La ¡®marcha negra¡¯ culmina en Madrid arropada por una multitud

Los mineros bajaron el martes por la noche a Sol. Con las linternas del casco encendidas recorrieron el centro de Madrid con la esperanza de frenar la retirada de unas ayudas al carb¨®n que se llevar¨¢n por delante su pan y su forma de vida. Bajo el cielo abierto de la ciudad, liberados de la claustrofobia de los ingratos pozos a los que necesitan volver, los obreros convirtieron sus linternas en un s¨ªmbolo. La luz amarilla visti¨® la marcha de un soplo rom¨¢ntico que parec¨ªa que la crisis hab¨ªa desterrado del ¨¢nimo.

Tras casi siete horas de marcha y despu¨¦s de ser vitoreados por los viandantes en las calles de la Gran V¨ªa y de Alcal¨¢, los mineros llegaron a los aleda?os de la Puerta del Sol, un momento de gran emoci¨®n para ellos, que se abrazaron alzando los bastones que portaban. Con lemas como Madrid entero se siente minero y?S¨ª se puede, los mineros han sido recibidos por los congregados en la Puerta del Sol, que adem¨¢s les dedicaron otro gran aplauso. Les esperaba adem¨¢s una gran pancarta en la que pod¨ªan leer: "Bienvenidos a Madrid".

Ellos agradecieron el cari?o: "Este pueblo s¨ª nos quiere". Una vez finalizada esta dura jornada, los mineros abandonaron Sol y, en la plaza de Callao, montaron en sus autobuses, pero antes espont¨¢neamente los ciudadanos les hicieron el pase¨ªllo. "Esta es nuestra selecci¨®n", repet¨ªan sin parar mientras estrechaban sus manos con los mineros y les aplaud¨ªan de nuevo.

Antes, mmiles de madrile?os recibieron a la marcha negra en el Arco de la Victoria de Moncloa a las 23.30 con aplausos, c¨¢nticos y v¨ªtores a la clase obrera. Se derramaron algunas l¨¢grimas dentro del grupo de 500 mineros y familiares. Las dos columnas que ayer llegaron a Madrid marcharon hacia el centro de la capital con las luces de sus cascos encendidas en la etapa m¨¢s emotiva de una marcha de u?as encarnadas, ampollas y tendones al borde de la rotura. Los mineros est¨¢n hechos a circunstancias dif¨ªciles, a trabajar en espacios reducidos, h¨²medos y mal ventilados, pero la de estos d¨ªas ha sido una prueba diferente: 19 jornadas de ruta bajo el calor del verano, siempre con el recuerdo de sus compa?eros encerrados en los pozos Cand¨ªn y Santiago desde hace m¨¢s de 45 d¨ªas.

La columna de Arag¨®n, integrada por mineros aragoneses a los que se sumaron la ma?ana del martes castellano-manchegos y andaluces, hab¨ªa partido al encuentro de sus compa?eros a las siete de la ma?ana de Alcobendas. Eran un centenar de manifestantes, que recorrieron a pie la carretera de Fuencarral y las calles Nuestra Se?ora de Valverde, Cardenal Herrera Oria, Ginzo de Limia y Sinesio Delgado, rumbo a la Ciudad Universitaria, en el distrito al que pertenece Aravaca, donde descansaba la otra columna. Con banderas de sus respectivas comunidades e insignias de CC OO y UGT, los mineros, visiblemente cansados, iban ataviados con camisetas con los lemas S¨ª a la reactivaci¨®n de las comarcas mineras o Quieren acabar con todo.

El recorte del 63% en las subvenciones para el carb¨®n este a?o hace pensar a los trabajadores que pueden estar a las puertas del cierre de las minas de Asturias, Le¨®n, Palencia, Arag¨®n y Castilla-La Mancha. Para evitarlo, los mineros de todas estas cuencas reunidos en la capital le piden al ministro de Industria, Jos¨¦ Manuel Soria, 200 millones con los que acabar 2012. El ministro asegura que est¨¢ dispuesto a hablar de ayudas en 2013, pero no este a?o porque Espa?a necesita todo el l¨ªquido que pueda para cumplir el objetivo del d¨¦ficit. No habr¨¢ 2013 si no hay 2012, insist¨ªan ayer desde la calle los mineros con la esperanza de forzar una soluci¨®n de ¨²ltima hora.

