¡°El nacionalismo de los Estados no va a triunfar en Europa¡±
¡°La crisis de las cajas y su soluci¨®n est¨¢ impregnada de espa?olismo¡± ¡°La historia de Galicia contradice la historia dominante espa?ola¡±
Para unha cr¨ªtica do espa?olismo (Xerais, 2012) ataca la visi¨®n uniforme de la historiograf¨ªa espa?ola sobre la evoluci¨®n de la formaci¨®n social Espa?a. Es uno de los dos ¨²ltimos libros ¡ªel otro, A rota do sol (Laiovento, 2012)¡ª del hist¨®rico nacionalista, hoy organizado en el BNG, Camilo Nogueira (Vigo, 1936).
Pregunta. ?Por qu¨¦ ahora una cr¨ªtica del espa?olismo?
Respuesta. Ahora y siempre. A partir de un ensayo de sobre el espa?olismo historiogr¨¢fico en el tiempo constitucional, vi que la Constituci¨®n, aunque no dice nada de historia, incluye en el preliminar toda la historia. Cuando se dice ¡°Espa?a, patria com¨²n de todos los espa?oles, indisoluble¡± est¨¢ detr¨¢s el predominio de Castilla, la naci¨®n de los Reyes Cat¨®licos, esa interpretaci¨®n de la Edad Media que niega Gallaecia. A partir de ah¨ª compuse el trabajo.
P. No parece una ¨¦poca propicia para reflexionar sobre la cuesti¨®n nacional. La crisis lo absorbe todo.
R. La cuesti¨®n nacional es siempre. En Europa, si hay crisis econ¨®mica es porque hay una falta de culminaci¨®n de la necesidad de la Uni¨®n Europea. Y no se hizo porque los Estados, los protagonistas de la construcci¨®n europea y, a la vez, los antagonistas, cada vez que dan un paso adelante, retroceden ante el miedo. Interfiere el nacionalismo de los Estados, que no va a triunfar. Y hay intereses mundiales en contra del modelo social europeo, el Estado del bienestar. Sobre las naciones sin Estado, en Europa hay pocas. No se trata de defender la Europa de los 300 pueblos.
P. ?La crisis le resulta funcional al nacionalismo espa?ol?
R. Ocurre continuamente.
P. Pero la demagogia sobre el gasto lo acent¨²a.
R. Esa es la intenci¨®n. La cuesti¨®n catalana y la vasca, y muchos trabajamos porque la gallega tambi¨¦n, est¨¢n de actualidad. Toda la crisis de las cajas y la forma de solucionarla, est¨¢ impregnada de espa?olismo. Incluso la f¨®rmula de SIP obligaba a que el banco com¨²n estuviese en Madrid. O cuando se pens¨® en salvar Bankia fusion¨¢ndola con La Caixa con dominio de esta, negaron esa posibilidad.
P. ?A qu¨¦ se debe que la historiograf¨ªa espa?ola niegue Galicia?
R. Porque es demasiado importante. Porque es contradictoria con la ideolog¨ªa espa?ola. Tambi¨¦n con la portuguesa. Galicia fue un reino independiente durante siete siglos, contando el Reino Suevo. Y pone en causa la historia de la Reconquista. Galicia como pa¨ªs fue marginado, pero las clases dominantes gallegas siguieron gobernando con las monarqu¨ªas espa?olas. La historia gallega obliga a una lectura diferente de la historia espa?ola. La ideolog¨ªa espa?ola niega algo tan evidente como que el gallego se habla en el mundo tanto como el castellano.
P. ?Qu¨¦ responsabilidad tienen los gallegos y sus historiadores, en esta ocultaci¨®n?
R. Las clases dominantes estuvieron al servicio de la Corona. El galleguismo tuvo que construirse frente a la presencia de los gallegos gobernando en Madrid, algo que sustrae potencial creativo. Catalu?a mantuvo pleno autogobierno hasta el siglo XVIII y nosotros lo perdimos a finales del XV. As¨ª, la labor de reconstruir un poder y una idea es tit¨¢nica. Por ejemplo, el trabajo de Barreiro Fern¨¢ndez sobre Murgu¨ªa es tit¨¢nico.
P. Antes hablaba de que en Europa hay pocas naciones sin Estado...
R. ?Quedan pocas sin Estado!
P. Quedan pocas.
R. Naciones propiamente con territorio, historia... no son muchas. S¨ª minor¨ªas nacionales, pero con capacidad de reivindicar el autogobierno...
P. ?C¨®mo detecta la voluntad nacional de una comunidad?
R. La naci¨®n es una combinaci¨®n no separable de caracteres objetivos, hist¨®ricos, ling¨¹¨ªsticos... y de voluntad pol¨ªtica. Dif¨ªcilmente hay voluntad pol¨ªtica sin un car¨¢cter objetivo o sin una hecatombe, que de repente le caiga la independencia a un pa¨ªs, que tambi¨¦n pasa. Pero para materializarse como naci¨®n pol¨ªtica necesita el apoyo de la mayor¨ªa social. No hay m¨¢s camino. Dentro del BNG defiendo que la emancipaci¨®n nacional se consigue a trav¨¦s de la hegemon¨ªa pol¨ªtica y del apoyo de la mayor¨ªa. Cuanto m¨¢s democr¨¢tico te ve la gente, m¨¢s puedes colocar en la sociedad propuestas ambiciosas.
