La acumulaci¨®n de esc¨¢ndalos agita la sanidad p¨²blica catalana
Entidades sociales y trabajadores llevan a los tribunales a varios gestores Los denunciantes critican la pasividad de partidos y ¨®rganos de control
La pax sanitaria que ha reinado en Catalu?a durante casi 30 a?os empieza a dar s¨ªntomas de agotamiento. La crisis, los recortes (un 10% del presupuesto en 2011), la contestaci¨®n interna y la creciente movilizaci¨®n social cuestionan el s¨®lido pacto t¨¢cito zurcido desde los a?os ochenta por pol¨ªticos y gestores sanitarios. La llamada socioverg¨¨ncia ha tenido en la sanidad su m¨¢ximo exponente, un terreno de consenso en el que CiU y el PSC se han repartido ¨¢reas de influencia mientras los gestores sanitarios gozaban de una estabilidad y unos ingresos envidiados en el resto de Espa?a.
En los ¨²ltimos 18 meses han estallado m¨¢s esc¨¢ndalos en la sanidad catalana que en las dos d¨¦cadas anteriores, un c¨²mulo de pagos irregulares, adjudicaciones sin concurso, favores pol¨ªticos y salarios millonarios con un nexo en com¨²n: la aparente incapacidad de los ¨®rganos de control para ponerles coto. Ante el creciente descr¨¦dito institucional, una suma dispersa de profesionales sanitarios, activistas, entidades sociales y formaciones de nuevo cu?o amenaza con desbordar a partidos e instituciones dando un paso al frente para airear y llevar estos casos a los tribunales.
Los denunciantes critican la pasividad de partidos y ¨®rganos de control
Seg¨²n Joan Benach, profesor de Salud P¨²blica en la Universidad Pompeu Fabra, la crisis y los recortes han llevado a una parte de la poblaci¨®n a ¡°despertar y exigir que los responsables de todo caso de corrupci¨®n rindan cuentas¡±. ¡°Cuesta entender la impunidad que ha reinado durante a?os¡±, opina Carme P¨¦rez, radi¨®loga del hospital de Sant Pau que ha destapado numerosas irregularidades en el centro. ¡°No queremos erigirnos en jueces, sino que los responsables respondan por sus acciones¡±, afirma ?ngels Castells, integrante de la Iniciativa Penal Popular (IPP), organizaci¨®n que agrupa a una veintena de entidades sociales y que quiere llevar el caso Crespo a los tribunales. Este caso es quiz¨¢ el de mayor calado institucional por el papel desempe?ado en ¨¦l por CiU, el Departamento de Salud de la socialista Marina Geli y la Sindicatura de Cuentas catalana. Xavier Crespo, exalcalde de Lloret de Mar (Selva) y diputado por CiU en el Parlament, donde preside la comisi¨®n de salud, dirigi¨® entre 2000 y 2003 una empresa filial de la corporaci¨®n p¨²blica que gestiona los hospitales de Blanes (Selva) y Calella (Maresme). La Intervenci¨®n de la Generalitat detect¨® irregularidades en la compa?¨ªa, lo que motiv¨® en 2005 la apertura de una investigaci¨®n por la sindicatura. Los auditores encontraron pagos irregulares por 1,3 millones de euros y unas p¨¦rdidas patrimoniales y de ingresos de 2,7 millones para los hospitales. Los principales beneficiados eran Crespo, su esposa, varios m¨¦dicos y otros dos ediles de CiU y PSC.
La sindicatura, sin embargo, nunca remiti¨® la auditor¨ªa al Parlament. Tras recibir presiones de CiU, el pleno del organismo decidi¨® guardarla en un caj¨®n, alegando defectos t¨¦cnicos, y enviar al Tribunal de Cuentas solo las irregularidades iniciales reveladas por la Intervenci¨®n. El segundo cap¨ªtulo de esta historia se escribi¨® mientras el Tribunal de Cuentas examinaba el caso entre 2007 y 2010. Salud no solo no se person¨®, sino que ayud¨® a Crespo en su defensa. El tribunal, ante la actitud de las partes perjudicadas ¡ªGeneralitat y hospitales¡ª, archiv¨® el caso en 2010.
