Un polic¨ªa dispara dos tiros al aire en el arresto de un ¡®mantero¡¯ en Lavapi¨¦s

Un agente de la Pol¨ªcia Municipal de paisano dispar¨® sobre las tres de la tarde de ayer domingo dos tiros al aire en la calle del Amparo, en el barrio madrile?o de Lavapi¨¦s, durante la detenci¨®n de un hombre que supuestamente vend¨ªa bolsos falsificados. Fuentes de la Polic¨ªa Nacional vincularon el incidente al movimiento ciudadano 15-M, pero un v¨ªdeo publicado por la noche por Abc.es desmiente ese relato.

Sobre las dos y media de la tarde, los dos agentes vieron en la confluencia de la calle Duque de Alba y la plaza Tirso de Molina a un grupo de unas 20 personas que vend¨ªan todo tipo de objetos en la calle. Al identificarse como agentes y sacar la placa, la mayor¨ªa sali¨® corriendo y los dos agentes iniciaron la persecuci¨®n. Lograron dar alcance a uno a la altura del n¨²mero 12 de la calle Amparo y le decomisaron bolsos falsificados.

Lanzamiento de piedras y escombros

Los agentes sostienen que un grupo de compa?eros del detenido comenzaron a increparles y que les tiraron piedras y escombros y que algunos de estos objetos les rozan la cabeza, por lo que se vieron obligados a realizar los disparos intimidatorios al aire. La Polic¨ªa Municipal, en su primera versi¨®n de los hechos, solo refiri¨® un disparo y justific¨® la actuaci¨®n de los agentes porque estaban siendo "intimidados" y "estaba en peligro su seguridad". La versi¨®n de la Polic¨ªa Nacional relata que, en su persecuci¨®n, los agentes se toparon con una asamblea vecinal vinculada al 15-M, algunos de cuyos miembros agredieron a los agentes al creer que estaban evitando una detenci¨®n por motivos racistas (para identificar a un presunto inmigrante irregular).

Pero el v¨ªdeo casero relata una historia completamente diferente. En las im¨¢genes se ve c¨®mo un polic¨ªa de paisano esposa en el suelo a un hombre, mientras un segundo agente, tambi¨¦n de paisano, permanece de pie a su lado. Cuando el primero levanta al arrestado del suelo, ya esposado, se ve a ese agente con la pistola ya en la mano.

En ese momento entra en escena otro hombre negro que grita a pleno pulm¨®n a los polic¨ªas y se encara con uno de ellos, que le espanta con la porra. El agente que ha esposado al detenido apunta al hombre que grita con su pistola, mientras otras dos o tres personas se acercan.

El hombre que grita se saca una zapatilla y trata de dar con ella al agente de la porra. Cuando los dos polic¨ªas abandonan el lugar, seguidos por el hombre de los gritos y otras dos o tres personas, es cuando uno de ellos realiza los dos disparos al aire. Al final del v¨ªdeo, se ve c¨®mo un tercer agente aparece en escena corriendo hacia sus compa?eros, justo cuando se produce el segundo disparo, y detr¨¢s de ¨¦l el hombre que gritaba por la detenci¨®n.

Ese tercer agente se vuelve a continuaci¨®n hacia el hombre que graba la escena desde un portal y le ordena que se vaya del lugar, a lo que ¨¦l le contesta que vive ah¨ª. Uno de los agentes, seg¨²n la Polic¨ªa Municipal, tiene una lesi¨®n en un ojo y el otro en una rodilla. Este ¨²ltimo declar¨® en comisar¨ªa que durante la detenci¨®n le empujaron y cay¨® al suelo, golpe¨¢ndose en un bolardo. El herido en el ojo ha sido dado de baja.

El Ayuntamiento abre una investigaci¨®n

Tras ver el v¨ªdeo, la Concejal¨ªa de Seguridad y Medio Ambiente del Ayuntamiento de la capital mantuvo su apoyo a la actuaci¨®n de los agentes. No obstante, abrir¨¢n una investigaci¨®n ¡°como siempre que se utiliza un arma¡±, recalcan fuentes de ese departamento.

La legislaci¨®n establece que las fuerzas de seguridad pueden usar la fuerza bajo los principios de proporcionalidad, oportunidad y necesidad. Los agentes deben valorar en cada momento la situaci¨®n y decidir qu¨¦ medios usar. Si la actuaci¨®n solo es investigada por el Departamento de Asuntos Internos no suele trascender el resultado, ya que sus informes son confidenciales. En los casos en que media una denuncia ante la justicia, esta debe determinar si la actuaci¨®n policial se ajust¨® a los citados principios.

Precisamente la semana pasada se celebr¨® el juicio a un agente local de Alcorc¨®n que peg¨® dos bofetadas a un detenido esposado. El fiscal pide tres a?os de inhabilitaci¨®n y un a?o y medio de prisi¨®n por un delito contra la integridad moral de las personas.