Lienzos turbadores en la Academia
El pintor modernista Federico Beltr¨¢n Mass¨¦s retrat¨® a las ¨¦lites pol¨ªticas y cinematogr¨¢ficas del primer tercio del siglo XX
La nombrad¨ªa puede llegar a ser uno de los resultados del quehacer art¨ªstico. Pero no siempre rubrica de manera duradera la obra de un artista. Es el caso del pintor Federico Beltr¨¢n Mass¨¦s (G¨¹ira de Malena, Cuba 1885¡ª Barcelona, 1949) que desde la Europa de entreguerras cobrar¨ªa renombre intercontinental. Su memoria ha languidecido en Espa?a hasta hoy mismo, fecha en la que la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando le rinde homenaje con una exposici¨®n muy completa sobre 40 de sus mejores creaciones.
En la muestra se contempla la evoluci¨®n paulatina de sus pinceles, adiestrados en el Reial Cercle Artistic de Barcelona. Abarca desde el ruralismo costumbrista de sus or¨ªgenes, con paisajes, ambientes y personajes de los Picos de Europa ¡ªdonde conocer¨ªa a su esposa mejicana, Irene Narezo, tambi¨¦n pintora¡ª, hasta el simbolismo modernista y el Art D¨¨co. De ambos estilos llegar¨ªa a ser uno de los m¨¢s c¨¦lebres exponentes a escala internacional.
Amante y maestro del dibujo, la pintura de Beltr¨¢n Mass¨¦s se caracteriz¨® en su origen por actitudes muy osm¨®ticas hacia su entorno pict¨®rico, desde el mimetismo del copista hasta la actitud del alumno aventajado que se propone superar a sus maestros: Joaqu¨ªn Sorolla, m¨¢s el el influjo de Ignacio Zuloaga, en cuyas apuestas pl¨¢sticas quedar¨ªa definitivamente involucrado. Sin embargo, el estilo de Beltr¨¢n sintonizar¨ªa de manera rotunda con el de Julio Romero de Torres, sin desde?ar el de Anglada Camarasa. Afincado en Barcelona y con frecuentes estad¨ªas en Madrid, regresa ahora con sus mejores telas casi un siglo despu¨¦s de abandonar la ciudad en 1916 para instalarse en Par¨ªs de manera permanente.
De Madrid se llevar¨ªa cierto amargor por la presi¨®n ambiental sufrida por su obra La maja marquesa. Este retrato, un desnudo entre dos damas, fue rechazado y calificado de ¡°extremadamente escandaloso¡± por el Comit¨¦ de la Exposici¨®n Nacional de Bellas Artes de 1915. Lo consideraba insinuante de la condici¨®n l¨¦sbica de la arist¨®crata efigiada. Sin embargo, un a?o despu¨¦s, otra exposici¨®n suya en el Hotel Palace, a la que asisti¨® el rey Alfonso XIII, consagrar¨ªa a Federico Beltr¨¢n Mass¨¦s entre los pintores cortesanos m¨¢s cotizados. A partir de entonces, su paleta se impregnar¨ªa de los tonos, ambientes, personajes y valores est¨¦ticos de las clases altoburguesas y aristocr¨¢ticas, a las que retratar¨ªa con primor.
Predominan en sus lienzos las atm¨®sferas orientales, las carnaciones m¨®rbidas viradas hacia los azules y los malvas, al uso de Eduardo Chicharro; los tules y las poses desnudas que, pese a sus valientes apuestas, los c¨ªrculos bienpensantes tildaban como descocadas ¡ªy que tantas cr¨ªticas puritanas le granjear¨ªan¡ª. Su afecci¨®n por los escenarios tropicales se vi¨® te?ida de un erotismo turbador.
Viajero a Hollywood, entabla amistad all¨ª con Rodolfo Valentino, Joan Crawford y Douglas Fairbanks hijo, a quienes retratar¨ªa. La fama se dispara. Su pincel dicta algunas de las pautas que cincelar¨ªan los iconos de la moda femenina de su ¨¦poca, los a?os 30 del siglo XX, tras sus experimentaciones sobre la imagen de la mujer fatal desde su estudio parisiense la d¨¦cada anterior, la de ¡°los a?os locos¡±.
El renombre adquirido fue tal que le permiti¨® sentar frente a su caballete a personajes como Alfonso XIII, Jorge VI de Inglaterra, el Sha de Persia o el maharaj¨¢ de Kapurtala. Gui¨® sus retratos hacia m¨ªmesis casi fotogr¨¢ficas que le procurar¨ªan primero una enorme celebridad y tiempo despu¨¦s ¡ªpor su apego a lo modal¡ª un veloz olvido, espoleado adem¨¢s por la ecolosi¨®n de las vanguardias europeas.
Federico Beltr¨¢n Mass¨¦s. Castizo y cosmopolita.? De martes a s¨¢bados, de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00. Domingos y festivos, horario matinal. Lunes, cerrado. Hasta el 1 de julio. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Alcal¨¢, 13.
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