Rehabilitaci¨®n para el mar
Azti-Tecnalia lidera un proyecto en Tenerife para recuperar una ola que podr¨ªa ser rentable para el surf como medida compensatoria tras construir un dique
En el mar tambi¨¦n existen medidas compensatorias. Las olas pueden ser utilizadas como moneda de cambio para solventar las consecuencias generadas por la construcci¨®n, por ejemplo, de un espig¨®n en una playa haciendo desaparecer las olas para la pr¨¢ctica del surf. Es el caso de una zona tur¨ªstica en Puerto de la Cruz, al norte de Tenerife, donde la presi¨®n hotelera ha logrado la ampliaci¨®n de la playa con el vertido de arena.
A cambio, el Consorcio de Rehabilitaci¨®n del Puerto de la Cruz impulsa un proyecto para el estudio de una ola en otro punto cercano del litoral con la idea de regenerar econ¨®micamente la zona. Se analizar¨¢ su calidad para ver si es viable llevar a cabo actuaciones para la eliminaci¨®n de unas rocas que ponen en peligro la pr¨¢ctica del surf. Azti-Tecnalia, el centro tecnol¨®gico vasco especializado en investigaci¨®n marina, se encarga desde enero del proyecto de ingenier¨ªa.
Medir la zona de rotura de una ola, desde diferentes ¨¢ngulos, su velocidad, regularidad y avance un d¨ªa tras otro durante varios meses podr¨ªa resultar un trabajo arduo si no fuera porque un sistema de v¨ªdeo monitorizado permite que el trabajo de campo se haga de forma mecanizada. Varias c¨¢maras situadas en las terrazas del Hotel Tenerife Playa, en Puerto de la Cruz, en la Costa de Martianez, recogen las im¨¢genes.
Durante meses se mide la regularidad y calidad de la ola a trav¨¦s de c¨¢maras
¡°Se trata de ver de una forma objetiva el potencial que existe, cu¨¢ntos d¨ªas se podr¨ªa surfear y en qu¨¦ condiciones. Es dif¨ªcil medir la calidad de una ola absolutamente pero hay algunos par¨¢metros t¨¦cnicos que te permiten compararla¡±, se?ala Pedro Liria, ocean¨®grafo de Azti-Tecnalia e integrante del equipo de investigaci¨®n.
Esta t¨¦cnica se denomina Pil Angle. Una herramienta con la que se analiza el avance progresivo de la zona de rotura a lo largo del frente de la ola que es lo que busca un surfista para desplazarse por la parte que no va rompiendo, siempre escapando de la espuma. Si se mirara desde el aire, es el ¨¢ngulo entre el frente de la ola y la zona de rotura que se mide en funci¨®n de la altura y la profundidad. ¡°Es complicado de explicar pero relativamente sencillo de medir. Si ese ¨¢ngulo es muy peque?o significa que la ola rompe muy r¨¢pido, un ¨¢ngulo m¨¢s abierto es m¨¢s lenta y m¨¢s f¨¢cil y si rompe con fuerza, se ve la calidad de la ola¡±, explica Liria.
Los surfistas se oponen al dique pero piden que se eliminen unas rocas
Las im¨¢genes obtenidas de la ola se pasan a un plano. Se analiza la informaci¨®n con los datos de altura de ola, condiciones de viento, entre otros par¨¢metros, y se extrapolan a una base de datos m¨¢s amplia para realizar una valoraci¨®n objetiva. Azti-Tecnalia ya ha realizado estudios similares con la conocida izquierda de Mundaka. Esta fase de recogida de datos se realizar¨¢ entre mayo y junio.
Si el estudio arroja resultados positivos para practicar el surf en esta parte del litoral canario se llevar¨ªan a cabo diferentes actuaciones para eliminar los obst¨¢culos que haya, en el caso de la playa de Puerto de la Cruz, unas rocas que sobresalen en el mar en medio de la trayectoria de la ola.
Para la primera fase del proyecto, en el que se encuentra actualmente, est¨¢ previsto una inversi¨®n de 28.000 euros que ser¨¢ financiado por el Consorcio. Adem¨¢s del an¨¢lisis de la ola, esta primera parte tambi¨¦n englobar¨ªa un estudio jur¨ªdico, econ¨®mico y social del impacto del surf en Puerto de la Cruz.
El centro vasco tecnol¨®gico hab¨ªa estudiado antes la ola de Mundaka
?ngel Lobo, presidente de la Federaci¨®n Canaria de Surf y profesor de derecho en la Universidad de La Laguna, explica que la idea es tener m¨¢s olas de las que existen. ¡°Siempre hemos buscado la rehabilitaci¨®n de olas que ya est¨¢n ah¨ª pero que son complicadas desde el punto de vista de la seguridad. Intentamos conseguir que esas zonas de surf puedan ser recuperables¡±, dice.
Los surfistas locales se opusieron a la construcci¨®n del dique porque cre¨ªan que no era la mejor forma de forzar la naturaleza y transformarla. Su propuesta fue un arrecife artificial para mitigar el oleaje. Adem¨¢s, la declaraci¨®n de impacto ambiental recog¨ªa que el espig¨®n har¨ªa desaparecer una ola que, seg¨²n Lobo, es muy importante desde el ¡°punto de vista econ¨®mico y deportivo¡±.
El Consorcio avala el proyecto por el valor econ¨®mico y deportivo de la zona
No pasa desapercibido que la postura de los surfistas a favor de la no intervenci¨®n del mar se contradice con la petici¨®n de que se eliminen obst¨¢culos como rocas que complican la pr¨¢ctica del surf. En este sentido, Lobo se defiende: ¡°Puede resultar raro que nos opongamos al dique y a la vez pidamos que se quiten unas rocas. Pero es cuesti¨®n de dimensiones; estamos hablando de un dique de 200 metros de largo por cinco de ancho, frente a intervenir unas rocas que no son m¨¢s grandes que una mesa de sal¨®n. Adem¨¢s, no se volar¨ªa toda la roca sino la parte que sobresale¡±. Una vez estudiada la dimensi¨®n de la roca y en funci¨®n de la distancia a la que se encuentra de la costa se utilizar¨¢ un martillo hidr¨¢ulico o se volar¨¢ con cargas explosivas con las que los restos ir¨¢n al fondo.
El Consorcio, formado por distintas administraciones p¨²blicas que intentan reflotar el Puerto de la Cruz como destino tur¨ªstico, ve en este proyecto una oportunidad de convertir esta zona de la isla en un epicentro de ¡°vanguardia¡± desde el punto de vista de protecci¨®n y rehabilitaci¨®n. Las Islas Canarias cuentan con un censo de olas, pero es la primera vez que se hace un estudio de estas dimensiones.
Azti-Tecnalia estudiar¨¢ en los pr¨®ximos meses si la ola cuenta con el potencial y la calidad necesaria para convertirla en un reclamo tur¨ªstico y deportivo.
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