El bucle gallego
La Xunta anuncia ¡®contramarianismo¡¯ y reprograma la reedici¨®n de las mismas novedades
Admit¨¢moslo. Galicia siempre ha sido el pa¨ªs donde nunca pasa nada. A veces armamos algo de ruido, un poco de furia y cierta agitaci¨®n, pero al final suele podernos nuestra tendencia a dejar las cosas como est¨¢n, que ¡°malo ser¨¢¡±. Pero desde hace meses, no solo no sucede nada sino que adem¨¢s empezamos a repetirnos. Hemos ca¨ªdo en un bucle, a la espera de no se sabe muy bien qu¨¦.
La democracia feijoniana va camino de convertir en pasatiempo nacional el sincronizar nuestros relojes para cronometrar cu¨¢nto tardar¨¢ esta vez Feij¨®o en salir a anunciar que no se aplicar¨¢ en Galicia la ¨²ltima medida promulgada por Rajoy desde Madrid. El contramarianismo es un mensaje en bucle mientras a diario la agenda de la Xunta reprograma una reedici¨®n de las mismas novedades. Si vuelven a publicitarnos otra vez la prefirma de otro preacuerdo con Pemex, ya habr¨¢ de ser para contarnos que ahora vamos a reconstruir la Armada Invencible, entera.
Despu¨¦s de tanto aviso, resulta complicado discernir con certeza si la famosa comisi¨®n de investigaci¨®n sobre las cajas no se va a constituir jam¨¢s, se constituye antes del verano, despu¨¦s del verano o ya ha rematado sus trabajos y, como siempre en Galicia, no ha pasado nada. Para explicar tanto vaiv¨¦n, Feij¨®o argumenta que no conviene distraerse con el ruido que producir¨ªa revolver los cajones, pues lo importante es asegurar el futuro del banco donde se recogen los restos del naufragio del glorioso sistema financiero gallego. Y tiene raz¨®n. Pero, al mismo tiempo, se coloca el primero en la lista de prohombres que han pasado de anhelar fotografiarse con Mendez y Gayoso, a desear embrearlos con plumas y alquitr¨¢n antes de echarlos del pueblo. Y vuelta a empezar.
El socialismo gallego tambi¨¦n parece haber entrado en bucle, o si no lo ha hecho, lo parece. Solo falta ya organizar alg¨²n concurso de talentos, o un reality show, para encontrar a alguien que dispute de verdad la candidatura a la presidencia de la Xunta al sufrido Pachi V¨¢zquez. A falta de contendientes reales que compitan por la nominaci¨®n, los socialistas no ganan para aspirantes virtuales.
Es como si el congreso socialista de marzo no hubiera terminado del todo y siempre hubiera alguien dispuesto a intentar ganar en los despachos cuanto no fue capaz de obtener en el campo. Para muestra, el ¨¦pico serial vigu¨¦s protagonizado por Abel Braveheart Caballero. Hay momentos del d¨ªa en que no sabemos qu¨¦ est¨¢ haciendo Carmela Silva. Una desinformaci¨®n crucial que sin duda debe provocar un enorme estr¨¦s y una gran preocupaci¨®n entre la ciudadan¨ªa o la militancia socialista.
El nacionalismo tambi¨¦n est¨¢ en bucle y cuando no, existe un enorme inter¨¦s en que parezca estarlo. Confieso haber perdido la cuenta de las reuniones, asambleas, convenciones, conferencias, foros, workshops y seminarios celebrados por los diversos colectivos escindidos para certificar lo mal que ha quedado el BNG desde que ellos se marcharon y la necesidad de ponerse de acuerdo en que deben ponerse de acuerdo para presentarse juntos a las elecciones. Debieran editar un folleto que permitiera seguir sin perderse los avatares de un proyecto con un itinerario m¨¢s complejo que el proceso de construcci¨®n Europea, o la conformaci¨®n del imperio austroh¨²ngaro.
Una y otra vez la repetici¨®n de los mismos episodios intrascendentes, para que el escenario virtual de las elecciones auton¨®micas se presente en los medios como otro gigantesco bucle. La austera democracia feijoniana y el sufrido Feij¨®o libr¨¢ndonos del mal y del fantasma de la divisi¨®n del bipartito llevada al paroxismo. Pero la elecci¨®n real que afronta Galicia es otra. O un gobierno que no sabe c¨®mo salir de la crisis y espera a ver si alguien nos rescata, o un gobierno que tenga un plan para salir de este atolladero y no se asuste al ver juntas las palabras ¡°inversi¨®n¡± y ¡°p¨²blico¡±.
Las gallegas y los gallegos que padecen a diario la austeridad lo saben. Ya no seguimos aquella vieja consigna de Fraga en sus tiempos de ministro de Informaci¨®n y Turismo. Viajamos m¨¢s y leemos menos la prensa del r¨¦gimen.
@antonlosada
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