¡°Era una bestialidad c¨®mo el detenido llevaba la cara llena de golpes¡±
La polic¨ªa afirma en el juicio de la discoteca Heaven que el acusado hab¨ªa recibido una paliza
"Era una bestialidad c¨®mo llevaba la cara llena de golpes". As¨ª ha recordado un agente del Grupo X de Homicidios c¨®mo encontr¨® a Carlos Monje Hidalgo, el acusado de haber matado a un potero de la discoteca Heaven Palace y a un relaciones p¨²blicas de la Joy Eslava el 12 de enero de 2009, cuando le fueron a ver al hospital Cl¨ªnico. Esta versi¨®n, que ha sido corroborada por otros agentes durante la tercera sesi¨®n del juicio que se sigue contra Monje en la Audiencia Provincial de Madrid, corrobora la tesis de la defensa de que el acusado fue agredido por los porteros de Heaven.
En la sesi¨®n de esta ma?ana han testificado cerca de una veintena de polic¨ªas que participaron en la detenci¨®n del supuesto homicida y en las inspecciones oculares de la discoteca, el lugar del arresto y del veh¨ªculo del acusado, un Citro?n C-2. El inspector jefe ha relatado gr¨¢ficamente que el detenido "estaba bastante acribillado a golpes". Este le relat¨® en el hospital Cl¨ªnico que tuvo una pelea con los porteros (de nacionalidad rumana), que intent¨® huir del local y que le golpearon en toda la cara. "Se mantuvo educado en todo momento", ha relatado el inspector. Monje se neg¨® a declarar despu¨¦s ante los agentes de Homicidios.
"Ya llevaba lesiones antes de ser detenido", ha relatado otro agente. El arresto se produjo justo al lado del coche de Monje. Este ten¨ªa manchas de sangre en la puerta del conductor, en una llanta y en el port¨®n del dep¨®sito de la gasolina, adem¨¢s de en el asiento del copiloto. Supuestamente, correspond¨ªa al acusado.?
Otros agentes han relatado c¨®mo se produjo la detenci¨®n del ¨²nico acusado de este doble crimen. Los primeros en llegar fueron dos patrullas de la comisar¨ªa de Centro y del servicio de noche llamado Centauros. Se bajaron los cuatro agentes, que al ver a Carlos Monje con una pistola en la mano y rodeado de personas, le gritaron "alto polic¨ªa, alto polic¨ªa, suelta el arma, alto polic¨ªa". El acusado puso el arma encima de su coche y levant¨® las manos. Los agentes que han declarado han discrepado sobre si el acusado se resisti¨® o no en el arresto. La mayor¨ªa se han pronunciado afirma de que solo se opuso a tirarse al suelo para ponerle las esposas. Otro polic¨ªa recogi¨® el arma, que llevaba un cartucho en la rec¨¢mara, listo para ser disparo. Tambi¨¦n ten¨ªa otros cinco en el cargador.
Durante la sesi¨®n del juicio, tambi¨¦n se ha visionado alguna grabaci¨®n de las c¨¢maras de seguridad de una entidad bancaria situada en la plaza del Celenque. En las mismas se ve c¨®mo el acusado iba corriendo y detr¨¢s de ¨¦l le segu¨ªan hasta ocho porteros de la discoteca. En un momento dado, se para, se gira y levanta el brazo derecho con el arma apuntando a sus perseguidores. Seg¨²n el jefe del Grupo X de Homicidios, efectu¨® un disparo, pese a que en las grabaciones no se aprecia el mismo.
Un detalle que ha motivado gran parte de las preguntas de la defensa es el casquillo percutido que fue entregado por un ciudadano rumano unas tres horas despu¨¦s de los cr¨ªmenes a un coche patrulla que circulaba por la zona. Supuestamente se lo hab¨ªa encontrado frente al n¨²mero 22 de la calle del Arenal, donde muri¨® tras recibir dos disparos el relaciones p¨²blicas de la discoteca Joy Eslava. Se lo entreg¨® en un pa?uelo de papel.
Los polic¨ªas que lo recogieron lo quisieron entregar a los especialistas de Polic¨ªa Cient¨ªfica la vaina pero estos no se la recogieron ya que estaban con el cad¨¢ver de Catalin Stefan Craciun, justo delante de la discoteca Heaven, en la proximidad de la calle de Priora. El culote del casquillo llevaba la inscripci¨®n 9-P SB-T, lo que supone que se trata de un calibre del 9 mil¨ªmetros parabellum y que fue fabricado por la empresa Santa B¨¢rbara en su factor¨ªa de Toledo. Esta compa?¨ªa solo suele proveer al Ej¨¦rcito y a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.