Otras vacaciones son posibles
Caritas organiza cinco campos de trabajo en verano para conocer de cerca la exclusi¨®n social en Gipuzkoa. Est¨¢ dirigido a j¨®venes a partir de 18 a?os
El verano se presta para la playa o la monta?a, para la vida contemplativa o m¨¢s desenfrenada. Hay quienes viajan, quienes aprenden idiomas o quienes simplemente no hacen nada. Pero los hay que aprovechan sus vacaciones para hacer una inmersi¨®n en otras realidades sociales. Esas que est¨¢n enmascaradas en el d¨ªa a d¨ªa y que para la gran mayor¨ªa pasan de refil¨®n. Se trata de las personas que viven en exclusi¨®n social; inmigrantes, presos, gente sin hogar. Hay quienes deciden pasar sus horas de ocio conoci¨¦ndolas y acerc¨¢ndose a sus vidas.
Programa
- Campos de trabajo. Aterpe (para las personas sin hogar), Aukera (proyecto de inserci¨®n sociolaboral), Laguntza Etxea (centro de acogida para inmigrantes), Matutene (contacto con los reclusos) y Betania (hogar de acogida para personas con sida). Excepto el de Martutene, que es del 21 al 29 de julio, el resto son del 10 al 20 del mismo mes.
- Plazos de inscripci¨®n. La fecha l¨ªmite es el 5 de julio. La matr¨ªcula cuesta 30 euros y con pernoctaci¨®n 80. Tel¨¦fono de contacto de C¨¢ritas; 943 44 07 44 borondat@caritasgi.org. Estas actividades de voluntariado est¨¢n dirigidas a j¨®venes a partir de 18 y 20 a?os.
Se conocen como campos de trabajo. C¨¢ritas de Gipuzkoa lleva 20 a?os organiz¨¢ndolos; las di¨®cesis de ?lava y Bizkaia, de momento, no contemplan estas actividades. Van dirigidos a j¨®venes mayores de 18 y 20 a?os con el objetivo de lograr una mayor sensibilizaci¨®n y un posible inicio al voluntariado. En concreto son cinco los que se organizan en el mes de julio que duran entre ocho y diez d¨ªas; Aterpe (para las personas sin hogar), Aukera (proyecto de inserci¨®n sociolaboral), Laguntza Etxea (centro de acogida para inmigrantes), Martutene (contacto con los reclusos) y Betania (hogar de acogida para personas con sida). En estos a?os han pasado m¨¢s de 500 j¨®venes por estos campos de trabajo, muchos de ellos se han sumado al voluntariado y otros han acabado trabajando en el ¨¢mbito social.
¡°El sufrimiento de la gente que vive de cerca la pobreza est¨¢ invisibilizado. Hay otras realidades y conocerlas de cerca te cambia la mirada; somos m¨¢s dados al juicio, al estigma y estar sentados en una mesa y no ver al excluido social sino a la persona es muy bonito¡±, explican desde C¨¢ritas San Sebasti¨¢n.
Jon Sard¨®n, de 26 a?os, estuvo con 18 a?os colaborando en el Aterpe ubicado en la Parte Vieja de San Sebasti¨¢n. Estudiaba Trabajo Social en la Universidad de Deusto y quer¨ªa conocer sobre el terreno la pr¨¢ctica de ¡°tanta teor¨ªa bonita¡±. Aprendi¨® a limpiar, de vez en cuando le tocaba cocinar y, sobre todo, jug¨® al parch¨ªs y convers¨® largo y tendido con la gente que vive en la calle. ¡°Fue una experiencia muy positiva. Es muy enriquecedor. Es una forma de ver otro Donosti, otra realidad que tambi¨¦n existe aunque no aparezca en la imagen del incomparable marco de la Concha¡±, asegura.
¡°Es una forma de ver otro Donosti, otra realidad que tambi¨¦n existe¡±
De nueve de la ma?ana a cuatro de la tarde lo mismo le tocaba limpiar la ropa que poner la mesa. ¡°De todo lo que viv¨ª lo que m¨¢s me sorprend¨ªa era que cualquier persona puede llegar a esa situaci¨®n. No pensemos que son gente de otro mundo sino que son personas que han tenido la misma vida que nosotros pero que por circunstancias han llegado a esa situaci¨®n¡±, explica.
Iraundegi acab¨® la carrera. Su paso por el Aterpe le sirvi¨® para darse cuenta de que hab¨ªa acertado con la profesi¨®n que hab¨ªa escogido. ¡°Lo importante es que el voluntariado en estos campos de trabajo son una toma de contacto que permite ver otras realidades de la ciudad. M¨¢s que aportar t¨² a la gente que conoces, te aportan ellos¡±, opina.
De los cinco campos de trabajo el que m¨¢s ¨¦xito tiene es el de la c¨¢rcel. ¡°Tiene mucho gancho porque a la gente le tira la idea traspasar las puertas de la prisi¨®n y ver c¨®mo viven los presos¡±, reconocen desde C¨¢ritas.
La iniciativa es una iniciaci¨®n para el voluntariado y el trabajo social
Mikel Iraundegi estuvo hace diez a?os en Martutene. Entonces ten¨ªa 24 a?os y hab¨ªa tenido experiencia previa en otros campos del voluntariado. ¡°Para m¨ª fue un punto de inflexi¨®n en lo personal. Fueron 15 d¨ªas en los que compart¨ª dos horas al d¨ªa con los reclusos en la hora del patio¡±, recuerda. De aquella experiencia se llev¨® una ¡°intensa relaci¨®n¡± con un preso con el que comparti¨® muchas horas de patio.
Iraundegi, que trabaja en una pastoral familiar, aconseja a todo el mundo que hiciera un voluntariado con un ¡°m¨ªnimo de sensibilidad y sabiendo a lo que vas¡±. Este joven fue con la idea de dar y sali¨® convencido de que hab¨ªa recibido mucho m¨¢s de lo ofrecido. Tras su experiencia en la c¨¢rcel acompa?¨® a una persona de Proyecto Hombre durante un tiempo pero no sali¨® como ¨¦l esperaba. ¡°Me di cuenta de que a estas cosas hay que ir con madurez y conocimientos. Es algo b¨¢sico. Est¨¢s con personas y no te pueden pillar desprevenido; hay que tener herramientas de trabajo. Hace falta voluntad pero formaci¨®n tambi¨¦n¡±, recomienda.
Las personas que se dedican al voluntariado creen que la clave est¨¢ en descubrir que en el servicio y en la aportaci¨®n de ¡°una sociedad m¨¢s justa, m¨¢s humana, uno se encuentra a gusto¡±. ?Qu¨¦ impera m¨¢s ayudar para sentirte bien o hacerlo desinteresadamente? ¡°No son incompatibles. Siempre este dilema se plantea como disyuntiva. Ni una cosa ni otra, son las dos a la vez. Cuando nos sentimos ¨²tiles es l¨®gico que uno se sienta bien. Descubrir esta dimensi¨®n es muy enriquecedor¡±, explica Iraundegi.
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