?Qu¨¦ preside el presidente?
Lo que Zapatero tard¨® dos a?os en descubrir, Rajoy lo tuvo que asumir en sus primeros d¨ªas de mandato
Cuentan que cuando Edouard Herriot, presidente del gobierno de la Tercera Rep¨²blica francesa en la d¨¦cada de los a?os veinte, fue presentado en un Congreso Psiqui¨¢trico que se celebr¨® en Par¨ªs, uno de los profesores que interven¨ªan en el acto se dirigi¨® a ¨¦l y le pregunt¨®: ¡°Se?or Herriot, ?desde cu¨¢ndo se cree usted presidente?¡±. No est¨¢ acreditado, pero algo similar le debi¨® ocurrir a Mariano Rajoy en su primer encuentro con Angela Merkel tras ganar las elecciones en Espa?a. Lleg¨® a Alemania con la intenci¨®n de que todo cambiara tras relevar a Zapatero, explic¨® sus planes de Gobierno, as¨ª como las medidas de ajuste que iba a adoptar, y Merkel le debi¨® espetar: ¡°Se?or Rajoy, ?desde cu¨¢ndo se cree usted que manda?¡±.
Lo que Zapatero tard¨® dos a?os en descubrir, Rajoy lo tuvo que asumir en sus primeros d¨ªas de mandato: el hecho de que hay momentos en la historia de un pa¨ªs en los que el presidente del Gobierno no rige los destinos de su pa¨ªs. Y eso, admit¨¢moslo, es muy dif¨ªcil de asimilar. Por lo tanto, la reacci¨®n ante esa realidad es lo que cuenta. Y fue muy distinta la de Zapatero, entonces; de la de Rajoy, ahora. Zapatero agach¨® la cabeza, tom¨® algunas medidas que le exig¨ªan aunque no compart¨ªa y adelant¨® las elecciones. Rajoy, sin embargo, sac¨® pecho, adopt¨® con orgullo las medidas que le exig¨ªan o que anunci¨® que no iba a hacer y se envalenton¨® con los ciudadanos, los bancos, Bruselas, el G-20, la oposici¨®n, los sindicatos, los profesores, los funcionarios, las autonom¨ªas¡
Si se fijan bien hay momentos en los que Rajoy se crey¨® todav¨ªa un presidente del Gobierno que mandaba. Estaba convencido de ello en las reuniones de los viernes del Consejo de Ministros o en los pasillos del Senado cuando escap¨® por la puerta del garaje; pero sobre todo el d¨ªa que anunci¨® que el rescate a la banca no era un rescate sino el gordo de la loter¨ªa. Ese s¨¢bado fue el d¨ªa que m¨¢s crey¨® que mandaba desde que se inici¨® la legislatura. Estaba tan convencido de que era el presidente del Gobierno que cogi¨® el avi¨®n que tiene a su disposici¨®n el presidente del Gobierno y se march¨® a Polonia para ver el partido de Espa?a frente a Italia en la Eurocopa.
Sucedi¨®, sin embargo, que unos d¨ªas despu¨¦s, lleg¨® la realidad y se les estropearon los planes. Si lo recuerdan bien, fue en esas fechas cuando Rajoy anunci¨® que hab¨ªa hecho los deberes y que la pelota estaba ya en Bruselas, dando a entender que a partir de ese momento la soluci¨®n para Espa?a dejaba de tenerla el Gobierno de Espa?a. Ese d¨ªa Rajoy descubri¨® que el asunto no era tan simple y que para que brotara la confianza en los mercados no era suficiente que Zapatero se hubiese ido y ¨¦l hubiese llegado. Todo ocurri¨® de forma paralela a conocer que un programa econ¨®mico como Dios manda y las cosas que hab¨ªa que hacer porque eran las cosas que hab¨ªa que hacer, no bastaban para que subiera la bolsa y bajara la prima de riesgo.
Una de las cosas m¨¢s importantes de la vida es saber qui¨¦n es uno en cada momento. Hay gente que se va de este mundo sin apenas conocerse y otros que est¨¢n encantados de haberse conocido desde el d¨ªa de su nacimiento. No tengo la certeza, pero posiblemente fue el descubrimiento de la falta de confianza en su propia confianza lo que llev¨® a Rajoy a este estadio tan raro en el que se encuentra en estos momentos: ser el principal opositor que tiene como presidente. De ah¨ª, que gobierne como opositaba: sentado esperando que pase la crisis, del mismo modo que aguard¨® en su d¨ªa la marcha triunfal de Zapatero y del PSOE hacia el precipicio electoral
Desde el ser o no ser de Hamlet, no ha habido un dilema mayor que este al que se enfrentan ahora algunos gobernantes de los pa¨ªses del sur de Europa: ¡°?Qu¨¦ preside un presidente?¡± Esa es la cuesti¨®n, que dir¨ªa William Shakespeare. El sinvivir de los presidentes que un d¨ªa se creen que son presidentes.
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