Solo el 10% de espa?oles en la campa?a de la fruta de Lleida
Los colombianos son mayor¨ªa entre los contratados en origen
La campa?a de recolecci¨®n de la fruta en los campos de Lleida ya ha empezado con las variedades m¨¢s tempranas (nectarina, paraguayo y melocot¨®n) y con los problemas de siempre ocasionados por la llegada masiva de temporeros que buscan trabajo en el campo. La campa?a emplea cada a?o entre 6.000 y 8.000 personas durante cuatro meses. Solo entre el 5% y el 10% de los contratados son espa?oles, mientras que el 85% son extranjeros con residencia legal en Espa?a y el resto, contratados en origen.
Administraci¨®n, sindicatos y empresarios agrarios lanzaron hace un mes un mensaje a aquellas personas interesadas en recoger fruta para aconsejarles que no se desplacen a Lleida porque la demanda es pr¨¢cticamente nula. Pero el llamamiento no surte efecto. En los ¨²ltimos d¨ªas han llegado a Lleida dos autocares con un centenar de inmigrantes, muchos de ellos sin papeles, procedentes de Huelva.
En una situaci¨®n de crisis como la actual, ser¨¢n pocos los que encontrar¨¢n trabajo en el campo. Los dem¨¢s se ver¨¢n abocados a vagar por las calles y plazas, tal como ya sucede en el barrio antiguo de Lleida, donde m¨¢s de un centenar de inmigrantes subsaharianos ha vuelto a levantar un campamento ilegal en la plaza del Seminari y calles adyacentes, la misma zona de la que ya fueron desalojados el a?o pasado. El Consistorio no sabe qu¨¦ hacer para erradicar el campamento.
De los 4.000 trabajadores extranjeros que lleg¨® a contratar hace apenas una d¨¦cada Uni¨® de Pagesos (UP) en Ruman¨ªa, Colombia, Bolivia, Senegal y Mauritania, se ha pasado a algo m¨¢s de 400 en 2012, la mayor¨ªa en Colombia. Los trabajadores colombianos llegaron a Lleida hace m¨¢s de un mes para realizar tareas de aclarado en los frutales y no regresar¨¢n a su pa¨ªs hasta principios de octubre. Muchos de ellos, como Olivia B., de 27 a?os, llevan m¨¢s de cinco a?os acudiendo a Lleida. Esta temporera asegura que las condiciones de vida de su familia han mejorado gracias al dinero que ella gana en Lleida.
¡°Con lo que he conseguido ahorrar estos a?os, mis padres se han podido comprar all¨ª una casa y un poco de tierra. Ahora la miseria la veo m¨¢s lejana¡±, se?ala Olivia. El convenio del campo fija un precio de 5,97 euros por hora trabajada. El coordinador en Lleida del sindicato UP, Josep Maria Companys, dice que el campo de Lleida no puede prescindir de la contrataci¨®n en origen porque se trata de trabajadores formados y experimentados. El pay¨¦s costea la mitad del billete de estos trabajadores. ¡°Conocen el oficio, la ubicaci¨®n de los campos y saben qu¨¦ hay que hacer en cada momento¡±, a?ade Companys.
En los ¨²ltimos a?os, antes de cada campa?a, UP exploraba la bolsa de trabajo interior para contratar a parados espa?oles y extranjeros, pero el resultado de la iniciativa no fue el esperado, por lo que el sector se vio abocado a buscar trabajadores en otros pa¨ªses. Los sindicatos agrarios se?alan varias razones: la dureza del trabajo, el hecho de tenerse que desplazar dos o tres meses a muchos kil¨®metros del domicilio y el salario.
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