Fuera de las minas, el carb¨®n no gusta: contamina y es caro. Mancha. Pero el debate ha rebasado el de su idoneidad como carburante. El corte de las ayudas llega de forma abrupta, nadie se ha tomado la molestia de desarrollar un plan para reconvertir el sector ni reubicar a los trabajadores. Toda la cuenca minera se ve al borde de un acantilado. Ante esta perspectiva la marcha negra se ha proyectado por encima de la reivindicaci¨®n inicial para conglomerar el descontento popular ante los retrocesos sociales y la falta de soluci¨®n a la crisis.

Los mineros han recorrido la mitad norte del pa¨ªs impulsados por la simpat¨ªa que suscita su reivindicaci¨®n del derecho a trabajar entre una ciudadan¨ªa at¨®nita por la velocidad a la que se disuelve el tejido productivo y desaparece la econom¨ªa real mientras el debate gira en torno a la ciencia ficci¨®n de los rescates financieros y la especulaci¨®n burs¨¢til. Cada ma?ana han echado a caminar mientras en los mercados el valor de la deuda espa?ola se despe?aba. Han caminado mientras se concretaba la subida del IVA para todos los ciudadanos y la amnist¨ªa fiscal para algunos. Han seguido marchando mientras la OCDE alertaba de un futuro en el que uno de cada cuatro espa?oles estar¨¢ sin empleo.

En respuesta, a las carreteras y entradas de todos los pueblos que han cruzado han salido a animarlos miles de ciudadanos preocupados por no tener voz en medio de la tormenta. En Madrid a los caminantes se les unieron los bomberos, los profesionales de la educaci¨®n, sindicatos, artistas¡­ La visita ha representado una catarsis para los colectivos que se consideran m¨¢s apaleados por la crisis. ¡°Mineros, sois cojonudos: sois nuestro orgullo¡±, se oy¨® gritar en m¨¢s de un paso de la marcha nocturna.

Una protesta que, gracias a un inesperado giro judicial de ¨²ltima hora, pudo discurrir por la A-6 en contra de las pretensiones de la Delegaci¨®n del Gobierno, lo que permiti¨® a los manifestantes pitar al presidente Mariano Rajoy a las puertas de su residencia. Ante el Palacio de La Moncloa, ocupando dos o tres carriles de la autov¨ªa, alzaron sus cayados al grito de: "Si esto no se arregla, guerra, guerra guerra". Tambi¨¦n cantaron su himno a Santa B¨¢rbara, entre los pitidos de apoyo de los sufridos conductores atrapados por el corte de tr¨¢fico, que se prolong¨® hasta bien entrada la noche.

Sol volvi¨® a ser la estaci¨®n final de las protestas sociales. Los mineros hicieron sonar su himno Santa B¨¢rbara bendita en la casa del 15-M, el otro gran movimiento cuyas reivindicaciones se han hecho o¨ªr durante esta crisis. La contundencia minera tiene un estilo propio. ¡°No estamos indignados, estamos hasta los cojones¡±: ya lo dijeron ellos. La rabia de los trabajadores por la amenaza que pende sobre el futuro de sus comarcas se ha materializado en huelgas y enfrentamientos con la polic¨ªa. Saben que son uno de los grandes activos simb¨®licos del movimiento obrero y no est¨¢n dispuestos a irse a casa sin haber dado guerra.

El mi¨¦rcoles los mineros se levantar¨¢n a las nueve de la ma?ana y se trasladar¨¢n hasta la plaza de Col¨®n. Ah¨ª iniciar¨¢n a las once la ¨²ltima marcha, que finalizar¨¢ a unos 500 metros del Ministerio de Industria. Unos 500 autobuses procedentes de las comarcas mineras de Asturias, Le¨®n, Arag¨®n y Andaluc¨ªa llegar¨¢n hoy a la capital para sumarse a la protesta, en la que los sindicatos esperan reunir a unas 25.000 personas.

La pancarta de cabecera incluir¨¢ el lema que ha movido a los mineros durante todo el camino: No al cierre de la miner¨ªa del carb¨®n. S¨ª a la reactivaci¨®n de las comarcas mineras. En el acto intervendr¨¢n los secretarios generales de CC OO y UGT, Ignacio Fern¨¢ndez Toxo y C¨¢ndido M¨¦ndez, respectivamente. A la misma hora que ellos protestan en la calle con sus cascos y sus palas, el presidente Mariano Rajoy comparecer¨¢ en el Congreso de los Diputados.

Con informaci¨®n de Victoria Torres, Marta Fern¨¢ndez Maeso y Mar¨ªa Herv¨¢s.