bado salieron de nuevo en manifestaci¨®n espoleadas en buena medida por los recortes del Ejecutivo. Pero Rajoy dej¨® claro, a la calle y m¨¢s expl¨ªcitamente a una oposici¨®n cada vez m¨¢s enfrentada a sus propuestas, que, ¡°por suerte, el pueblo espa?ol ha tomado su decisi¨®n y le ha dicho al Gobierno que gobierne¡± y afronte la crisis.

El escenario parec¨ªa repetirse. El pasado 29 de abril, dos d¨ªas despu¨¦s de anunciar la subida del IVA y con protestas en 55 ciudades contra los recortes, Rajoy aprovechaba el cierre del c¨®nclave del PP madrile?o para lanzar su mensaje: ¡°Cada viernes, reformas; y el que viene, tambi¨¦n¡±. Este domingo, dos d¨ªas despu¨¦s de aprobar la reforma financiera, con m¨¢s protestas ciudadanas y en el c¨®modo marco de jugar en casa, insist¨ªa: ¡°Este pa¨ªs va a salir [de la crisis] si el Gobierno sigue haciendo las reformas y no se cansa de hacerlas y el Gobierno no se va a cansar¡±. Y para poner en marcha todas esas reformas se seguir¨¢n tomando decisiones ¡°cada viernes¡±.

Con todo, el presidente se esforz¨® en evitar una imagen de insensibilidad en el Ejecutivo solo atenta a la macroeconom¨ªa: ¡°Somos absolutamente conscientes de la situaci¨®n en que viven millones de espa?oles. Sabemos perfectamente lo que est¨¢ pasando¡±. Y, luciendo campechan¨ªa, en lugar de los miles de datos que maneja el Gobierno, prefiri¨® citar como una de sus fuentes las m¨²ltiples cartas que recibe en La Moncloa y ¡°algunas¡± de las que lee que le ¡°reafirman en ese conocimiento¡±.

A esos y a todos los dem¨¢s ciudadanos les dijo que no puede asegurarles que Espa?a vaya a salir ¡°ya¡± de esta situaci¨®n, pero s¨ª que saldr¨¢ adelante. Sin hablar de plazo y cimentado en una simple petici¨®n de confianza en que los cambios en marcha dar¨¢n fruto. Resulta complicado pedir confianza cuando un gobernante ha hecho en apenas cuatro meses una enmienda a la totalidad a todo lo que prometi¨®. Rajoy reconoci¨® que su Gobierno est¨¢ tomando decisiones que dijo que no tomar¨ªa y que le hubiese gustado no tomar. Pero volvi¨® a escudarse ¡ªel discurso general en todo el PP¡ª en que no hay otra posibilidad.

Y junto a la muy dif¨ªcil situaci¨®n presente, el argumento de la herencia recibida: las ¡°grandes¡± reformas estructurales que requiere la econom¨ªa se deb¨ªan haber hecho a lo largo de muchos a?os; la nueva regulaci¨®n del sistema financiero aprobada el viernes se hace ¡°tarde, mal y a rastras¡± despu¨¦s de tres a?os de ¡°parches y soluciones parciales¡±.

Un relevante dirigente popular reconoce que en este ¨²ltimo caso el Gobierno no quiere aparecer ante la banca como ¨²nico factor del cambio. ¡°Los socialistas se tienen que comer tambi¨¦n su parte¡±, dice.

Reformas estructurales, financieras y, como tercer instrumento para el crecimiento econ¨®mico, la contenci¨®n del d¨¦ficit. Tras otra exhibici¨®n de llaneza ¡ª¡°si ganas 1.000 y gastas 1.200 tienes un d¨¦ficit de 200. Y tener d¨¦ficit no es bueno¡±¡ª, Rajoy recalc¨® que no est¨¢ dispuesto a que ¡°nadie¡±, empezando por ¨¦l mismo, incumpla los objetivos de d¨¦ficit comprometidos con la UE. A todas las comunidades aut¨®nomas se les va a exigir ese cumplimiento, aunque se les ayude. Y todos los gestores y responsables pol¨ªticos ¡ª¡°sean de mi partido o no¡±¡ª, incluyendo a todos los Ayuntamientos, deben ser serios y no gastar lo que no tienen. Exigencia de m¨¢s relieve dado el nivel de d¨¦ficit que presentan las comunidades que gobierna el PP.

En su primera visita a Euskadi desde que es presidente, Rajoy ha apoyado expl¨ªcitamente la decisi¨®n de Antonio Basagoiti y los populares vascos de romper el pacto de gobierno que les ha ligado durante tres a?os con el PSE, lo que ha calificado como una decisi¨®n "justa". "Todo el mundo podr¨¢ decir lo que quiera, pero el PP del Pa¨ªs Vasco ha actuado con lealtad, con responsabilidad, con una enorme generosidad, ha trabajado duro y con mucha ilusi¨®n y, sobre todo, ha cumplido con su palabra", ha a?adido Rajoy.