Prevenci¨®n a medias en los montes
Operarios contraincendios denuncian que solo se usan dos de las cinco torres de vigilancia de Ourense y que las brigadas tienen la mitad de miembros
Los brigadistas que trabajan sofocando los incendios forestales cruzan los dedos. La crisis ha recortado los medios de un servicio, que hace ya dos a?os denunciaba las carencias y llevaba a los trabajadores a autodefinirse como ¡°el ej¨¦rcito de Pancho Villa¡±: con autobombas de m¨¢s de 25 a?os de antig¨¹edad ¡ªcuando no tractores reconvertidos¡ª, sin equipos de transmisi¨®n, sin recintos para guardar el parque m¨®vil, que acababa en los domicilios privados de los trabajadores, sin medios adecuados de primeros auxilios y sin personal suficiente. Las restricciones de la Conseller¨ªa de Medio Rural han hecho m¨¢s mella en las carencias.
¡°Pedimos a los incendiarios que, por favor, se abstengan este a?o de prender fuegos¡±, clamaba ayer entre ir¨®nico y amedrentado el jefe forestal y miembro del Consello Forestal de Galicia, Xos¨¦ Santos, en una visita guiada a ¡°la joya de la corona¡± de los servicios contraincendios: la base de To¨¦n, un recinto impenetrable (la conseller¨ªa no autoriz¨® la entrada de los medios de comunicaci¨®n) rodeado de silvas que sobrepasan en altura la cabeza de los trabajadores.
¡°Este a?o no hubo trabajos de prevenci¨®n¡±, narra el jefe forestal con el asentimiento, a su lado, del representante del colectivo ecologista Amigos da Terra, ?ngel Dorr¨ªo. Aunque el plan de defensa contra incendios (Pladiga) de la Xunta reconoce la importancia de la prevenci¨®n ¡ªesa muletilla de que los incendios se extinguen en invierno¡ª, esta le ha dedicado cero euros en este a?o de la crisis de 2012. ¡°El monte no es un jard¨ªn¡±, concede el jefe forestal de la Xunta, ¡°pero debe ser desbrozado para que los medios de extinci¨®n tengamos franjas de apoyo en nuestro trabajo¡±.
¡°Nuestro botiqu¨ªn es m¨¢s peque?o que el que te dan cuando
compras un coche¡±
Los brigadistas se temen lo peor. Santos pone sobre la mesa del merendero del paraje de Coto do Castro ¡ªa las puertas de la base de To¨¦n, la de m¨¢s horas de trabajo de Espa?a dada su situaci¨®n estrat¨¦gica¡ª el equipo de prevenci¨®n, el botiqu¨ªn del brigadista: un malet¨ªn de pl¨¢stico de apenas unos cent¨ªmetros dotado de esparadrapo, agua oxigenada, desinfectante, tijeras de punta redondeada, vendas, yodo¡ ¡°Es incluso m¨¢s peque?o que el que regalan las empresas cuando te compras un coche¡±, detalla el forestal, para precisar de inmediato que ¡°no es adecuado para las emergencias en la lucha contraincendios¡± en donde se cuentan bajas ya todos los a?os. En 1989 falleci¨® un trabajador por un fallo cardiorrespiratorio pero actualmente ¡°ning¨²n brigadista tiene un oxigenador¡±.
Tras la enumeraci¨®n de las carencias, el jefe forestal rememora las palabras del presidente de la Xunta, N¨²?ez Feij¨®o, con motivo de la muerte de Higinio V.L., el brigadista calcinado en las llamas del incendio de Castrelo do Val (Ver¨ªn) la primavera pasada. Entonces, en una nota institucional, Feij¨®o reivindic¨® el trabajo de los ¡°h¨¦roes an¨®nimos¡± de los operativos de extinci¨®n y agradeci¨® que lleven su trabajo ¡°m¨¢s all¨¢ del estricto deber¡±, arriesgando sus vidas. Los brigadistas reprochan la ausencia del presidente de la Xunta en las zonas ourensanas devastadas por los incendios. ¡°Los Estados Unidos son inmensos, pero Obama acudi¨® a la zona cero del incendio de Colorado¡±, apuntan.
La lucha contra el fuego forestal es cada vez m¨¢s complicado. Las condiciones ¡ªy no ya las naturales, sino las de los medios¡ª dificultan la eficacia del trabajo. Santos hace recuento de la escasez de medios como consecuencia de la reducci¨®n de gastos. ¡°En la d¨¦cada de los ochenta las brigadas estaban integradas por nueve trabajadores, el a?o pasado se redujeron a siete y ahora, a cuatro¡±. En aquella d¨¦cada, las autobombas contaban con un auxiliar al lado del conductor y ¡°ahora solo va ¨¦ste, con la consiguiente reducci¨®n exponencial de la operatividad del medio¡±. El representante de los grupos medioambientales en el Consello Forestal de la Xunta alerta, adem¨¢s, de que los trabajadores desconocen el protocolo y la ficha de seguridad de los retardantes y espum¨®genos que les entrega Medio Rural.
La lista de las carencias que denuncian los brigadistas es un suma y sigue. Santos precisa que, de las cinco torretas de vigilancia estrat¨¦gicamente situadas en la provincia de Ourense, solo funcionan dos este a?o para alertar de fuegos en 77.000 hect¨¢reas. ¡°Ahora dan los avisos los ciudadanos¡±, explican los brigadistas.
"M¨¢s chiringuitos"
Los brigadistas alertan de que el suyo no es un trabajo de ocho a 15 horas, sino que supone, junto al de la miner¨ªa, el de mayor consumo metab¨®lico, trabajando jornadas continuadas "durante 10 d¨ªas seguidos de incendios a una temperatura ambiental de 40 grados y de 500 en la boca del incendio".
Un enorme esfuerzo "f¨ªsico y emocional". El trabajo es especialmente duro en la provincia de Ourense. "M¨¢s del 50% de los incendios forestales del Estado se registran en Galicia, con el 30% de afectaci¨®n de la superficie de Espa?a y la mitad de ambos porcentajes se los lleva Ourense". Mientras tanto, las contrataciones descienden y "se multiplican los chiringuitos". Ahora, explica Santos, los helic¨®pteros los pone la empresa privada Natutecnia y las brigadas, las sociedades p¨²blicas Seaga y Tragsa. El jefe forestal puntualiza que Natutecnia "contrata a quien quiere, sin tener en cuenta factores como el de la experiencia". De los 30 brigadistas de la base de To¨¦n el a?o pasado, la empresa solo ha repescado a tres.
Mientras los trabajadores esperan a conocer c¨®mo se coordinar¨¢n las diversas empresas, denuncian que los recursos de la Diputaci¨®n "no se utilizan nunca". Medio Rural "alquila buldozers a Castilla y Le¨®n aunque la instituci¨®n provincial disponga de ellos" a un paso.
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