El ¡®emprendedor¡¯, figura de la crisis
Este nuevo culto de los triunfadores era ajeno a nuestra tradicic¨®n pol¨ªtica
El otro d¨ªa estaba yo viendo un documental que hac¨ªan en la tele sobre Nikola Tesla, el ingeniero extravagante que invent¨® la transmisi¨®n por radio, la l¨¢mpara fluorescente y otros muchos prodigios, y supe que ahora tiene clubes de fans. No es extra?o, pues aunque muri¨® en la indigencia, era el prototipo del emprendedor en una ¨¦poca de grandes inventos, y ahora se rinde tambi¨¦n mucho culto a los emprendedores, se les invoca constantemente. ?Te has dado cuenta? Todo el mundo te invita a que emprendas. Piensa en los anuncios del Banc de Sabadell, de la Fundaci¨®n Telef¨®nica, o de Acc1¨®, por poner solo los ejemplos que ahora me vienen a la memoria. Y las biograf¨ªas publicadas y la grotesca canonizaci¨®n del empresario y publicista Steve Jobs, con motivo de su defunci¨®n, que tanto nos hizo re¨ªr ¡ªno su muerte, sino la beata emoci¨®n de sus millones de hu¨¦rfanos, de sus clientes agradecidos, de los estetas de las maquinitas conmovidos por las redondeces del iPad¡ª ?ser¨¢n un aviso de esa nueva religi¨®n? Y cu¨¢ntos r¨ªos de tinta han corrido, a partir de la salida a Bolsa de Facebook, sobre la vida y milagros de su creador, ahora no recuerdo el nombre de ese chico repelente pero ya tiene pel¨ªcula y biograf¨ªa. Es la religi¨®n del emprendedor, como figura caracter¨ªstica de los tiempos de la crisis. El emprendedor, como s¨ªntesis de persona decidida y aventurada, que pone en marcha un negocio y le sale bien, y acaba coronado por el ¨¦xito, un ¨¦xito, adem¨¢s temprano¡
Es curioso, y quiz¨¢ significativo, porque este nuevo culto de los emprendedores, y de los triunfadores, era ajeno a nuestra tradici¨®n pol¨ªtica, que tradicionalmente tiende m¨¢s a lo social y lo gregario, y tambi¨¦n a recelar del triunfador. El culto del emprendedor, del triunfador, del aventurero que ha tenido un sue?o de enriquecimiento y se arriesga a intentar llevarlo a la pr¨¢ctica es tradicionalmente norteamericano. All¨ª consideran que aquella es la tierra de las oportunidades, the land of plenty, la tierra de la abundancia, y cualquiera puede salir adelante si no es un imb¨¦cil o un vago. Y el que da el pelotazo se gana la admiraci¨®n de los dem¨¢s.
La prosa de la Fundaci¨®n Telef¨®nica es encantadora. ¡°En los encuentros Friends of Talent, exitosos j¨®venes espa?oles que triunfan en diferentes sectores comentar¨¢n c¨®mo han conseguido destacar y cu¨¢l es la mentalidad para afrontar estos tiempos en los que el talento se ha convertido en una soluci¨®n para superar los retos y generar oportunidades¡±. El Banc de Sabadell propone espejos en que mirarse, modelos de ¨¦xito¡ entre los que no tiene nada de extra?o que destaquen Boris Izaguirre y Xavier Sard¨¢, adem¨¢s de los correspondientes cocineros y futbolistas, inevitables en el relato ¡°en positivo¡± de la Espa?a contempor¨¢nea. La idea subliminal, la idea difusa, es que el Estado ha abandonado a los ciudadanos, la responsabilidad de tus posibilidades de desarrollo ya no est¨¢n en las estructuras creadas entre todos, sino que pasa a ser de cada uno. Es el ?s¨¢lvese quien pueda, que vienen los mercados! Es el ah¨ª te las apa?es, monta algo y si alguien cree en ti, hazte rico... ?mira a Messi, que con lo bajito y feo que es, dando patadas al bal¨®n se ha forrado! La responsabilidad ha pasado al individuo, que por narices ha de ser emprendedor, o dar por feliz casualidad con una idea, normalmente, para vender cosas est¨²pidas, juegos para el ordenador u ofertas de sesiones en un spa o cualquier otro tragaperras para enganchar m¨¢s al peque?o consumo, el de los pobres.
Podr¨ªamos preguntarnos c¨®mo se va a cultivar el talento y de d¨®nde van a salir las ideas redentoras si no se entrena la inteligencia
Mientras animamos al personal a ser emprendedor, recortamos la inversi¨®n p¨²blica en formaci¨®n y en investigaci¨®n cient¨ªfica como si fueran lujos innecesarios y prescindibles. Es como si la crisis justificara que solo se invierta en pensamiento pr¨¢ctico enfocado al resultado inmediato. Pero tambi¨¦n podr¨ªamos preguntarnos c¨®mo se va a cultivar el talento y de d¨®nde van a salir las ideas redentoras si no se entrena la inteligencia. Porque si el modelo para conseguir la prosperidad del pa¨ªs acaba de demostrar su fracaso, ser¨ªa interesante cambiarlo. Le¨ª en una entrevista con Sloterdijk, si no fue ¨¦l ser¨ªa Zizek, da igual, los dos son muy listos, que m¨¢s que emprendedores lo que necesitamos es un mont¨®n de fil¨®sofos para imaginar ese cambio de paradigma que la crisis ha manifestado como ineludible. Esa idea parece una coqueter¨ªa de intelectual pero tiene sentido. Ya que no ha sido el culto a la cultura lo que nos ha llevado aqu¨ª, sino precisamente el culto a la econom¨ªa. Una vez me dijo Julio Caro Baroja que la ¨²nica soluci¨®n que se le ocurr¨ªa al problema del terrorismo, que entonces estaba en su c¨¦nit, era ¡°mandar al Pa¨ªs Vasco trenes llenos de psicoanalistas. Largos trenes¡±. Me pareci¨® una idea muy sensata y buena, y quiz¨¢ si a aquel pedazo de sabio le hubieran escuchado, el problema se habr¨ªa resuelto antes. De la misma manera quiz¨¢ la salida de la situaci¨®n en que nos encontramos ¡ªcomo Jacques Dutronc cantando Le cactus: ¡°le monde entier/ est un cactus:/ il est impossible de/ s'asseoir ¨¤, ¨¤, ¨¤, ¨¤¡±¡ª est¨¦ en la educaci¨®n. En la cultura. En habilitar factor¨ªas de pensadores, que se pasen all¨ª los d¨ªas acarici¨¢ndose la barba y garabateando en un papel. Y procurar que los emprendedores, los se?ores con ideas, talento y creatividad, fuesen los pol¨ªticos, a los que se vota y se financia para ello, y que, de momento, con sus apelaciones a la creatividad, la iniciativa y la fibra emprendedora del ciudadano, revelan una notable inclinaci¨®n a la ret¨®rica.
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