Cuatro reflexiones
Feij¨®o deber¨ªa exigir a Rajoy la propiedad y el gobierno de Novagalicia Banco
1?. En 2007, cuando comenz¨® la crisis, Espa?a no solo no ten¨ªa d¨¦ficit sino que sus cuentas p¨²blicas hab¨ªan arrojado super¨¢vit durante tres ejercicios presupuestarios seguidos, algo que se produc¨ªa por primera vez en el periodo democr¨¢tico. Su deuda p¨²blica, el 36% del PIB, era la mitad de la deuda alemana y una de las m¨¢s bajas de la UE. A todo ello hay que a?adir que el gasto p¨²blico derivado del todav¨ªa raqu¨ªtico Estado del bienestar espa?ol estaba muy por debajo del que le corresponder¨ªa por su nivel de riqueza, a una enorme distancia de la media de la UE-15 y a distancias siderales de los pa¨ªses m¨¢s avanzados. As¨ª pues, es evidente que el d¨¦ficit p¨²blico no ha sido el desencadenante de la crisis que atraviesa el pa¨ªs y no es el principal problema de la situaci¨®n cr¨ªtica que vive Espa?a. Nuestro principal problema es el endeudamiento privado, el triple del p¨²blico, que afecta a bancos, empresas y familias, as¨ª como la bajada de ingresos p¨²blicos como consecuencia de la ca¨ªda de la actividad econ¨®mica, los regalos fiscales, la econom¨ªa sumergida y el fraude tributario. Pero en vez de abordar prioritariamente estos problemas, los gobiernos sucesivos, especialmente el del PP, han optado por el recorte dr¨¢stico del gasto p¨²blico (inversiones y gasto social) que est¨¢ llevando a la sociedad espa?ola a una grave depresi¨®n, a la recesi¨®n econ¨®mica y a la profundizaci¨®n de la crisis cuyos devastadores efectos se hacen recaer sobre la mayor¨ªa social que no la ha provocado. No estamos, pues, ante un proyecto pol¨ªtico para salir de la crisis, sino ante una opci¨®n ideol¨®gica que aprovechando aquella pretende cambiar el modelo de sociedad y abatir los logros sociales conquistados a trav¨¦s de un largo y dif¨ªcil proceso civilizador.
2?. Al calor de la explosi¨®n del caso Bankia ha surgido un amplio coro ultraliberal que atribuye la causa de este desaguisado a la perniciosa intromisi¨®n de la pol¨ªtica en la gesti¨®n de determinadas entidades financieras. Es cierto que algunos Gobiernos (Madrid, Valencia o Castilla-Lla Mancha) han utilizado a las cajas de ahorro como instrumentos de especulaci¨®n inmobiliaria y de clientelismo pol¨ªtico, con una gesti¨®n muy alejada de la profesionalidad. Pero una cosa es denunciar esas pr¨¢cticas y otra muy distinta pretender que el sistema financiero permanezca al margen de todo control y regulaci¨®n pol¨ªtica, que es lo que pretenden, aprovechando la situaci¨®n, nuestros entusiastas neoliberales. Conviene, pues, recordarles que los directivos del Lehman Brothers, cuya ca¨ªda fue el detonante de la crisis que nos asuela, no hab¨ªan sido nombrados ni por el Gobierno Federal ni por el Congreso de Estados Unidos. Eran expertos financieros, desde luego, pero sobre todo eran expertos en el fraude, la estafa y la especulaci¨®n. No deber¨ªa olvidarse tampoco que a mediados de los a?os 80 fue necesario sanear con dinero p¨²blico todo el sistema financiero espa?ol, dirigido por eximios expertos en el negocio bancario, pero que llevaron a la quiebra a sus entidades sin que ning¨²n perverso pol¨ªtico hubiese interferido en su brillante gesti¨®n. Lo mismo podr¨ªa decirse del famoso caso Banesto, y los ejemplos podr¨ªan multiplicarse hasta el infinito. As¨ª pues, gesti¨®n profesionalizada del sistema financiero si, regulaci¨®n y control del mismo para subordinarlo al inter¨¦s general, tambi¨¦n.
3?. En una democracia que se precie no puede cerrarse un caso como el de Bankia sin que se depuren las responsabilidades pol¨ªticas, y eventualmente judiciales, que correspondan. Es cierto que el gobernador del Banco de Espa?a conoc¨ªa perfectamente la situaci¨®n de nuestro sistema financiero y mir¨® para otro lado. Pero reducir la responsabilidad de lo que est¨¢ pasando a la inacci¨®n de Fern¨¢ndez Ordo?ez, como pretende el PP, ser¨ªa un fraude pol¨ªtico. Por eso es imprescindible una comisi¨®n de investigaci¨®n en el Congreso de los Diputados que aclare el origen, las causas y el desarrollo de la crisis de Bankia. Comisi¨®n de investigaci¨®n ante la que deber¨ªan comparecer entre otros muchos el presidente del Gobierno, el ministro de Econom¨ªa, el gobernador del Banco de Espa?a, los se?ores Blesa, Rato y Olivas, sucesivos gestores de Caja Madrid y Bancaja y, desde luego, Esperanza Aguirre, Zaplana y Camps que los nombraron.
4?. En este contexto, Feij¨®o debe decidir cu¨¢l es su propuesta para Novagalicia, ante la que se abren tres posibilidades. La primera, que el capital extranjero se haga con el banco y, por tanto, los centros de decisi¨®n se sit¨²en fuera de Galicia. Lo que sucedi¨® en su d¨ªa con Fenosa o recientemente con el Banco Pastor es suficientemente elocuente. La segunda opci¨®n consiste en subastar a precio de saldo y que la mal llamada nacionalizaci¨®n no sea m¨¢s que una desamortizaci¨®n. Ambas soluciones liquidar¨ªan definitivamente la posibilidad de que Galicia disponga de un sector financiero propio, lo que supondr¨ªa una verdadera cat¨¢strofe tanto pol¨ªtica como econ¨®mica para el pa¨ªs. Finalmente, teniendo en cuenta que el FROB es hoy ampliamente mayoritario en Novagalicia, Feij¨®o deber¨ªa exigir a Rajoy la propiedad y el gobierno de la entidad, convirti¨¦ndola en un banco p¨²blico gallego. De lo contrario, el presidente de la Xunta, que presumi¨® en su d¨ªa de haber sido el impulsor de la mayor operaci¨®n financiera de la historia de Galicia, deber¨¢ reconocer su estrepitoso fracaso y su falta de liderazgo.
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