Pese a la gravedad de las irregularidades, que, seg¨²n el catedr¨¢tico de Derecho Penal Joan Queralt, podr¨ªan constituir delitos de malversaci¨®n, societarios y negociaciones prohibidas a funcionarios, la respuesta institucional al caso ha sido muy tibia. La sindicatura se ha enrocado en un debate administrativo ¡ªalega que la auditor¨ªa no tiene validez ya que no fue aprobada en el pleno¡ª, CiU ha cerrado filas en torno a Crespo y diputados socialistas incluso han salido en su defensa. Solo Iniciativa per Catalunya (ICV) y, en menor medida, Esquerra Republica (ERC) han exigido que la sindicatura haga p¨²blico el informe Crespo, que ICV quiere enviar al Tribunal de Cuentas.
Ante esta situaci¨®n, la asamblea de la Iniciativa Penal Popular (IPP) vot¨® el pasado jueves presentar una querella contra los responsables del caso Crespo. ¡°Si partidos y Generalitat no hacen el trabajo que de ellos se espera, la sociedad debe tomar el relevo¡±, explican representantes de la IPP.
La Sindicatura de Cuentas ocult¨® una auditor¨ªa que hall¨® irregularidades
Tambi¨¦n el caso Ramon Bag¨® ilustra una forma de hacer las cosas que hasta hace poco nadie ha cuestionado. Empresario, exalcalde de Calella por CiU y cruz de Sant Jordi ¡ªm¨¢ximo galard¨®n de la Generalitat¡ª, Bag¨® ha acaparado en las ¨²ltimas d¨¦cadas decenas de millones de euros en contratos en los hospitales catalanes, muchos sin concurso p¨²blico, para su empresa de restauraci¨®n. Bag¨® es tambi¨¦n uno de los hombres fuertes de la sanidad catalana. Impulsor y directivo del Consorcio de Salud y Social de Catalu?a (CSC) ¡ªun organismos p¨²blico de origen municipalista que cuenta con un peque?o holding de empresas que gestiona decenas de centros en Catalu?a¡ª, ha logrado muchas adjudicaciones por esa v¨ªa.
En ocasiones, el conflicto de intereses era flagrante, como en el centro sociosanitario El Carme, de Badalona. Bag¨® formaba parte del Consejo de Administraci¨®n de El Carme ¡ªuna empresa municipal en la que participaba el CSC¡ª, que adjudic¨® sin concurso a su empresa el servicio de cocina, un contrato de 14 a?os y m¨¢s de 10 millones de euros. Nadie levant¨® la voz hasta hace dos a?os. Fue una revista local de la provincia de Girona, Cafeambllet. Tras publicar el caso, su editor, Albano Dante, denunci¨® el caso a la Oficina Antifraude, que ahora ultima una investigaci¨®n.
El caso Innova o caso Prat salpica al presidente del Instituto Catal¨¢n de la Salud (ICS), Josep Prat. Innova es una gran empresa del Ayuntamiento de Reus con importantes actividades en el sector sanitario. Todos los partidos locales ¡ªCiU, el PSC y en este caso tambi¨¦n el PP, ERC e ICV¡ª han participado desde los consejos de administraci¨®n en la formaci¨®n del holding municipal. Las remuneraciones en Innova eran gigantescas: Prat cobraba 280.000 euros anuales, adem¨¢s de un Audi A6, por dirigir Innova. Otra media docena de altos cargos municipales, entre ellos el gerente del hospital, se acercaban a los 200.000.
