Mil p¨¢ginas para despedir a Keta
Un emotivo y espont¨¢neo intercambio de cartas entre los clientes y un personaje imaginario clausura la librer¨ªa infantil Biblioketa, que cae v¨ªctima de la crisis
¡°Me enfrento a la carta m¨¢s dif¨ªcil que he tenido que escribir desde que decid¨ª reunir los libros m¨¢s bonitos del mundo en un viejo local de la calle Justiniano¡±, dice sobre la hoja blanca pegada en el escaparate. El texto est¨¢ firmado por Keta, la ratona imaginaria que desde hace nueve a?os es anfitriona de la librer¨ªa infantil Biblioketa, en el barrio de Chueca, que ma?ana cerrar¨¢ sus puertas. La librer¨ªa, pionera y l¨ªder en la oferta de libros en ingl¨¦s y franc¨¦s para ni?os, se suma as¨ª a la larga lista de locales que, asfixiados por la crisis, se ven obligados a bajar sus persianas.
Desde que Keta escribi¨® la carta en la que aboga por una ¡°despedida sin l¨¢grimas¡±, a principios de mes, el escaparate del n¨²mero cuatro de Justiniano se ha convertido en un espacio de catarsis. Vecinos y clientes que visitaban Biblioketa, no solo para hojear y comprar libros, sino tambi¨¦n para participar de encuentros con cuentacuentos y escritores y talleres de m¨²sica y teatro, han expresado all¨ª su pena por el cierre. ¡°?C¨®mo va a ser esta despedida sin tristezas? Claro que estamos tristes de que desaparezcas, pero si¨¦ntete muy orgullosa de tu creaci¨®n¡±, dice uno. ¡°Nos hab¨¦is dado muchas alegr¨ªas con los tesoros que nos hemos llevado a casa¡±, recuerda otro. ¡°Siempre te quedar¨¢s en mi coraz¨®n. Me has ense?ado mucho y pas¨¦ contigo momentos inolvidables¡±, promete un tercero. Los mensajes se multiplican. Y Keta responde. Desde hace unos d¨ªas, el escaparate est¨¢ cruzado por la palabra ¡°gracias¡± escrita con grandes letras negras pintadas con aerosol.
Hay uno de esos ¡°amigos de Keta¡±, como los llama, que Gemma Archaga, due?a y fundadora de Biblioketa, recuerda con especial cari?o. ¡°Clarita ten¨ªa tres a?os cuando empez¨® a venir con su abuelo. Con el tiempo se ha hecho lectora y hace dos a?os, el D¨ªa del Libro, ley¨® un fragmento del Quijote en el C¨ªrculo de Bellas Artes. Para m¨ª fue una emoci¨®n enorme¡±, cuenta.
Enseguida vuelve al presente. ¡°Lo que me da m¨¢s pena es hablar en pasado. En estos a?os hemos construido un espacio vivo, un sitio m¨¢gico, con una historia emocionante que me llena de orgullo, aunque ahora se haya vuelto muy triste¡±, sintetiza.
Es que el camino hacia la decisi¨®n de cerrar comenz¨® a desandarse hace tiempo y ha tenido de todo. La librer¨ªa lleg¨® incluso a figurar entre los proveedores con los que se han endeudado el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid. ¡°Se ha juntado la crisis econ¨®mica con la crisis del libro. Llev¨¢bamos dos a?os sobreviviendo, hasta que no pudimos m¨¢s¡±, relata Archaga. ¡°Lo que demuestran estos cierres es que prevalece la globalizaci¨®n, en el sentido m¨¢s masificador, y que los proyectos originales y distintos como Biblioketa est¨¢n desapareciendo¡±. Suspiro mediante, remata: ¡°Desgraciadamente, en nuestro mundo los proyectos no se mantienen solo de ilusi¨®n¡±.
Entre el pasado y el presente, que en cada frase se entremezclan en el relato de Archaga, queda espacio para el futuro. ¡°Keta va a buscar otros rumbos, pero volver¨¢ a aparecer. Ser¨¢ en otro tiempo y espacio, pero volver¨¢. La semilla ya est¨¢ plantada¡±, afirma Archaga.
Los mensajes en el escaparate quieren darle la raz¨®n. ¡°Ojal¨¢ puedas volver a abrir Biblioketa. Puedes irte contenta por las ilusiones y el amor a los libros que has sembrado en estos a?os¡±.
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