P. ?Y Galicia ha manifestado hist¨®ricamente voluntad nacional?
R. Hay aspiraciones nacionales y nadie, seriamente, le niega a Galicia el car¨¢cter de naci¨®n. Pero a¨²n no hemos conseguido el apoyo de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n. Y aunque en la situaci¨®n actual hubo un predominio absoluto de la derecha, hay cuestiones que revelan que la idea nacional de Galicia es compartida por una mayor¨ªa. Por ejemplo, se aprob¨® el himno del galleguismo y Fern¨¢ndez Albor [de Alianza Popular] dijo que aceptaban un s¨ªmbolo del galleguismo. Tenemos la ofensiva objetiva del castellano, pero la literatura que se hace en Galicia es toda en gallego.
P. Un discurso como el de Albor parece inconcebible en la derecha actual. Esa idea nacional que est¨¢ en el origen de la autonom¨ªa, ?no se encuentra m¨¢s cuestionada que nunca?
R. Pero es transitorio. Le doy m¨¢s importancia al compromiso por un cierto autogobierno en las primeras legislaturas que a este par¨¦ntesis de nuevos ricos o pijos rurales. En todo caso, ahora, si el BNG es consciente de que hay que buscar la hegemon¨ªa y con el PSOE consiguen crear una alternativa, en lo que hoy parece una situaci¨®n dram¨¢tica, pueden abrirse caminos diferentes. Pero para alcanzar la hegemon¨ªa, una organizaci¨®n tiene que ser vista con simpat¨ªa.
P. Usted habla de ¡°par¨¦ntesis¡± con la derecha actual. El relato nacionalista ?no admite marchas atr¨¢s?
R. La decisi¨®n tomada despu¨¦s de la II Guerra Mundial de anular el Partido Galeguista fue muy trascendente. Y oblig¨® a las nuevas generaciones a empezar de nuevo, a veces con ideas no comprensivas de lo que estaba pasando. Fue un paso atr¨¢s grave. Como pudieron ser un paso atr¨¢s acontecimientos en el BNG en la ¨²ltima d¨¦cada que ahora obligan a rehacerlo. Todo puede ocurrir, pero si el gallego no despareci¨® en 500 a?os... Ahora hay se?ales contradictorias. No hay motivo para pensar que Galicia no vaya a mantener su car¨¢cter positivo de naci¨®n. Pero los que lo defendemos tenemos mucho que cambiar.
P. Usted siempre se refiere al car¨¢cter de constructo de los Estados. La naci¨®n gallega, ?no responde en parte a ese concepto?
R. La Gallaecia romana eran las provincias de aqu¨ª. Espa?a como pa¨ªs, Hispania, no exist¨ªa, era un lugar. El Reino Suevo no es un invento, es el primer reino independiente de toda Europa. Y el gallego no es un invento. Ahora, el futuro... depende tambi¨¦n de lo que hagamos nosotros. Galicia, de inventada, nada.
P. Pero la construcci¨®n nacional tambi¨¦n tiene algo de voluntarismo. Como la construcci¨®n nacional espa?ola.
R. Pero no es una naci¨®n. Aunque sea un proceso, llam¨¦mosle, de construcci¨®n nacional. Fracasado, porque en Francia casi acabaron con todo.
P. ?Podr¨ªa existir un chovinismo galleguista?
R. No. El chovinismo es otra forma de llamar al nacionalismo de los Estados, o una deriva negativa del nacionalismo de los Estados. No es lo mismo el nacionalismo sueco que el ruso.
P. Sit¨²a el origen de los nacionalismos de las naciones sin Estado como uno de los movimientos progresistas del siglo XIX.
R. La soberan¨ªa popular. Los Estados se constituyeron en parte por accidentes din¨¢sticos. Pero tambi¨¦n por la idea de la soberan¨ªa popular de la Revoluci¨®n Francesa.
P. Pero algunos de esos nacionalismos europeos derivaron en movimientos reaccionarios.
R. La cuesti¨®n nacional es una cosa y ser de derechas o de izquierdas es otra. La cuesti¨®n nacional es en s¨ª misma. Es como el feminismo, una cosa en s¨ª misma. La evoluci¨®n interna de los pa¨ªses sigue un curso hist¨®rico con car¨¢cter general. Si en un pa¨ªs hizo la independencia la aristocracia, en ese pa¨ªs no necesariamente gobernar¨¢ la derecha un siglo despu¨¦s.
P. ?Y por qu¨¦ nunca hubo un nacionalismo de derechas en Galicia?
R. El pa¨ªs fue descabezado y marginado. Y construir clases dirigentes en esas condiciones es muy complicado. Por eso el movimiento nacional tuvo un car¨¢cter intelectual, sin amparo de una burgues¨ªa. Pero la historia tambi¨¦n tiene fen¨®menos no explicables.
P. ?Esas elites siguen desertando?
R. La tendencia a ocupar un sitio en el Estado continu¨®. Eso no quiere decir que no haya burgues¨ªa en Galicia hoy. Posiblemente la desaparici¨®n del Partido Galeguista puede explicar algo.
P. ?Existe espacio para otro nacionalismo de izquierdas?
R. Habr¨¢ lo que quiera la gente. Yo mismo, cuando fui por el camino de Esquerda Galega, no era por capricho. Defend¨ªamos que entr¨¢bamos en una fase nueva y que el Estatuto ofrec¨ªa un espacio nacional gallego. Fue un acierto. En la Asemblea del BNG de Amio, en enero, nos respald¨® casi la mitad de la organizaci¨®n. Pero se frustr¨® porque hubo gente que consider¨® que ten¨ªa que marchar. Sin decirlo antes. Si llego a saber que eso iba a pasar, no apoyar¨ªa esa alternativa. A ver qu¨¦ hacen. La clave para derrotar al PP est¨¢ en el BNG y en el PSOE, m¨¢s que en otra parte.
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