De aviones, ministros y universidad
"El sexenio es un buen indicador para la misi¨®n que se le asign¨®, pero es un muy mal indicador para valorar la actividad global del profesorado"
Supongamos que a alguien se le ocurre plantear un puente a¨¦reo entre Madrid y Guadalajara (y pido perd¨®n por dar ideas). Cualquiera en su sano juicio dudar¨ªa del juicio del ¡°emprendedor¡±. Pero nadie pondr¨ªa en duda por ello la utilidad del avi¨®n como medio de transporte.
Pues a nuestro Ministerio de Educaci¨®n se le ha ocurrido -y lo ha conseguido- que discutamos acerca de si el avi¨®n es un medio adecuado de transporte.
Donde escribo ¡°avi¨®n¡± l¨¦ase ¡°sexenio¡±. Y donde escribo ¡°transporte¡± l¨¦ase ¡°medida de la producci¨®n investigadora¡±.
El reciente real decreto de racionalizaci¨®n del gasto p¨²blico en el ¨¢mbito educativo establece, en el ¨¢mbito universitario, una graduaci¨®n de la actividad docente del profesorado atendiendo a la ¡°intensidad y excelencia de su actividad investigadora¡±. La idea impl¨ªcita en este planteamiento no admite discusi¨®n. La manera de implementarla resulta totalmente err¨®nea.
La idea impl¨ªcita, al menos a mi entender, es que el profesorado cuya ¨²nica actividad es la docente debe dedicar a esa actividad todo el tiempo disponible, mientras que el profesorado que dedica parte de su tiempo a otras tareas propias de la labor universitaria podr¨ªa disponer de una cierta rebaja en el tiempo que dedica a su tarea docente. Hasta aqu¨ª todo perfecto. La equivocaci¨®n se produce cuando se plantea que la graduaci¨®n del tiempo a dedicar a la actividad docente depende, en exclusiva, del reconocimiento de la actividad investigadora de conformidad con el Real Decreto 1086/1989. Los conocidos ¡°sexenios¡±.
El discurso del se?or ministro es en extremo tendencioso cuando al decir que la mitad del profesorado no dispone de ¡°sexenio¡±, quiere dar a entender que la mitad del profesorado son unos vagos redomados.
Las actividades de transferencia tecnol¨®gica, las de formaci¨®n continua, las actividades culturales o art¨ªsticas, por citar s¨®lo algunas, son tareas que realiza el profesorado universitario, son funciones de la universidad y no necesariamente se miden con los ¡°sexenios¡±. Sin olvidar las actividades propias de la gesti¨®n universitaria o las de innovaci¨®n educativa, que requieren de mucha dedicaci¨®n m¨¢s all¨¢ de la considerada como ordinaria.
El Real Decreto 1086/1989 regul¨® las retribuciones del profesorado, estableciendo un complemento de productividad basado en la producci¨®n investigadora y evaluable cada seis a?os. Con posterioridad, al desarrollarse los criterios para la concesi¨®n de dicho complemento, se asent¨® la idea de primar la difusi¨®n de la investigaci¨®n mediante, principalmente, la publicaci¨®n de art¨ªculos cient¨ªficos en revistas. El ¡°sexenio¡± as¨ª planteado ha tenido indiscutibles efectos beneficiosos, incentivando y movilizando las energ¨ªas de numerosos grupos universitarios que se pusieron a la tarea de buscar el modo m¨¢s adecuado de publicar sus aportaciones en las revistas de val¨ªa seg¨²n los criterios del Journal of Citation Report, creando una cultura jotaerrecista que, es de reconocer, ha conseguido que la visibilidad de la producci¨®n cient¨ªfica espa?ola haya alcanzado cotas inimaginables. Dejando aparte otras disfunciones y distorsiones que no merece la pena comentar aqu¨ª y ahora, se puede concluir que el ¡°sexenio¡± ha sido un buen indicador y un buen incentivo para movilizar las energ¨ªas productoras de los investigadores, universitarios o no, espa?oles.
Lo que ocurre es que bastar¨ªa con leerse el art¨ªculo 1 de la Ley Org¨¢nica 6/2001, de 21 de diciembre, de Universidades, para apreciar que las funciones de la universidad, que define ese art¨ªculo 1, van mucho m¨¢s all¨¢ de aquello que mide un ¡°sexenio¡±. Es por ello que entender que la actividad del profesorado o es docente o es la que se mide a trav¨¦s de la obtenci¨®n de los ¡°sexenios¡± resulta limitativa de la propia actividad de la universidad y los universitarios.
En resumen, el ¡°sexenio¡± es un buen indicador para la misi¨®n que se le asign¨®. Pero es un muy mal indicador para valorar la actividad global del profesorado universitario.
?Eso significa que se deber¨ªa cambiar el enfoque del sexenio? Mi opini¨®n es que est¨¢ muy bien como est¨¢.
?Esto significa que se debe graduar la actividad docente del profesorado atendiendo a las adicionales actividades que, en su caso, pudiera realizar? Mi opini¨®n es que s¨ª.
La conclusi¨®n, por tanto, es que debe mantenerse la graduaci¨®n definida en el real decreto, pero debe acomodarse mediante un indicador que recoja las diferentes posibles actividades a realizar por el profesorado, lo que sin duda no es tarea f¨¢cil.
Estamos ante una mala soluci¨®n. Como malo es querer emplear el avi¨®n para ir de Madrid a Guadalajara.
Miguel ?ngel Fern¨¢ndez Prada es catedr¨¢tico de la Escuela T¨¦cnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia.
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