El Estado pagar¨¢ una indemnizaci¨®n millonaria a los antiguos due?os de Ons
El Supremo da la raz¨®n a los descendientes de los propietarios, que piden 1,7 millones
En la pelea de los vecinos de la isla de Ons por la propiedad de sus casas, que se remonta ya casi a medio siglo, permaneci¨® sepultada durante a?os una variable inc¨®moda para las sucesivas administraciones p¨²blicas. La familia Riob¨®, heredera del ¨²ltimo propietario de Ons, ten¨ªa, seg¨²n las leyes del franquismo, el derecho a recuperar la propiedad si se cambiaba el destino militar para el que fue expropiada. Permanecieron callados hasta 1996, pero desde entonces vienen librando una batalla judicial que rebota de tribunal en tribunal. La ¨²ltima sentencia del Supremo, emitida la semana pasada, confirma el derecho a indemnizaci¨®n, cuyo montante podr¨¢ estar entre los 350.000 euros que ofrec¨ªa el Estado y los 1,74 que pide la familia.
Aunque entre las estrellas de cine no es del todo inusual la compra de islotes en mares ex¨®ticos, la t¨®nica general en Espa?a ha sido la paulatina reversi¨®n de las islas al dominio p¨²blico. En Galicia el mayor empuj¨®n lleg¨® en tiempos del bipartito. En 2007 se expropi¨® Cortegada por 1,8 millones de euros, bastantes menos de los 8,6 que tuvo que emplear el mismo a?o el Ministerio de Medio Ambiente para birlarle S¨¢lvora a una Caixa Galicia en plena vor¨¢gine inmobiliaria, que ya ten¨ªa pactada la compra al marqu¨¦s de Revilla. La historia de Ons es distinta. Propiedad nobiliaria hasta los a?os veinte del siglo pasado, el m¨¦dico Manuel Riob¨® Guimer¨¢ns, natural de Bueu, la compr¨® por 250.000 pesetas tras un econ¨®micamente provechoso paso por la emigraci¨®n filipina. Una d¨¦cada despu¨¦s, form¨® la sociedad limitada Isla de Ons, que reg¨ªa junto a su hijo Didio. Riob¨® padre muri¨® en 1933 y su hijo le sigui¨® pronto. Se suicid¨® en 1936, antes de que los fascistas le diesen caza.
Sin reparar demasiado en los colonos que desde comienzos de siglo crec¨ªan en n¨²mero, la dictadura expropi¨® la isla en 1941 por un mill¨®n de pesetas, para dejarla en manos del Ministerio del Ej¨¦rcito.
Seg¨²n Manuel Riob¨® Fern¨¢ndez, nieto de los Riob¨® originales, la idea era hacer de Ons una base para que los submarinos de la Alemania nazi tuviesen guarida, en una ¨¦poca en la que parec¨ªa que el III Reich llevaba las de ganar en la II Guerra Mundial. De la derrota final y las contorsiones de Franco para desmarcarse del bando perdedor deriv¨® tambi¨¦n la posibilidad de que la familia recuperase la propiedad, porque la jurisprudencia entiende que si desaparece el fin que justific¨® la expropiaci¨®n, los antiguos due?os pueden pagar lo debido y reinstaurarse como propietarios. El cambio en la naturaleza de la ocupaci¨®n se formaliz¨® en 1965, cuando el Ministerio de Agricultura tom¨® posesi¨®n. En aquella d¨¦cada la poblaci¨®n lleg¨® a rozar las 500 personas, pero los Riob¨® permanecieron silentes. "Siempre fue un tema tab¨² entre nosotros, por miedo a represalias y quiz¨¢s por alg¨²n problema familiar", reflexiona Riob¨® Fern¨¢ndez, que asegura que el legajo en que figuraban los t¨¦rminos de la expropiaci¨®n les fue ocultado durante d¨¦cadas. ¡°Mi familia no ten¨ªa un duro y tuvo que trabajar donde pudo. Las pasaron putas para sobrevivir en la posguerra¡±, sostiene el descendiente, que recuerda que su padre, muerto antes de cumplir los 50 a?os, comentaba en ocasiones su deseo de escribir la historia de la isla.
La dictadura de Franco expropi¨® la isla para dedicarla a usos militares
El peregrinaje jur¨ªdico empez¨® a finales de 1996, cuando Riob¨® Fern¨¢ndez se puso de acuerdo con sus primos para reclamar finalmente la reversi¨®n. A pesar del tiempo transcurrido, contaban con que la ley vigente en la ¨¦poca de la expropiaci¨®n no se?alaba un plazo de caducidad para ejercer el derecho. Tras las negativas en el tr¨¢mite administrativo, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid falla por primera vez a favor de los herederos, ordenando la reversi¨®n ¡°en natura¡± o la indemnizaci¨®n. La sociedad limitada fundada en los a?os treinta, aunque inactiva, sirvi¨® a la familia para hacer valer la propiedad a ojos de los magistrados.
La Abogac¨ªa del Estado y la Xunta ¡ªque pas¨® a ser la responsable administrativa en 1984¡ª llevaron el litigio al Supremo, que en 2005 volvi¨® a dar la raz¨®n a los Riob¨®, pero introdujo un matiz que rebaja dr¨¢sticamente las expectativas econ¨®micas de los viejos due?os. La resoluci¨®n previ¨® que ya que Ons¡ª parte del Parque Nacional Illas Atl¨¢nticas desde 2002¡ª probablemente tendr¨ªa que volver a ser expropiada, ser¨ªa suficiente compensar con el 5% del valor de la isla a los reclamantes.
En los siete a?os siguientes, la cuesti¨®n ha estribado en cu¨¢l ser¨ªa la cifra. La sociedad estatal Tragsa la tas¨® en siete millones de euros, una cifra menor de la esperada. ¡°Pusieron el precio del metro cuadrado en un euro, como si fuera un pastizal de secano en A Ca?iza, cuando en S¨¢lvora se pag¨® a 4,8¡±, recuerda Riob¨®, que censura el ¡°recochineo¡± de aquel c¨¢lculo, en el que se afirmaba, asegura, que la isla aroousana val¨ªa m¨¢s porque ten¨ªa m¨¢s percebes. La ¨²ltima resoluci¨®n no cuestiona los criterios que se utilizaron pero dice que se debe tomar como fecha para el c¨¢lculo de la indemnizaci¨®n la de 2005, y no la de 1997 que se estableci¨® de entrada.
De la subida del valor del terreno en esos a?os depender¨¢ el cobro final y el fin de un proceso al que tambi¨¦n esperan los vecinos para solucionar sus propios pleitos. ¡°Mientras no se resolviese lo de los Riob¨® ten¨ªamos las manos atadas¡±, apunta, por su parte, Mar¨ªa Jos¨¦ P¨¦rez, presidenta de una de las dos asociaciones de vecinos de Ons, que tambi¨¦n pleitea para que el sistema actual de concesiones para las casa se cambie por la plena propiedad.
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