Merkel y los piratas del BCE
La Xunta est¨¢ sumida en eventualidades mientras la oposici¨®n se empe?a en que Feij¨®o sea presidente
La gente que cree que la se?ora Merkel ha perdido una batalla en la en¨¦sima cumbre europea del 29 de Junio ¡ªesta gente se re¨²ne pa n¨¢ cada dos por tres¡ª est¨¢ pero que muy equivocada. La famosa disociaci¨®n entre el rescate a los bancos y la deuda de los estados es, sin duda, una buena noticia. Pero ?podr¨ªan las cosas haber sucedido al rev¨¦s? Si es cierto que Espa?a e Italia son too big to fail simplemente el gui¨®n no podr¨ªa haber discurrido por otros derroteros. Salvo, claro, que nos acerc¨¢semos al estallido social.
Sumarle diez puntos directos al d¨¦ficit p¨²blico implicar¨ªa despidos masivos en la administraci¨®n, el cierre de hospitales y escuelas y la disminuci¨®n del n¨²mero de polic¨ªas. Todo a lo bestia. El p¨²blico se iba a enterar de lo que vale el peine de la disminuci¨®n del Estado. Por ese camino el euro desaparecer¨ªa en un pisp¨¢s y la UE podr¨ªa estallar, creando una sima dif¨ªcil de cruzar, de consecuencias horribles, en la que sigue siendo la zona econ¨®mica m¨¢s importante del mundo.
En todo caso, esa disociaci¨®n va para largo. En lo inmediato, como todo el mundo sabe, s¨®lo el BCE puede sacar del infierno a las econom¨ªas del sur de Europa. Y el BCE, Alemania al fondo, opera como los piratas del Caribe: te sit¨²an en el tabl¨®n, con el sable en la espalda y los tiburones aguardando en el mar la sangre fresca. La prima de riesgo es el sable y los r¨¦ditos derivados de la financiaci¨®n del estado es la sangre. As¨ª, a ver qui¨¦n es el guapo que se enfrenta a sus designios. Desde luego, Rajoy esperaba, en su bendita ingenuidad, que siendo cofrade de la derecha alemana, Merkel aflojar¨ªa la soga. Pero no ha sido as¨ª. Eso le ha causado el mayor desconcierto. Desde que ha ganado las elecciones no ha sufrido m¨¢s que disgustos. Lo que parec¨ªa la v¨ªa real de la derecha espa?ola a la refundaci¨®n de Espa?a se est¨¢ convirtiendo en un camino de espinas. Ya la arrogancia les pas¨® una mala jugada con la YPF Argentina. Soraya, esa chica resabida, se tuvo que tragar sus est¨²pidas amenazas. Ahora, s¨®lo se trata de sobrevivir.
Sobrevivir quiere decir que en unos d¨ªa subir¨¢n el IVA, bajar¨¢n los sueldos a los funcionarios ¡ªtambi¨¦n los salarios del sector privado al final han de descender en torno al 20% para eso se hizo la reforma laboral¡ª; se iniciar¨¢n ERES que acabar¨¢n con miles de empleos p¨²blicos ¡ª100.000 apuntaba el globo sonda¡ª; se recortar¨¢ el seguro de paro, se tocar¨¢n las pensiones y, en fin, conoceremos una vuelta de tuerca de la austeridad germ¨¢nica.
Los mercados demandan todos los d¨ªas el sacrificio de algunas v¨ªrgenes para llenar la olla. Una vez nos tengan ahormados ¡ªaherrojados ya nos tienen¡ª vendr¨¢ el ¡°federalismo fiscal¡±, que es una bonita manera de disimular el control por parte de Alemania de las finanzas europeas. La supervisi¨®n, por parte del BCE, de la banca espa?ola implicar¨¢ la p¨¦rdida de eso que llaman ¡°soberan¨ªa nacional¡±. Eso no ser¨ªa tal vez tan malo si pudi¨¦ramos votar al presidente europeo y controlar, a trav¨¦s de un nuevo ¡°demos¡±, qu¨¦ se hace en nuestro nombre. Pero sobre esta cuesti¨®n, las elites europeas pasan de puntillas. Es mucho mejor poder hacer pasar las decisiones pol¨ªticas como cuestiones t¨¦cnicas sin que te de la lata una turbamulta de electores indocumentados.
?Y en Galicia? Bien, gracias. Aqu¨ª el Gobierno se ha especializado en hacer anuncios de eventuales eventualidades que eventualmente suceder¨¢n. Un decir, que PEMEX contrate unos buques. Ojal¨¢ suceda. Pero, a veces, la escena parece escrita por Marx, Groucho: ese directivo mexicano diciendo: ¡°Si no se los contratamos a ustedes lo haremos a otros¡±. Y qu¨¦ decir de la noble empanada en que se ha convertido Novagaliciabanco. De lo que se trata, supongo, es de qui¨¦n se queda con sus clientes, si los grandes bancos o alg¨²n fondo pirata de inversiones que pase por ah¨ª. Pero ?qu¨¦ deliciosos titulares da ese banco del estado, a fiscalizar por el BCE! Es de suponer que en la Comisi¨®n de investigaci¨®n que se cree en el Parlamento gallego alguien sugerir¨¢ que todos los gobiernos de la Xunta pecaron in vigilando y que habr¨ªa bastado que Facenda cumpliera su obligaci¨®n para evitar el desaguisado. Ya no hablo de haber elaborado una Lei de Caixas para que aquello no fuese ese nepotismo andante que ahora todos se lanzan a denunciar. A toro muerto todo son lanzadas. En Galicia la hipocres¨ªa colectiva se come a paladas.
El Gobierno no sabe si convocar elecciones. Con tal panorama de recortes, a Feij¨®o le puede pasar lo que a Touri?o: que el d¨ªa despu¨¦s se encuentre con un disgusto de ¨®rdago. Su oposici¨®n, sin embargo, se empe?a en que repita como presidente. En el PSdeG, por ejemplo, ya no se sabe si su candidato se va a llamar Fran, Pepe o Pachi. Desmoraliza que todo quede en qui¨¦n tiene el poder interno. Si cualquiera de ellos y sus coaligados ganasen las pr¨®ximas elecciones no me extra?ar¨ªa que se frotasen los ojos y pensasen que ha habido un error.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.