Talento, meritocracia y emprendedores
Tenemos espacios en el sector p¨²blico y en el privado que se resisten a incorporar a gente mejor
En Galicia contamos con talento. Es una obviedad que no hay que olvidar. En cualquier campo que a uno se le ocurra, existen gallegos de referencia. Todos los a?os se grad¨²an en las universidades gallegas personas de alta capacidad. La Fundaci¨®n Barri¨¦ de la Maza se ha encargado durante muchos a?os de seleccionar y apoyar financieramente a un buen n¨²mero de ellas. El resultado lo pude comprobar la semana pasada en el transcurso del encuentro di¨¢logos02 ? coordinado por el arquitecto Toni Garc¨ªa y amparado por Fernando Gonz¨¢lez Laxe, siempre dispuesto a echar una mano. Me gust¨® y alegr¨® ver tantas toneladas de capital humano juntas. Lo que ya no me gust¨® tanto fue comprobar que la mayor parte est¨¢ hoy fuera de Galicia.
Desde una perspectiva individual este asunto puede ser secundario. Si en Galicia proporcionamos los mimbres para formar excelentes profesionales que pueden encontrar su camino en Estados Unidos, Alemania o Catalu?a; y si esas personas se encuentran all¨ª a gusto, qu¨¦ m¨¢s se puede pedir. Desde una perspectiva colectiva la cosa cambia. Galicia utiliza sus recursos para formar capital humano que acaba generando rendimiento y frutos en otras partes. Fen¨®meno conocido en la literatura como brain drain o fuga de cerebros. ?Por qu¨¦ se produce?
Por supuesto, salir es magn¨ªfico. Formarse en otras partes, dar los primeros pasos profesionales. Nada que objetar. Todo lo contrario. El problema es cuando pasan los a?os y esas personas no retornan. Personas que por v¨ªnculos personales y de otro tipo estar¨ªan encantadas de volver, al menos hasta que su nueva familia y relaciones personales les acaban atando a otras partes.
El primer problema, objetivo, es que nuestra estructura productiva y de I+D+i es muy limitada. La bolsa de empleos de alta cualificaci¨®n disponibles no permite acomodar todo el talento que generamos. Existir¨ªa as¨ª una brecha entre oferta y demanda de capital humano que la crisis que sufrimos desde hace cuatro a?os habr¨ªa agravado.
El segundo problema que padecemos es la debilidad del criterio meritocr¨¢tico frente a otros. Los espacios que mejor funcionan en este pa¨ªs coinciden con aquellos en los que la selecci¨®n y el ascenso se han realizado atendiendo a m¨¦rito y capacidad. Lo contrario tambi¨¦n es cierto. Tenemos espacios que son un verdadero fracaso y que se resisten a incorporar a otros, mejores y deseosos de entrar. Esto ocurre tanto en el sector privado el p¨²blico. Lo que ocurre es que las empresas que se empe?an en ello acaban desapareciendo; en lo p¨²blico, se consiente el enquistamiento.
El tercer problema aparece en el esp¨ªritu emprendedor. El primer d¨¦ficit apuntado ser¨ªa menos relevante si el talento fuese de la mano de capacidad emprendedora: los talentosos crear¨ªan sus propios puestos de trabajo. Pero no es la norma. Los estudios disponibles muestran que en comparaci¨®n a otros los j¨®venes gallegos son muy poco emprendedores. Y en este vector la crisis est¨¢ afectando en mayor medida a Galicia que a Espa?a.
?Qu¨¦ conclusiones podemos sacar de lo anterior? La inversi¨®n en educaci¨®n debe ser acompa?ada por otras inversiones. Desde un punto de vista colectivo no tiene mucho sentido gastar el dinero para regalar el capital humano a los pa¨ªses m¨¢s ricos. Invirtamos especialmente en aquello en lo que nuestro tejido empresarial y nuestro potencial destacan y rentabilizaremos mejor la inversi¨®n educativa. Respetar la decisi¨®n de los j¨®venes y sus familias sobre sus estudios no deber¨ªa ser incompatible con enviar se?ales claras sobre qu¨¦ especializaciones permiten pensar en un futuro laboral pr¨®spero en Galicia.
Lo segundo a anotar es que la autonom¨ªa a la hora de seleccionar el personal en lo p¨²blico debe venir acompa?ada por una rendici¨®n de cuentas estricta, con las sanciones correspondientes. Solo as¨ª garantizaremos que, por propio inter¨¦s, se seleccione a los mejores y se mantenga la ilusi¨®n y el esfuerzo con el paso del tiempo. Finalmente, tenemos un problema grave con la cultura del emprendimiento. Hay que actuar a corto plazo y en las primeras etapas formativas, con la colaboraci¨®n de las familias. Claramente, no llega con fletar autobuses para llevar a universitarios a jornadas anuales de emprendedores. Eso solo no vale para nada.
@SantiagoLagoP
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