Un Pr¨ªncipe en la mesa del ¡®txoko¡¯

Fueron dos horas y media pero el tiempo suficiente para que el Pr¨ªncipe de Asturias conociera de primera mano lo que es comer en un txoko. Era su primera vez, as¨ª lo reconoci¨® el invitado a sus acompa?antes. Ocurri¨® el pasado martes con motivo de su nueva visita a Bilbao.

La idea de este particular almuerzo surgi¨® desde la Lehendakaritza. Don Felipe volv¨ªa a la capital vizca¨ªna con un programa de dos actos, separados con el tiempo suficiente para propiciar una comida. A su llegada a Bilbao particip¨®, primero, en la inauguraci¨®n de la nueva unidad de producci¨®n en investigaci¨®n de BIAL, una empresa radicada en el Parque Tecnol¨®gico de Zamudio. Por tanto, antes de acudir por la tarde a la entrega de los Premios Fundaci¨®n Novia Salcedo parec¨ªa propicio idear un almuerzo.

El lehendakari y sus asesores no tardaron en elegir el escenario para el encuentro gastron¨®mico. Era una alternativa que ya manejaban despu¨¦s de conocer la curiosa iniciativa de I?aki Azkuna de invitar a los Pr¨ªncipes a un almuerzo de comida casera en el coqueto comedor del restaurante La Vi?a, cuando en noviembre de 2010 vinieron a Bilbao a la presentaci¨®n de la Fundaci¨®n Girona. Adem¨¢s, la presencia de un guipuzcoano en el equipo de la Casa del Rey, cuyo padre pertenece a la Sociedad Gaztelupe de Donostia, ayud¨® a que cuajara la propuesta.

Para esta ocasi¨®n se eligi¨® Gure Txoko, entre otras razones porque se trata de la sociedad gastron¨®mica m¨¢s antigua de Bilbao y porque con motivo de su cincuenta aniversario, nombr¨® socio de honor a la figura del alcalde de la capital, como recuerda Juanjo Romano, un periodista atra¨ªdo por los fogones que particip¨® en la preparaci¨®n del men¨² ofrecido al Pr¨ªncipe.

Bacalao y carrillerras

Una vez recibida la conformidad del invitado, el departamento de Protocolo de Ajuria Enea se encarg¨® de los detalles. Todo se mantuvo, como suele ser habitual en estos casos, en secreto. Los servicios de seguridad controlaron previamente los accesos a la zona. Los invitados llegar¨ªan tras el acto celebrado en Zamudio. En una de las mesas del txoko se sentaron solo nueve personas. As¨ª, adem¨¢s, del Pr¨ªncipe, ocuparon asiento el lehendakari, Patxi L¨®pez; el alcalde de Bilbao, I?aki Azkuna; el diputado general, Jos¨¦ Luis Bilbao; la presidenta del Parlamento vasco, Arantxa Quiroga; el consejero de Industria, Bernab¨¦ Unda; Monserrat Gomendio, secretaria de Estado de Educaci¨®n; el delegado del Gobierno, Carlos Urquijo y un miembro de la Casa del Rey. En otra mesa se sentaron ocho asistentes personales.

A la cita, en torno a las dos y media de la tarde, acudieron primero las autoridades locales. El ¨²ltimo en aparecer en el txoko, ubicado en la zona de Indautxu, fue el propio Pr¨ªncipe. ¡°A ning¨²n vecino le llam¨® la atenci¨®n nada porque como estamos situados junto a una comisar¨ªa, se han acostumbrado a ver dispositivos y pol¨ªticos por la zona¡±, comenta Romano.

L¨®pez, Azkuna,

La comida ya estaba dispuesta para cuando llegaron los comensales. Desde las siete de la ma?ana se empez¨® a cocinar. ¡°La Casa del Rey no pidi¨® nada en especial y desde Lehendakaritza, s¨®lo que fueran platos muy txokeros¡±, matiza. Y as¨ª fue. El men¨² estuvo compuesto de esp¨¢rragos naturales con vinagreta, jam¨®n de Guijuelo, bonito con cebolleta, guindillas de Ibarra y anchoas rebozadas. A lo que se a?adir¨ªan una crema de porrusalda fr¨ªa, bacalao (lo que m¨¢s le gust¨® al Pr¨ªncipe), carrilleras estofadas al tinto de Rioja y de postre, queso Idiaz¨¢bal con membrillo y nueces, la tarta Baldosa de Bilbao y cerezas de temporada.

Antes de sentarse a la mesa, el departamento de Protocolo de la Casa del Rey sugiri¨® hacer la foto que sirviera como testimonio de la visita. Iba a ser la ¨²nica instant¨¢nea que se tomara pero, a petici¨®n de varios miembros de la sociedad, el Pr¨ªncipe accedi¨® a sacarse otras dos m¨¢s con ellos en el postre.

Comieron distendidamente. Era una de las peticiones de Zarzuela. ¡°Quer¨ªan que el ambiente fuera el de un txoko, con las cazuelas en medio de la mesa y que cada uno se sirviera¡±. Y en esto ¨²ltimo ejerci¨® de anfitri¨®n el diputado general que enseguida se levant¨® a hacer los honores. El Pr¨ªncipe estuvo escoltado a ambos lados por el lehendakari y el alcalde de Bilbao. Se olvidaron del protocolo. En la mesa estuvieron sin americana, pero con corbata.

Hablaron mucho, pero nada de pol¨ªtica. S¨ª de la vida, de la marcha de la econom¨ªa y de c¨®mo hab¨ªan vivido la final de la Copa del Rey disputada d¨ªas antes en Madrid. Pudieron beber txakol¨ª y Crianza Campillo aunque una vez terminado el postre, el Pr¨ªncipe se tom¨® tambi¨¦n media copa de pachar¨¢n. Adem¨¢s, hubo tiempo para que el alcalde de Bilbao se arrancara con unos boleros. Y antes de salir, como es tradici¨®n, escucharon y cantaron durante unos minutos el himno de la sociedad. Un d¨ªa para el recuerdo en la historia de este txoko, fundado en 1954 y que dispone en la actualidad de 85 socios.