A prop¨®sito de Tozo
Toca el acorde¨®n cada tarde por los alrededores del Teatro Real, es hijo de m¨²sico y padre de dj, y opina que en su Bulgaria natal se viv¨ªa mejor bajo el antiguo r¨¦gimen comunista: ¡°Entonces ten¨ªamos casa, trabajo y comida. Ahora tenemos carest¨ªa con salarios paup¨¦rrimos¡±. Grozdan Aleksandrov Drozdan, a quien todos llaman Tozo, dej¨® su pa¨ªs por una mujer y por probar suerte. Aqu¨ª se gan¨® el pan actuando en bodas y celebraciones, hasta que lleg¨® la crisis. Nos lo cuentan ¨¦l mismo y los actores del Teatro del Zurdo durante SOS, espect¨¢culo de ficci¨®n documental tejido en torno a su figura.
A Tozo ya lo hab¨ªamos visto en La ventana de Chigrinski (la producci¨®n precedente de esta compa?¨ªa, inspirada en la figura del defensa internacional ucranio Dmitro Chigrinski), donde creaba la banda sonora en vivo junto a otros m¨²sicos callejeros: no pasaron desapercibidos ni su aspecto de legionario del Imperio Romano de Oriente, ni su vozarr¨®n, y eso que apenas le dejaban cantar un par de estrofas de Ochi chornia. No me extra?a que esta vez hayan decidido ponerle en el centro gravitatorio, aunque SOS, en realidad, entrecruza varias historias: la suya, la de Emilio, m¨¦dico enamorado a su manera de Sara, y la de esta joven, que no sabe muy bien d¨®nde poner su cari?o.
SOS
- Autores: Luis Crespo, Xos¨¦ Mu¨ª?os y F¨¦lix Estaire.
- Int¨¦rpretes: Tozo, Daniel Martos, Fernando Otero, ?ngeles P¨¢ez y Rafael Rojas.
- Escenograf¨ªa: M¨®nica Boromello.
Sala Tri¨¢ngulo. Hasta el 29 de julio.
Lo que se nos cuenta respira verdad, pero hay un contraste violento irresuelto entre el punto de vista documental que se ofrece de la figura de Tozo, interpretada por ¨¦l mismo, y la teatralidad de las otras historias, interpretadas por buenos actores. El m¨²sico queda expuesto a la curiosidad general, y su verdad, desnuda, mientras que los protagonistas reales de las, llam¨¦mosles, tramas paralelas, quedan velados: el plano real y el supuestamente ficticio confluyen como las aguas oscuras del r¨ªo Negro y las arcillosas del Amazonas, que durante kil¨®metros prosiguen por el mismo cauce juntas pero sin mezclarse.
El espect¨¢culo est¨¢ tejido entorno a la figura de este m¨²sico b¨²lgaro
SOS, escrito al alim¨®n por Luis Crespo, Xos¨¦ Mu¨ª?os y F¨¦lix Estaire, se sigue con inter¨¦s, con agrado y tambi¨¦n con la sensaci¨®n de que la esencia de la figura del protagonista emigrante acaba escurri¨¦ndosenos entre tanto meandro narrativo. Y cuando Tozo toma, por fin, su acorde¨®n y saca de ¨¦l r¨¢pidamente unos acordes m¨¢gicos, echamos de menos que se estire ese instante y que se le deje completar su melod¨ªa en silencio, sin miedo a que la m¨²sica acabe destronando a la palabra.
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