Josep Prat fue nombrado tras la llegada de Artur Mas a la Generalitat presidente del ICS, que gestiona la mayor¨ªa de los centros de atenci¨®n primaria y ocho grandes hospitales
Despu¨¦s de 20 a?os de consenso sobre Innova en Reus, la llegada al pleno (y a los consejos de administraci¨®n de Innova) tras las ¨²ltimas elecciones de David Vidal, concejal de la CUP ¡ªpartido independentista de organizaci¨®n asamblearia¡ª, agit¨® la pol¨ªtica local. ¡°Todo se votaba sin debate ni casi informaci¨®n¡±, recuerda. Vidal empez¨® a hacer preguntas y la nueva din¨¢mica destap¨®, adem¨¢s de las elevadas remuneraciones (hasta entonces secretas), sobresueldos fuera de la normativa y directivos que adjudicaban contratos a sus empresas.
Tras la llegada de Artur Mas a la Generalitat,?Prat fue nombrado presidente del ICS, que gestiona la mayor¨ªa de los centros de atenci¨®n primaria y ocho grandes hospitales. Innova, a trav¨¦s de su filial Sagessa, dirige, por su parte, m¨¢s de una docena de centros sanitarios en el sur de Catalu?a que compiten con los del ICS para captar inversiones y fondos p¨²blicos. Prat, adem¨¢s, era vicepresidente de USP, un gran grupo hospitalario privado. Nadie se fij¨® en el evidente conflicto de intereses por compatibilizar los tres cargos hasta que la CUP llev¨® el caso a la justicia. Prat tuvo que dimitir de sus puestos en Innova y USP. Su caso est¨¢ hoy en manos de la Fiscal¨ªa de Tarragona.
El papel de Cafeambllet con Bag¨® o el de la CUP con Prat lo asume en el caso Sant Pau Carme P¨¦rez, una radi¨®loga que lleva m¨¢s de 30 a?os trabajando en el hospital barcelon¨¦s. Tras a?os viendo c¨®mo se suced¨ªan nombramientos y contratos sospechosos, y despu¨¦s de recopilar toda la documentaci¨®n posible, P¨¦rez y varios compa?eros presentaron a principios de mayo una querella contra los responsables de Sant Pau. Tres de ellos han sido imputados y el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 22 de Barcelona avanza en unas investigaciones que se prev¨¦n largas. La querella de P¨¦rez recoge un c¨²mulo de sobresueldos y pagos irregulares, y cuestiona varios grandes contratos ¡ªel hospital adjudic¨® a dedo dos de las cuatro fases de construcci¨®n de su nuevo edificio¡ª y favores pol¨ªticos, el m¨¢s conocido el de Ricard Guti¨¦rrez Mart¨ª, hombre del PSC y ex gerente adjunto del hospital hasta 2004, aunque sigui¨® percibiendo el sueldo hasta 2011.
En la sanidad catalana todo est¨¢ mucho m¨¢s conectado de lo que parece. El peculiar sistema sanitario se dibuja como una pir¨¢mide en la que la Generalitat financia desde la c¨²spide a cerca de 70 hospitales con m¨²ltiples formas jur¨ªdicas ¡ªfundaciones, consorcios, empresas municipales, entidades privadas sin af¨¢n de lucro, los del ICS...¡ª que gozan en la base de una gran autonom¨ªa.
El vac¨ªo creado por la desvinculaci¨®n de la Generalitat de la gesti¨®n de los centros ha sido ocupado por entidades como el CSC y otros poderes f¨¢cticos que con los a?os han desarrollado una tupida red de intereses no siempre transparente. Prat era el hombre fuerte de Innova, pero tambi¨¦n uno de los pesos pesados del CSC, lo mismo que Bag¨®. El control de la gesti¨®n de muchos hospitales ha hecho del CSC, que dirig¨ªa los hospitales de Blanes y Calella durante el caso Crespo, un actor clave en la sanidad catalana por sus privilegiados contactos pol¨ªticos y los muchos cargos que nombra en los hospitales.
El inter¨¦s de CiU y el PSC de alejar la sanidad de la confrontaci¨®n pol¨ªtica sent¨® en los a?os ochenta las bases de la pax sanitaria. Ahora los recortes, los esc¨¢ndalos y el creciente descontento y movilizaci¨®n social amenazan con cuestionarla por primera vez.
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