La libertad que naci¨® en Conxo
Un documental recupera la historia de los a?os de apertura del psiqui¨¢trico
"El manicomio es la f¨¢brica de Conxo". Primero como ayuntamiento y despu¨¦s un barrio perif¨¦rico de la capital gallega, Conxo se construy¨® en torno a un antiguo monasterio que el cardenal Pay¨¢ convirti¨® en el manicomio que reclu¨ªa a los "alienados" y los separaba de la sociedad. As¨ª fue desde su inauguraci¨®n en 1885 hasta sus a?os de apertura y reforma, al final del franquismo. Una c¨¢mara capt¨® en formato de S¨²per 8 uno de los ¨²ltimos actos, en 1976, del intento de renovaci¨®n. Despu¨¦s, llegaron los despidos del personal y la contrarreforma. Pero en los jardines de Conxo ya hab¨ªa sonado el "Estoy contigo en Rockland" que le repiti¨® en el hipn¨®tico Aullido Allen Ginsberg al escritor Carl Solomon. Los dos autores se conocieron en ese hospital psiqui¨¢trico de Nueva York y 20 a?os despu¨¦s de que Ginsberg firmase su m¨¢s c¨¦lebre poema, una interna, ?nxeles, lo parafraseaba en gallego mientras otros pacientes pintaban o bailaban en el patio. "La polic¨ªa acab¨® desalojando a bailarines, escritores y pintores. Fueron los ¨²ltimos movimientos de la reforma de Conxo", explica la voz en off que gu¨ªa el documental F¨®ra, que en hora y media recorre la vida dentro de los muros de Conxo y sus reflejos en el barrio.
El primero manicomino, despu¨¦s sanatorio y, finalmente, hospital psiqui¨¢trico se deshizo de la mano eclesi¨¢stica en 1969 y, tan solo dos a?os despu¨¦s, recalaron en Santiago m¨¦dicos procedentes de Oviedo y un nuevo gerente que activar¨ªan, con el personal que ya trabajaba en el centro, la reforma. En sus pilares estaban el aumento de la cantidad y la calidad de la comida ¡ªun lamento recurrente de los usuarios, que incluso llamaron Carne Negra a una revista del centro por la imagen que evocaba aquello que les ca¨ªa en el plato, una carne "de origen incierto, pero sin duda, lejano en el tiempo"¡ª, las salas mixtas, los cursos formativos y una pol¨ªtica que, en contra de la reclusi¨®n y la medicaci¨®n, promov¨ªa las altas de los enfermos. Al tiempo que "humanizaban y liberalizaban", los m¨¦dicos manten¨ªan una batalla laboral que culmin¨® en los despidos de buena parte del personal m¨¦dico en 1975. "La reforma fue muy de prisa, al poco de los despidos muere Franco y comiezan la Transici¨®n. La reforma de Conxo fue important¨ªsima para el futuro de la asistencia en algunas comunidades, no en Galicia, en Asturias y Andaluc¨ªa y en la ley de Sanidad del 1986, que el cap¨ªtulo de psiquiatr¨ªa est¨¢ escrito por gente que estuvo en Conxo. Pero los beneficios de la reforma no se quedan en Conxo. La experiencia acumulada se capitaliza y se lleva fuera de Galicia", recuerda el jefe cl¨ªnico durante la reforma, Emilio Gonz¨¢lez, en el documental.
"La oralidad", sin embargo, "el relato oral de la reforma est¨¢ sin hacer", insiste Gonz¨¢lez y en la inexistencia de un an¨¢lisis hist¨®rico y pol¨ªtico coinciden tambi¨¦n los autores del documental, Xan G¨®mez y Pablo Cayuela. "Las fuentes est¨¢n muy implicadas, de primera mano. No hubo an¨¢lisis, pausa", indica Cayuela. Ellos recogieron la documentaci¨®n que guardaron los protagonistas, la que escribieron o la que dejaron grabada para dar forma a F¨®ra. Explican que fue Conxo el centro que reprodujo "el mismo proceso que se dio en hospitales de Francia o Italia en la d¨¦cada anterior". La c¨¢mara de la fot¨®grafa Anna Turbau retrat¨® a las mujeres que, en 1977, vivieron la contrarreforma en el centro. Estaban sentadas en los pasillos o paseando, con la miraba perdida, y jugando con alguna mu?eca.
Los internos nunca constaron como trabajadores del centro, pero siempre cumplieron con una labor, en las horas de laborterapia, que iba m¨¢s all¨¢ que la de ser paciente: la de mano de obra barata. "Era un sistema que en principio podr¨ªa parecer positivo pero que encubr¨ªa una explototerapia", explica G¨®mez. "Dentro de la secci¨®n de recuperaci¨®n del enfermo para el trabajo encontramos muy poca gente haciendo trabajos m¨ªnimamente creativos, siendo el trabajo de la mayor¨ªa de una monoton¨ªa total y sin atisbos de participaci¨®n, como si fueran m¨¢quinas", comienza la narraci¨®n de la periodista Tareixa Navaza en un reportaje que emiti¨® el centro de TVE en Galicia en los a?os ochenta y que recupera el documental, "el trabajo que desarrollan es para unas empresas que aprovechan esta mano de obra barata, obteniendo unos beneficios sustanciales y pag¨¢ndole unas m¨®dicas cantidades semanales que, por si fuera poco, les son administradas a los internados con criterios m¨¢s bien partidistas". Adem¨¢s, de las pensiones de los enfermos, de unas 5.000 pesetas al mes, la gerencia del hospital se quedaba con dos tercios. Hace casi tres d¨¦cadas, el vicepresidente de la Asociaci¨®n de enfermos de Conxo contaba ante las c¨¢maras de TVE que la situaci¨®n "comparada con otros centros de exterminio de Espa?a es pasable". ?l, que distingue entre los locos "que somos todos" y los locos reconocidos, considera que los que tienen m¨¢s poder "m¨¢s locos est¨¢n". "La prueba es que los que le est¨¢n haciendo da?o al mundo son los m¨¢s poderosos, no somos los pobres locos reconocidos, si no los locos por reconocer", dice antes de igualar, en el contexto que cre¨® Conxo, enfermedad y pobreza.
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