La enfermer¨ªa puede esperar

Es posible que sea fruto de la casualidad, que esta novillada llevase tiempo rese?ada en el campo. O tambi¨¦n podr¨ªa darse el caso de que la empresa hubiera sido permeable a las cr¨ªticas y rectificado. La cuesti¨®n es que despu¨¦s de dos semanas pasando miedo en Las Ventas, ha vuelto la cordura. No era plato de gusto ver a chavales (los novilleros est¨¢n en periodo de formaci¨®n) tragando quina. El encierro de Luis Algarra derroch¨® nobleza, tuvo bondad y embestidas para sacar provecho.

Las novilladas de promoci¨®n de verano volvieron a su cauce, una mezcla entre Operaci¨®n Triunfo y el chiste de ¡°va un portugu¨¦s, un espa?ol y un colombiano...¡± Tres j¨®venes y seis novillos aptos para el lucimiento.

Dias Gomes no pas¨® de voluntarioso y con oficio, quiz¨¢ demasiado bullanguero. Luis Miguel Castrill¨®n, pec¨® de inocencia, de falta de colocaci¨®n, pero dej¨® claro su buen gusto y que no teme repetir por el pit¨®n malo.

Juan Ortega, que hac¨ªa el pase¨ªllo en Las Ventas por primera vez, dio sentido a la tarde y merece estar en la final. Por su arrojo y decisi¨®n. En el primero result¨® prendido, pero sigui¨® en el ruedo. Se mantuvo firme, con temple, ligando los naturales con limpieza. Estocada delantera y cornada. Hubo petici¨®n pero todav¨ªa quedan novilleros de los que prefieren que Madrid les deba algo a racanear una vuelta al ruedo. Pas¨® a la enfermer¨ªa para que le revisaran la herida. Fue intervenido de una cornada de 15 cent¨ªmetros en la cara posterior de la pierna derecha. Una cura de emergencia y se le oper¨® al termin¨® de su segunda actuaci¨®n. Sali¨® en el quinto, enrabietado, queriendo hacer bien el toreo, aunque con alg¨²n enganch¨®n, y, por momentos, a merced del novillo. El mal uso del estoque le impidi¨® salir con un trofeo pero la enfermer¨ªa pod¨ªa esperar.