La restricci¨®n del Gobierno frena las solicitudes de refugiados
La Comunidad Valenciana es la cuarta regi¨®n espa?ola con m¨¢s peticiones
El 2011 fue un a?o movido. Las revueltas en el Magreb atrajeron las miradas de todo el mundo, que puso su foco en las batallas y las protestas de la llamada primavera ¨¢rabe. Espa?a, que se benefici¨® de un turismo espantado de la costa africana, no vio, sin embargo, un incremento ¡°real¡± de solicitudes de asilo debido a que ¡°el Gobierno de Espa?a, en lugar de atender al derecho internacional humanitario y proteger a las personas, est¨¢ aplicando mecanismos para que los refugiados ni siquiera lleguen al Estado espa?ol¡±, seg¨²n declar¨® este martes Jaume Dur¨¢, coordinador de la Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado (CEAR) en el Pa¨ªs Valenciano.
Dur¨¢ explic¨® que la Comunidad Valenciana recibi¨® 228 solicitudes de protecci¨®n internacional frente a las 181 del a?o anterior, convirti¨¦ndose en la cuarta regi¨®n m¨¢s con m¨¢s solicitudes del territorio nacional. Por delante est¨¢n Madrid, Ceuta y Barcelona. Tambi¨¦n coment¨® que, en total, nuestro pa¨ªs recibi¨® 3.414 peticiones, 600 m¨¢s que en 2010. Una cifra ¡°enga?osa¡± ¡ªseg¨²n matiz¨®¡ª pues incluye a los 1.159 ciudadanos cubanos que llegaron a trav¨¦s de un acuerdo entre los Gobiernos de los dos Estados.
Con motivo del d¨ªa del internacional del refugiado, que se celebra hoy, CEAR present¨® su d¨¦cimo informe sobre la situaci¨®n de personas refugiadas y denunci¨® que ¡ª¡°lejos de las 42.190 peticiones de Francia o las 24.150 de Italia, pa¨ªses vecinos en el Mediterr¨¢neo¡±¡ª el Ministerio de Interior espa?ol ¡°entorpece¡± el proceso de acogida: ¡°Solo se puede pedir permiso dentro de las fronteras¡±, apunt¨®, ¡°y eso es impedir el acceso al procedimiento de asilo, un derecho mundialmente reconocido¡±, concluy¨®.
De los 228 casos de la Comunidad Valenciana, solo 40 pertenecen a Alicante, ya que los de Castell¨®n se derivan a Valencia. Seis de ellas provinieron de personas que estaban en el Centro de Internamiento para Extranjeros (CIE) de Zapadores y una de un ciudadano argelino que lleg¨® al Puerto de Valencia como poliz¨®n a bordo de un barco de bandera egipcia. En el caso del CIE, Dur¨¢ alert¨® de que ¡°la mayor¨ªa de las veces se aplica el principio de devoluci¨®n¡± y que se les oculta a los internos la posibilidad de este recurso.
Seg¨²n resumi¨® el coordinador, adem¨¢s, en el mundo hay m¨¢s de 43 millones de personas en esta situaci¨®n. Un 97% pertenece a lugares de ¡°fuera de los pa¨ªses industrializados¡± como la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, Somalia, Afganist¨¢n o Irak.
"No quiero que maten a mi hijo"
Mar¨ªa del Socorro Vives tiene 65 a?os pero aparenta bastantes menos. Naci¨® en Buenaventura, una localidad de la costa del Pac¨ªfico en Colombia, y ejerci¨® de auxiliar de enfermer¨ªa en el hospital de la ciudad. All¨ª se afili¨® a un sindicato en 1985, cuando los paramilitares ejerc¨ªan una presi¨®n atroz sobre este tipo de agrupaciones. En cinco a?os vio c¨®mo algunos de sus compa?eros sufr¨ªan claras vejaciones o eran directamente asesinados. ¡°A veces mataban a dos, tres o hasta cinco¡±, relata. Ante esta insostenible situaci¨®n, su c¨ªrculo m¨¢s cercano le aconsej¨® que se marchase. Poco despu¨¦s parti¨® a Cali, la capital de la provincia. All¨ª, con dos hijos, fue v¨ªctima de un ataque a traici¨®n por una persona en moto que iba ¡°sin placa ni luces¡±. Por suerte, ella y su ni?o menor, que entonces ten¨ªa siete a?os, salieron ilesos.
Una supervivencia que les apremi¨® para salir de su pa¨ªs. En 2007, con los ahorros de ¡°toda una vida trabajando¡±, lleg¨® a Barajas de turista y pidi¨® asilo en el mismo aeropuerto. Ven¨ªa con su hijo de 29 a?os y con el peque?o, de casi ocho. Al menor y a ella les dejaron quedarse. Al mayor lo repatriaron.
En Madrid pas¨® un mes con la Cruz Roja y despu¨¦s fue trasladada al Centro de Atenci¨®n al Refugiado de Mislata, en Valencia, donde estuvo nueve meses. Ahora, con su hijo estudiando ¡°con mucha dificultad¡± el primer curso de la ESO, se alegra de haber salido pero espera ¡°que est¨¦n mejor las cosas¡± para volver a Colombia. ¡°Aqu¨ª tengo permiso, pero no puedo hacer nada. Malvivo del subsidio¡±, lamenta. ¡°En mi familia me dicen que no regrese, por miedo a que me pase algo¡±, explica, ¡°pero yo no estoy aqu¨ª por haber cometido ninguna falta sino porque no quiero que maten a mi hijo¡±, sentencia.
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