Una fuerza desbocada
La desmesura de Buika sucede al equilibrio de Sedajazz
Hace tiempo que los festivales de jazz son una mezcla de g¨¦neros donde, adem¨¢s de jazz y sus nutrientes, como el blues, entran fusiones diversas, R&B, funk o soul. Por eso no extra?a tanto encontrar en el Festival de Alicante a un grupo como Earth, Wind & Fire. Ni tampoco, en el de Valencia, a una cantante que viene de la copla, como Concha Buika, y que hace pocos a?os estuvo en el Festival de Flamenco del mismo Palau de la M¨²sica. No hace ni flamenco ni jazz, pero es una artista fuera de lo com¨²n.
Acompa?ada al piano por Ivan Mel¨®n Gonz¨¢lez, Buika marc¨® el ecuador del festival. Arranc¨® con Sue?o con ella, una de esas nuevas canciones incluidas en el doble ¨¢lbum En mi piel, publicado en 2011. Es una interpretaci¨®n intimista la del disco y casi lo fue la del Palau, en parte susurrada con un cuajo y profundidad que hace atractivo el registro grave de Buika, salvo alg¨²n maullido que fue un anticipo de lo que vendr¨ªa despu¨¦s. ¡°No soy valiente para hablar, pero si soy valiente para cantar¡±, dijo en un intermedio, sin precisar que a veces esa valent¨ªa se convierte en temeridad.
Con la segunda pieza, Mi ni?a Lola, emotiva canci¨®n que le hizo popular, empez¨® a dar se?ales de confundir emoci¨®n con ¨ªmpetu. En el tercer tema, Jodida pero contenta, dej¨® fluir sin control la pasi¨®n, la rabia y la risa para girar la copla hacia el terreno del son montuno con la impagable ayuda del pianista cubano y comenz¨® a exhibir su facultad para hacer una especie de scat salvaje, convirtiendo la voz en un instrumento musical h¨ªbrido que asom¨® a menudo a lo largo de la velada.
Pareci¨® m¨¢s contenida en Cuando t¨² te hayas ido, tomada del cancionero de Chavela, e hizo gala de su amplia tesitura, pero la distorsion¨® con prisas y urgencias que no se sabe bien a cuento de qu¨¦ ven¨ªan. Y hubo tambi¨¦n aullidos, pr¨®ximos a veces al chillido, a lo largo del concierto. Y hubo barullo ocasional o descontrol chill¨®n. Una suma de acentos propios de una fuerza desbocada que obligan a marcar distancias cuando uno est¨¢ a punto de dejarse seducir por las dotes vocales de esta cantante, por su capacidad de comunicaci¨®n y de personalizar canciones ajenas o por su fuerza vital. Tal vez se trate de atemperar la energ¨ªa sin matar las emociones.
M¨¢s equilibrado result¨® el concierto de la Sedajazz Big Band del d¨ªa anterior, que tuvo un lleno similar a pesar de contar con un sonido m¨¢s modesto. Para la presentaci¨®n de su nuevo ¨¢lbum, Horn Flakes, la orquesta valenciana pudo contar con la pr¨¢ctica totalidad de sus miembros, por suerte o por desgracia. Suerte, porque permiti¨® disfrutar de espl¨¦ndidos solos de, por ejemplo, David Pastor o Carlos Mart¨ªn, que viven fuera, de Perico Sambeat, que suele estar solicitado, o Jes¨²s Santandreu, que est¨¢ a punto de irse dos a?os a Tennessee. Por desgracia, porque como dijo Latino, su l¨ªder, con humor, no hay muchos bolos con la crisis. Sonaron como una voz de cien matices, bien surtidos de swing y acentos latinos y por momentos (Fira de monstres) lanzados en tromba como una persecuci¨®n urbana en una buena pel¨ªcula de acci¨®n.
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