¡°Mis hijas no pueden vivir al raso¡±
Cinco familias de Reus ocupan pisos tras ser derribadas las chabolas donde resid¨ªan. ¡°Antes ve¨ªamos la tierra y ahora, al menos, hay baldosas¡±
Las dos hijas de Carmen Garc¨ªa, una vecina de Reus (Baix Camp, Tarragona) de 42 a?os, saltan emocionadas sobre dos colchones instalados en el suelo de una destartalada habitaci¨®n a medio pintar. Tienen 10 y 12 a?os y nunca antes hab¨ªan dormido en un bloque de pisos. ¡°La puerta estaba abierta y entramos, hace tres a?os que no vive nadie aqu¨ª¡±, dice Carmen. Como ella y sus dos hijas, cinco familias m¨¢s del barrio Mas Pellicer han ocupado estos d¨ªas alguno de los pisos de la zona que estaban vac¨ªos, propiedad de los bancos.
Las cinco familias (unas 20 personas) sobreviv¨ªan desde hace dos d¨¦cadas en el barrio, unos metros m¨¢s all¨¢ de sus viviendas actuales, pero en barracas y naves. Las parcelas eran conocidas como el Corral de la Pacheca, aunque de ellas ya no quedan ni los cimientos: un juez orden¨® su derribo el mes pasado al encontrarse en p¨¦simas condiciones de seguridad y salubridad. De hecho, sus habitantes, la mayor¨ªa de etnia gitana y menores, se las ingeniaban para sobrevivir entre escombros y sin agua potable vendiendo chatarra.
¡°Ahora tampoco tenemos agua, vamos a buscar garrafas a la gasolinera o nos la sube mi cu?ada¡±, explica Carmen. Sus dos ni?as revolotean a su alrededor alegres, mientras ella recuerda el calvario de estas ¨²ltimas jornadas: ¡°Nos quedamos sin nada, los primeros d¨ªas fuimos al piso de abajo, a casa de mi cu?ada, pero no cab¨ªamos todos y tengo una hija reci¨¦n operada¡±, dice Carmen, quien a?ade que no forzaron la cerradura.
El Ayuntamiento promete que los afectados tendr¨¢n vivienda ¡°pronto¡±
Los vecinos no tienen luz y, de noche, se las ingenian con velas. ¡°Antes ve¨ªamos la tierra y, al menos, ahora hay baldosas¡±, comenta Carmen. En el piso no hay electricidad y por eso no hay frigor¨ªfico, aunque tampoco podr¨ªan coste¨¢rselo porque Carmen, afirma, se separ¨® hace dos a?os y no cobra ayudas. ¡°Los servicios sociales nos dieron la opci¨®n de alquilar un piso puente, pero ten¨ªa que pagar 300 euros y no los tengo¡±, sostiene. Su cu?ada le sube alguna olla de comida, aunque ella tampoco trabaja y vive con sus padres, que est¨¢n enfermos. ¡°La gente que diga lo quiera, la lluvia yo me la beb¨ªa, pero mis hijas no pueden dormir en el raso¡±, cuenta convencida Carmen.
Sus hijas se despiertan para ir colegio con dolor en los ri?ones, porque no tienen ¡°una cama verdadera¡±. ¡°Cogen humedad durmiendo, a esta familia le faltan muebles, que alguien les ayude¡±, pide Sebastiana Amador, su cu?ada. Los otros afectados por el derribo de las chabolas del Corral de la Pacheca viven ahora en el bloque de pisos de al lado. Felisa Garc¨ªa, de 44 a?os, tiene dos hijos de 11 y 18 a?os y tambi¨¦n ha ocupado un piso con su marido. ¡°Nosotros dos estamos enfermos, cobramos una ayuda de 304 euros al mes, nos pasan desde el piso de abajo el cable de electricidad algunas noches para que los ni?os vean la tele¡±, explica Felisa. Encarnaci¨®n G¨®mez tiene 17 a?os, un ni?o de un a?o y medio y vive con ellos.
¡°Fui a pedir la RMI y no me lo dieron¡±, afirma Encarnaci¨®n. La mayor¨ªa de afectados por el derribo se quejan de c¨®mo ha sido gestionado. ¡°Nos enterraron hasta la ropa¡±, replican. El Ayuntamiento sostiene que se est¨¢n tramitando todos los casos de afectados ¡ªsalvo el de una persona que se ha ido a vivir con un amigo¡ª y que los afectados tendr¨¢n un piso pronto. ¡°Si nos dan la patada, nos meteremos en otro¡±, concluye Carmen.
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