Penas de 13 a?os de c¨¢rcel para dos j¨®venes por matar a un sacerdote

La Audiencia de Sevilla ha condenado a 13 a?os de c¨¢rcel a dos j¨®venes dedicados a la prostituci¨®n homosexual por matar a un sacerdote mientras manten¨ªan relaciones sexuales con ¨¦l y luego robarle sus pertenencias.

Fuentes del caso han informado a Efe de que la sentencia de la Secci¨®n Tercera, notificada hoy a los acusados en la c¨¢rcel, les ha impuesto a cada uno 12 a?os y medio de prisi¨®n por un delito de homicidio y otros seis meses por hurto.

La condena se ha producido pese a que los acusados Juan Manuel L.D. y Cristian M.D., entonces de 18 y 19 a?os, dijeron al tribunal que la muerte del sacerdote se produjo de manera accidental durante un juego para aumentar el placer sexual.

El sacerdote Ernesto M.L., de 65 a?os, los hab¨ªa acogido d¨ªas atr¨¢s en su casa, por lo que el primero de ellos, "como agradecimiento", mantuvo con ¨¦l relaciones sexuales en diferentes ocasiones, seg¨²n afirmaron los acusados. La noche del 6 de octubre de 2010, ambos mantuvieron de nuevo relaciones sexuales con ¨¦l en la cama del sacerdote, que posteriormente falleci¨® por asfixia al colocarle una almohada en la cara.

Los servicios sanitarios atribuyeron la muerte a causas naturales y el cuerpo de la v¨ªctima fue incinerado, pero la sentencia se ha basado en el testimonio de los forenses de que la muerte por asfixia no pudo producirse sin que alguien presionara la almohada contra la cara de la v¨ªctima. Los dos chicos fueron detenidos unas semanas despu¨¦s porque confesaron lo sucedido a un amigo residente en Guadalajara, que lo denunci¨® a la Polic¨ªa.

La condena incluye seis meses de c¨¢rcel por un delito de hurto, pues los j¨®venes se llevaron varias prendas de ropa, una c¨¢mara, un ordenador port¨¢til, un cargador y una maquinilla de afeitar.

Seg¨²n la acusaci¨®n, antes de salir de la casa los acusados soltaron al sacerdote de las amarras que hab¨ªan utilizado para las relaciones sexuales pero en el juicio declararon que no recordaban si lo colocaron con la mano sobre sus genitales para aparentar una muerte natural. Los j¨®venes atribuyeron su primera confesi¨®n ante la Polic¨ªa que entonces eran "muy inconscientes" y "sobre ellos pesaba la responsabilidad moral" de que el sacerdote hab¨ªa muerto mientras manten¨ªa relaciones con ellos.