Delfines en peligro en el Cap de Creus
Las embarcaciones motoras que navegan a gran velocidad causan graves heridas a los cet¨¢ceos
En el Cap de Creus (Alt Empord¨¤) habitan delfines y est¨¢n en peligro. No por la voracidad de grandes depredadores, sino por la acci¨®n del hombre. Las embarcaciones de recreo ocultan una afilada arma que acecha a los cet¨¢ceos: las h¨¦lices. En los ¨²ltimos meses, hasta ocho delfines mulares han sido avistados con profundas heridas. Lo han denunciado los responsables del proyecto Ninam, que alertan tambi¨¦n sobre las heridas que los hilos de pesca causan a esta entra?able especie, la m¨¢s sociable entre los delfines y la que habita cautiva en zool¨®gicos y delfinarios.
La m¨¢s sociable y la m¨¢s vulnerable, puesto que vive en un radio de dos millas de la costa. ¡°Justo donde circulan la mayor parte de embarcaciones motoras¡±, lamenta Gemma Gonz¨¢lez, bi¨®loga del Ninam, una plataforma de estudio de cet¨¢ceos. Los patronos que surcan las aguas del Cap de Creus no pueden ver qu¨¦ se mueve bajo la superficie.
Espa?a aprob¨® un real decreto en 2007 para proteger a los cet¨¢ceos que habitan en sus costas del efecto da?ino de las embarcaciones. El ¡°trasiego¡± de barcos en la cercan¨ªa de los animales les produce un ¡°constante estado de estr¨¦s¡±, afirma el texto a partir de diversos estudios cient¨ªficos. ¡°El transporte mar¨ªtimo puede llegar a producir efectos adversos sobre las poblaciones y su h¨¢bitat, tanto por la colisi¨®n con individuos [¡]como por afectar a su comunicaci¨®n y da?ar su sistema auditivo¡±, establece el real decreto. Aunque el texto est¨¢ pensado sobre todo para controlar las actividades de avistamiento de cet¨¢ceos, el mayor peligro para los animales no proviene de los cient¨ªficos que las organizan, sino de las embarcaciones motoras de recreo, al menos en el Cap de Creus.
Los cient¨ªficos de Ninam estiman que en esta zona habitan durante todo el a?o unos 150 delfines mulares, de los cuales han identificado a 120. De ellos, al menos ocho sufren heridas y amputaciones graves. La mayor¨ªa son hembras, lo que dificulta su supervivencia y crianza y, por tanto, la reproducci¨®n de la especie. No todas las heridas las provocan las h¨¦lices. Es posible que los hilos de pesca que emplean los barcos de arrastre o los pescadores tambi¨¦n hayan causado alguna de esas amputaciones. ¡°Y nosotros solo vemos a los que sobreviven¡±, afirma Albert L¨®pez, responsable de navegaci¨®n de la plataforma.
Los miembros de Ninam, un grupo que vive de la (escasa) financiaci¨®n p¨²blica y de las contribuciones por las expediciones que realizan en su catamar¨¢n, han organizado charlas en clubes n¨¢uticos para concienciar a los due?os de embarcaciones. Dicen que con escaso ¨¦xito. ¡°Se emocionan si les explicamos el tipo de fauna que hay en esta costa, pero luego cuando est¨¢n en el mar se olvidan¡±, explica la bi¨®loga. En el Cap de Creus habitan o transitan ocho especies de cet¨¢ceos, entre ellos delfines listados, calderones y delfines comunes. El delf¨ªn mular es un animal ¡°de inter¨¦s comunitario¡± incluido en la directiva de la Uni¨®n Europea de conservaci¨®n de los h¨¢bitats naturales y de la fauna y flora silvestres. Por ello, su h¨¢bitat se incluye en una Zona Especial de Conservaci¨®n, sometida a controles espec¨ªficos. El decreto establece una zona de exclusi¨®n: las embarcaciones no pueden acercarse a m¨¢s de 60 metros de los delfines y, durante las expediciones de observaci¨®n, no pueden superar los cuatro nudos de velocidad. La medida no funciona, afirman los cient¨ªficos de Ninam, porque las embarcaciones van a tal velocidad que no se percatan de la presencia de los delfines.
La presi¨®n de las embarcaciones ha llevado a la poblaci¨®n de delfines mulares a ampliar su ¨¢rea de movimiento y a ocupar lugares con menos tr¨¢fico. En un informe sobre la especie, los miembros de Ninam propusieron una serie de medidas para proteger el delf¨ªn mular, como la instalaci¨®n de balizas en la reserva marina del parque natural, el incremento de la vigilancia y la posibilidad de establecer una ecotasa. Los cient¨ªficos concluyen que la protecci¨®n de la especie necesita un ¡°mayor inter¨¦s¡± por parte de las instituciones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.