Arenas cierra el chiringuito
El presidente del PP liquid¨® dos d¨¦cadas de mando omn¨ªmodo en el PP de Andaluc¨ªa en 22 segundos
Rajoy se despach¨® el rescate en 22 minutos y sali¨® de estampida a Polonia para ver un partido de f¨²tbol. Arenas fue a¨²n m¨¢s r¨¢pido: se liquid¨® dos d¨¦cadas de mando omn¨ªmodo en el PP de Andaluc¨ªa en 22 segundos. Y se fue a su casa para hacer las maletas. Destino: Madrid.
Hay un punto en com¨²n en esas intervenciones de los dos veteranos supervivientes de la era Aznar: ambos han mentido. Rajoy, el mismo domingo, cuando negaba la evidencia: los 100.000 millones que presta Bruselas son un rescate. No una l¨ªnea de cr¨¦dito. As¨ª lo han entendido los dirigentes europeos y la prensa mundial.
Arenas minti¨® antes de grabar ese video en el que anuncia su renuncia a seguir liderando el PP. Desde hac¨ªa meses, la ¨²ltima vez una semana antes de su estampida, ven¨ªa repitiendo que no abandonar¨ªa Andaluc¨ªa, que su puesto estaba aqu¨ª.
Pero aqu¨ª, Arenas era un cad¨¢ver pol¨ªtico. Un zombi que repet¨ªa incansable los mismos argumentos que le dieron una hist¨®rica victoria en las urnas el 25-M, aunque insuficiente para alcanzar la presidencia. Se le ve¨ªa aburrido. No pudo disimular su hast¨ªo en el debate de investidura. Y, sobre todo, carec¨ªa de discurso cre¨ªble.
Porque aqu¨ª atacaba lo que su partido hac¨ªa en otras comunidades: critica la rebaja salarial de los empleados p¨²blicos que negocia la Junta con los sindicatos, mientras aplaude el ordeno y mando de Aguirre y Cospedal, que bajan salarios y adem¨¢s despiden a miles de trabajadores en Madrid y Castilla-La Mancha. Aqu¨ª pide transparencia en el uso de fondos p¨²blicos y en el Congreso su partido impide que el acorralado D¨ªvar d¨¦ explicaciones de sus gastos suntuosos en Marbella. Aqu¨ª pide comisiones de investigaci¨®n y en Madrid su partido se niega a investigar el mayor fiasco financiero de la democracia, Bankia.
Lo espera Madrid. Dicen que para poner orden, y su cara, a un PP, y quiz¨¢ a un Gobierno, que hacen aguas por todas partes. Incapaces ambos de sortear el tsunami de la crisis.
La cuesti¨®n es: ?Un pol¨ªtico que ha fracasado nada menos que una, dos, tres, cuatro veces en alcanzar su principal objetivo, la presidencia de la Junta, es la persona adecuada para salvar a un partido y a un Gobierno con el agua hasta el cuello?
La segunda cuesti¨®n: ?Permitir¨¢ la secretaria general del PP, Mar¨ªa Dolores de Cospedal, ¨¦sta s¨ª, victoriosa presidenta con mayor¨ªa absoluta en Castilla-La Mancha, que el humillado Arenas le haga sombra y le robe protagonismo?
Hay que reconocerle a Arenas el m¨¦rito de haber sacado al PP de la caverna. De haber ganado las tres ¨²ltimas convocatorias electorales: municipales, generales y auton¨®micas. De que su gente gobierne en las ocho capitales de provincia y en muchas Diputaciones. En sentido inverso, se debe reconocer que, al menos en Andaluc¨ªa, Arenas es un pol¨ªtico amortizado. Aqu¨ª ya no tiene nada que hacer. Y por eso se va.
Esta nueva fuga de Arenas, que recuerda a la de 1996, cuando Aznar lo sac¨® de su depresi¨®n poselectoral para hacerle ministro, deja algunos cabos sueltos. Por ejemplo: su renuncia a la presidencia del PP andaluz, ?lleva aparejada su dimisi¨®n como diputado auton¨®mico? ?Y de senador? Ni en la brev¨ªsima alocuci¨®n grabada de un tercio de minuto, ni en la carta de folio y medio que Arenas envi¨® a sus militantes, dice nada al respecto.
La huida de Arenas coincide con una hist¨®rica decisi¨®n que hoy aprobar¨¢ el Parlamento: una comisi¨®n de investigaci¨®n sobre el lamentable asunto de los ERE. ?Estar¨¢ ausente Arenas? ?Desperdiciar¨¢ la oportunidad de poner contra las cuerdas a Gri?¨¢n y a Chaves, los dos socialistas que bloquearon su acceso al Palacio de San Telmo?
Ser¨¢ una pena no ver a Arenas pavonearse en esas estimulantes sesiones parlamentarias. Pero ya lo han visto: el campe¨®n ha echado el cierre a su chiringuito andaluz.
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