Naturaleza industrial
La cantante y bailaora m¨¢s punki de Madrid forja un paseo met¨¢lico entre las v¨ªas del tren, los puentes de hierro y los radios de su bicicleta
1. V¨ªa del tren del parque de la Bombilla. Me encanta ese trozo de v¨ªa por el puente que comunica con el parque del Oeste. Sol¨ªa ir por ah¨ª a clase de cantar una vez a la semana y siempre me da la sensaci¨®n cuando estoy encima del puente de que vuelo, porque es un puente de hierro pero da una gran sensaci¨®n de levedad, parece fr¨¢gil, se mueve cuando pasa el tren. Amo las v¨ªas del tren porque era el ¨²nico medio por el que pod¨ªa llegar a Madrid desde Algeciras. Es una est¨¦tica industrial, como rota, que tiene que ver con mi car¨¢cter fuerte.
2. Los cerditos de madera de Madrid R¨ªo. Hasta hace poco inventaba una especie de presencia en mis shows, como si fuera un bajista malvado, que se apoderaba de m¨ª en el escenario y me convert¨ªa en un personaje al que bautic¨¦ como Manitas de Cerdo. Porque yo no s¨¦ tocar y lo hac¨ªa como si en lugar de dedos tuviera pezu?as. Lleg¨® a tener un club de fans importante, aunque ya qued¨® atr¨¢s, pero en mis paseos por la zona lo recuerdo con cari?o cada vez que veo esos columpios.
3. El Tablao de las Carboneras. Es mi sitio preferido para ver flamenco, donde trabaj¨¦ unos cuatro a?os. Est¨¢ cerca del mercado de San Miguel. Es de los pocos tablaos en los que el espect¨¢culo no est¨¢ pensado para los extranjeros, como ocurre con Casa Patas. Le tengo especial cari?o porque all¨ª aprend¨ª lo mejor que s¨¦: los cantaores son la hostia, los guitarristas, las bailaoras son maravillosas. Es un tipo de tablao m¨¢s moderno. Cada vez que voy me emborracho y lloro de emoci¨®n. El flamenco sigue siendo la m¨²sica que me pone en un estado de exaltaci¨®n de la vida (Conde de Miranda, 1).
La Shica m¨¢s grande
Conocida como la Bj?rk espa?ola, Elsa Rovayo (Ceuta, 1976) lleg¨® a Madrid de ni?a dispuesta a comerse la capital bailando. Y lo hizo, hasta que se le rompieron los pies. Ahora se lo come todo con su voz y con una gran puesta en escena.
4. El Ventorrillo Murciano. Aparentemente no es nada lujoso pero est¨¢ ultralimpio. Es chiquit¨ªn. Los due?os, Jos¨¦ y su mujer (una cubana que hace unos arroces incre¨ªbles y que toca el piano) son geniales, pulcros, cuidadosos y apasionados con su trabajo. Hacen unos arroces a banda, con mero, con almejas, con caracoles, viudo o solo con verduras que te quitan el sent¨ªo (Tres Peces, 20).
5. El Caf¨¦ Berl¨ªn. Lo bueno del Berl¨ªn, aparte de que tocan muchos amigos, es que hay tantos m¨²sicos y tanta gente de mi ambiente que puedo ir sola y siempre me encuentro a alguien. Todo el mundo va a ver a todo el mundo¡ (Jacometrezo, 4).
6. Miyama. Es un restaurante japon¨¦s con un sushi de gloria bendita. Me fascina ese sitio. Es cocina japonesa inventada, tienen sus propias recetas, un sushi free style. Lo recomiendo (Flor Baja, 5).
7. Toni 2. Otro bar de golfer¨ªo. Intent¨¦ cantar una noche y no me dejaron, no me dieron bola. Ese sitio me encanta, con esa cocteler¨ªa, con esos camareros con pajarita, con ese piano-barra (Almirante, 9).
8. El Marula. Pinchan muy bien. En verano tienen su terracita y ofrece esa doble posibilidad: quedarte fuera de tranqui o entrar y ser la reina de la pista (Bail¨¦n, 27).
9. El Eucalipto. Es un bar del ¡°paseo mar¨ªtimo de Lavapi¨¦s¡±. Tiene zumos naturales buen¨ªsimos y hace unos mojitos y unos daiquiris a la misma altura. Era uno de mis sitios de referencia cuando viv¨ªa en ese barrio en un piso tan peque?o que me echaba a la calle (Argumosa, 4).
10. El Museo Reina Sof¨ªa. Me encanta ir para estar un rato y pintar porque me gusta el espacio y me da muy buena onda.
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