142 vigilantes y un armario
?C¨®mo evitar la tentaci¨®n de 142 vigilantes si las llaves est¨¢n tranquilamente colgadas de la puerta?
La filtraci¨®n del expediente Gil se ha atravesado en el camino de la Diputaci¨®n de Bizkaia. Paradojas del destino, a buen seguro. Casi tres meses despu¨¦s de emprender una profunda investigaci¨®n para conocer de una vez desde d¨®nde parti¨® la intencionada orden al mensajero de vocear que Melchor Gil ten¨ªa serios problemas con el fisco, en Hacienda ni siquiera se atreven a decir que no han sido ellos. Tan solo, que no tienen indicios de su sospechosa culpabilidad.
Pero al detallar la exculpaci¨®n, con su ejercicio de sinceridad, el diputado foral Iruarrizaga ha metido la inquietud en el cuerpo de muchos contribuyentes vizca¨ªnos. Cuando parec¨ªa com¨²nmente aceptado que los datos fiscales apenas eran manejados por un ramillete escogido y confidencial de manos diligentes, resulta, sin embargo, que est¨¢n a disposici¨®n de 142 vigilantes y que el armario donde se agolpan los expedientes tiene sus llaves, como admite la propia investigaci¨®n, al alcance del ¡°personal¡± de Hacienda, donde trabajan casi mil personas.
Hasta ahora, quienes pisan a diario Hacienda aseguran convencidos de que ah¨ª toda tecla deja una huella y que existe un espacio reservado para los asuntos de Estado. El denominado caso Melchor Gil lo ha sido desde el primer d¨ªa que se conocieron las dificultades del cu?ado del lehendakari L¨®pez para explicar c¨®mo pag¨® su chal¨¦; ahora bien, se cre¨ªa que jam¨¢s podr¨ªa ser tratado como un asunto de barra de bar. ?C¨®mo evitar la tentaci¨®n de 142 vigilantes o de echar un vistazo en el armario si las llaves est¨¢n tranquilamente colgadas de la puerta?
Le¨ªdo el informe, es normal que a la oposici¨®n le asalten las dudas. Incluso, no ser¨ªa descabellado que la Fiscal¨ªa intercediera para saber si tiene alguna responsabilidad. Seg¨²n sostiene Hacienda, nadie est¨¢ exento de culpa. En realidad, lo ¨²nico probado, hace ya tres meses, es que alguien orden¨® tirar la piedra. Y que se hizo sin salir de Bilbao.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.