Emili Teixidor descansa en el universo que le inspir¨®

El desaparecido escritor, pedagogo y periodista Emili Teixidor reposa en Roda de Ter (Osona), localidad que le vio nacer hace 78 a?os. Sus cenizas descansar¨¢n en la cima de un cerro rodeado de un sinuoso meandro del r¨ªo en ese entorno que tanto le inspir¨® para sus relatos y novelas. Ese medio rural en los albores de la primera industrializaci¨®n en una ¨¦poca ¡ªla posguerra¡ª de adoctrinamiento, manique¨ªsmo y bajeza moral del que se alej¨® en cuanto pudo, pero al que siempre retornaba para reencontrarse a s¨ª mismo. El mismo universo donde floreci¨® su pasi¨®n por la lectura y su vocaci¨®n para la ense?anza y de las cuales jam¨¢s se despeg¨®.

El oscurantismo que tan bien narr¨® en sus obras no estuvo presente en su ¨²ltima despedida. Bajo un radiante y caluroso primer d¨ªa de verano, que invitaba a encaramarse a los ¨¢rboles como hac¨ªan los protagonistas de Pa Negre para escapar de la realidad, la peque?a iglesia parroquial de Roda de Ter se llen¨® para decirle adi¨®s. Fue una despedida religiosa sobria, sin multitudes y con la justa carga de emotividad para no dar pie de qu¨¦ hablar. As¨ª es el car¨¢cter que imprime la Plana de Vic, y as¨ª se despidi¨® uno de sus grandes.

A orillas del Ter confluyeron sus dos mundos. El de Barcelona, el del Emili intelectual, humanista, pedagogo y referente de las letras catalanas. Y el de Roda de Ter, el del se?or Emiliu para aquellos primeros alumnos a quienes instru¨ªa historia y geograf¨ªa no a base de gritos y golpes, sino anim¨¢ndolos a competir entre ellos. A quienes, recuerda Josep minutos antes del inicio del funeral, embelesaba con 15 minutos de lectura antes de iniciar la clase: ¡°Contaba que era una obra que estaba traduciendo. Hab¨ªa d¨ªas que no nos le¨ªa nada porque dec¨ªa que no hab¨ªa tenido tiempo de traducir, esos d¨ªas no eran lo mismo¡±. Uno de sus trucos, cabe imaginar, para inculcar a los j¨®venes la pasi¨®n por la literatura. Como el de llevar a clase m¨¢s de un libro y hablar de todos menos de uno de ellos para despertar la intriga entre los alumnos hac¨ªa ¨¦l.

Desde cada uno de estos mundos, unos y otros alababan al mismo Teixidor: ese hombre pr¨®ximo, de habla desbordante, ir¨®nico, geniudo y sin pelos en la lengua que el c¨¢ncer se llev¨® el pasado martes.

Teixidor ya no est¨¢, pero deja de herencia un sinf¨ªn de libros para todas las edades, record¨® desde la amistad que les un¨ªa el exrector de la Universidad de Vic Ricard Torrent en unas palabras en su honor. Palabras que la voz de la cantante Nina introdujo con Un n¨²vol blanc, de Llu¨ªs Llach y cerr¨® con el estribillo de Que tinguem sort. ¡°Leyendo, pensando es la manera que tenemos de ser humanos¡±, asegura Torrent que dec¨ªa Teixidor.