¡°Tengo 60 a?os. ?Ad¨®nde voy ahora?¡±

¡°Tengo 60 a?os. ?Ad¨®nde voy yo ahora? Si no hay trabajo para los j¨®venes, imag¨ªnate para m¨ª¡±. La mujer que habla lleva 24 a?os trabajando como lavandera en un gran hospital p¨²blico madrile?o. Accede a contar su situaci¨®n solo si no se la identifica: pese a su prolongada relaci¨®n laboral con el centro, por la que cobra un poco menos de 1.000 euros al mes, sigue siendo interina. ¡°No quiero que me metan la primera en la lista de los que van a echar¡±, dice. Porque el Gobierno regional ha declarado su categor¨ªa, lavandera, ¡°a extinguir¡±. Ese y otros 25 oficios no sanitarios (alba?il, carpintero, pinche de cocina, telefonista...) en los hospitales p¨²blicos van a desaparecer, seg¨²n el proyecto de ley que se est¨¢ tramitando en la Asamblea de Madrid y que consagra un ajuste de 1.045 millones en el presupuesto regional de 2012.

¡°Me veo en la calle. Y como yo, todos los que no somos fijos¡±, se lamenta. La lectura del proyecto de ley confirma su pron¨®stico. El personal fijo podr¨¢ ser recolocado en cualquier hospital de la regi¨®n. De los temporales, ni palabra. El futuro es la privatizaci¨®n. Progresivamente se producir¨¢ la ¡°externalizaci¨®n¡± de todos los servicios no sanitarios, lo que dibuja para los trabajadores temporales un futuro muy negro. Y no son pocos. La mitad de los 3.000 empleados de esas 26 categor¨ªas carecen de contrato fijo. ¡°Estos d¨ªas vienen muchos compa?eros a preguntarnos. Quieren saber cu¨¢ndo les van a despedir. Necesitan hacerse su composici¨®n de lugar. Quien m¨¢s quien menos tiene una hipoteca o una familia que mantener¡±, cuenta Ana S¨¢nchez, secretaria general de Comisiones Obreras en el Cl¨ªnico.

¡°Los interinos ir¨¢n a la calle, pero nadie nos informa de nada¡±, a?ade Fernando Borreguero, delegado sindical de UGT en el hospital Ram¨®n y Cajal. En CSIT-UP tambi¨¦n est¨¢n a la espera de conocer los detalles, aunque su secretario de Sanidad, Jes¨²s Gonz¨¢lez, cree que las privatizaciones pueden ser inminentes en los centros m¨¢s peque?os, de los que se despedir¨¢ a los interinos y agrupar¨¢ a los fijos en otros centros. Las categor¨ªas con m¨¢s puestos son pinches (596 fijos y 614 temporales), cocineros (101 fijos y 104 eventuales) y lavanderos (30 fijos y 63 eventuales), seg¨²n los datos ofrecidos por la Consejer¨ªa de Sanidad.

La preocupaci¨®n de Manuel y Concha es otra. ¡°No sabemos a d¨®nde nos van a mandar cuando entren las empresas¡±, dice Concha, que lleva 36 a?os trabajando de costurera en el Hospital Cl¨ªnico. Su marido es empleado de mantenimiento all¨ª desde hace 38 a?os. El proyecto de ley que decidir¨¢ su futuro ¨²nicamente se?ala que pasar¨¢n a ¡°prestar servicios en los centros sanitarios que determine el Servicio Madrile?o de Salud¡±. En realidad, la categor¨ªa de Concha lleva a?os consider¨¢ndose a extinguir. Hubo un tiempo en que trabajaban m¨¢s de 20 costureras en el hospital. Hoy quedan cinco. La m¨¢s joven tiene 52 a?os. La mayor se jubila el pr¨®ximo 3 de febrero. Y el trabajo sigue siendo el mismo, asegura. Siempre hay uniformes a los que cambiar un bolsillo que se ha manchado de tinta, pijamas o camisones que arreglar o s¨¢banas a las que dar unas puntadas para disimular un roto. ¡°Sienta mal que te digan que eres a extinguir. Sobre todo porque nuestro trabajo se seguir¨¢ necesitando. La diferencia es que ahora lo har¨¢ una empresa¡±, reflexiona.

Hace m¨¢s de 10 a?os que en estas categor¨ªas no se cubre una jubilaci¨®n. Por eso, la gran mayor¨ªa de trabajadores pasan de 50 a?os. Los ¨²nicos j¨®venes son los eventuales. ¡°Que la gente tenga clara una cosa: no solo perdemos nosotros, pierde la sanidad p¨²blica, los enfermos¡±, dice Manuel. ¡°No s¨¦ c¨®mo va a llevar esto una empresa externa. Este hospital es un mundo. ?C¨®mo van a saber c¨®mo funcionan las bombas, la fontaner¨ªa? Ni nosotros, que llevamos casi 40 a?os, lo conocemos al detalle¡±.

Con todo, cree que su suerte es mejor que la de otros. ¡°Yo no s¨¦ d¨®nde ir¨¦, pero saldr¨¦ mejor parado que mis compa?eros¡±, explica. A Teodoro Gil, pinche de cocina en el Ram¨®n y Cajal, le sale tambi¨¦n esa reflexi¨®n como primer lamento. ¡°Hay otros que quedar¨¢n peor que yo¡±, dice al tel¨¦fono desde su casa, d0onde sigue convaleciente de una operaci¨®n. Hace 22 a?os que aprob¨® la oposici¨®n y desde entonces ha trabajado en las mismas cocinas. Entre ¨¦l y sus compa?eros (unos 200 pinches, seg¨²n estimaciones de UGT) sirven miles de comidas. A¨²n no sabe d¨®nde le enviar¨¢n, pero s¨ª tiene claro que cualquier nuevo destino le vendr¨¢ peor que el actual. Tiene una casa de 50 metros cuadrados que compr¨® cerca del centro y en la que vive con su hija de 17 a?os. Es viudo. Paga 550 euros de hipoteca de un sueldo de 1.200, que ha menguado durante la baja. Antes de este ¨²ltimo paquete de medidas, la Comunidad de Madrid aprob¨® una reducci¨®n en las prestaciones por enfermedad de los empleados p¨²blicos. A ¨¦l le suponen unos 200 euros al mes, seg¨²n sus c¨¢lculos. Con el sueldo llega ¡°apurado¡± a fin de mes. ¡°No salgo ni hago ning¨²n gasto extra. Mis diversiones son los paseos y los libros¡±, explica. Su madre y sus hermanas le echan una mano cuando el dinero no llega.

La presidenta Esperanza Aguirre asegura que el objetivo de la privatizaci¨®n es ahorrar. El Gobierno regional solo ha hecho p¨²blica una cifra: 20,7 millones de euros por las categor¨ªas ¡°a extinguir¡±. A preguntas de este diario, no precisa c¨®mo ha hecho el c¨¢lculo. Es siete veces m¨¢s de los 3,5 millones que asegura que ahorrar¨¢ bajando un 10% a los altos cargos y m¨¢s alta que los 17,5 millones que prev¨¦ recortar con la bajada del 10% de jornada y sueldo de parte de la plantilla de interinos. ¡°Dudo que el ahorro sea el previsto, nadie ha puesto n¨²meros sobre la mesa, no se sabe si la cocina del Severo Ochoa, que siempre ha estado externalizada, es m¨¢s barata que la de otro hospital p¨²blico¡±, a?ade Manuel Rodr¨ªguez, coordinador del ¨¢rea p¨²blica de CC OO.