El due?o de Lotus financia los gastos de la fosa de v¨ªctimas de El Marrufo
El empresario, nacido en C¨¢diz, busca los restos de su abuelo desaparecido
¡°Es la mejor excavaci¨®n en la que he estado en mi vida¡±, asegura Jes¨²s Rom¨¢n, coordinador arqueol¨®gico del proyecto de exhumaci¨®n en El Marrufo, una finca situada en el coraz¨®n del parque natural de Los Alcornocales, entre C¨¢diz y M¨¢laga. A la Asociaci¨®n de Familiares de Represaliados por el Franquismo de La Sauceda y El Marrufo le toc¨® la loter¨ªa cuando una vez terminada la subvenci¨®n que el Estado les dio para costear los gastos de exhumaci¨®n [la duraci¨®n es de un a?o], el familiar de uno de los desaparecidos decidi¨® financiar la excavaci¨®n al completo. Su nombre es Miguel Rodr¨ªguez y es propietario de la marca de relojes Lotus. Naci¨® en La L¨ªnea de la Concepci¨®n (C¨¢diz), en 1952, y es uno de los muchos familiares que esperan que uno de los restos ¨®seos encontrados en las excavaciones sea el de su pariente desaparecido. Rodr¨ªguez busca a su abuelo Francisco Dom¨ªnguez. ¡°Me parece de juzgado de guardia que tenga que ser un particular quien financie la excavaci¨®n¡±, se queja el empresario.
La historia de Dom¨ªnguez, abuelo del due?o de Lotus, pudo ser la de cualquiera de los desaparecidos. Rodr¨ªguez explica que su abuelo ten¨ªa ¡°una granja de cerdos¡±. Como cada a?o fue a vacunarlos a Jerez, pero con el tiempo estos enfermaron y un amigo de Dom¨ªnguez comenz¨® a sospechar que pod¨ªa haber sido cosa del veterinario.
El empresario gaditano aporta 180.000 euros al proyecto
El abuelo del empresario gaditano envi¨® uno de sus cerdos a Jerez para ser analizado en un laboratorio. Los t¨¦cnicos le explicaron que nunca hab¨ªa sido vacunado. Dom¨ªnguez averigu¨® que sus cerdos estaban indefensos y que en lugar de la medicina el veterinario les hab¨ªa inyectado agua. As¨ª que procedi¨® a denunciarle. Un juzgado decret¨® una indemnizaci¨®n econ¨®mica para Dom¨ªnguez. Cuando comenz¨® la Guerra Civil, sospecha Rodr¨ªguez que el veterinario, que era falangista, se veng¨® de su abuelo, y de alguna forma lo hizo desaparecer.
Es la una del medio d¨ªa y Rom¨¢n, el coordinador de arqueolog¨ªa, tiene que hacer un dibujo en dos dimensiones de los huesos, para que cuando los levanten tengan constancia de la posici¨®n en la que estaban. No descarta que debajo de estos puedan encontrar m¨¢s. Mientras, el cocinero anuncia que en una hora estar¨¢ lista la comida. El men¨² de hoy: gazpacho y un guiso de arroz con pollo. Rom¨¢n insiste: ¡°Lo normal en otras excavaciones es un bocadillo y un refresco¡±.
Rodr¨ªguez se queja de que un particular tenga que sufragar la excavaci¨®n
El empresario don¨® todo lo necesario para la infraestructura a la asociaci¨®n, entre 170.000 y 180.000 euros, no solo para que sea usado en este proyecto, sino para futuras exhumaciones. Una bater¨ªa, una antena parab¨®lica, una carpa situada en cada una de las fosas, palas, picos y utensilios especializados para los desenterramientos, adem¨¢s de una cocina, una ducha, un comedor y otra carpa m¨¢s que sirve de dormitorio. ¡°Aqu¨ª es donde comemos y tambi¨¦n donde nos relacionamos entre nosotros¡±, afirma Rom¨¢n cuando entramos en la carpa que hace de comedor instalada a un metro de las excavaciones.
Cuando Rom¨¢n se acerca a la fosa uno, la de la mayor tama?o, se?ala el esqueleto de un pie que medio sobresale de la tierra y explica: ¡°Es una albarca, [un zapato t¨ªpico de zonas rurales fabricado de cuero y con la suela hecha de una rueda de cami¨®n], como esa, [se?ala una zona paralela a la hilera de esqueletos], hemos encontrado otra de la que sobresale la punta y es un indicio de una cuarta fosa¡±. Al lado del esqueleto, todav¨ªa sin recoger, ya que hasta que el juez no lo autorice no pueden mover nada, se?ala una bala. Rom¨¢n explica, ¡°no todas las balas est¨¢n datadas en el mismo a?o, aunque la mayor¨ªa est¨¢n fabricadas en Sevilla¡±.
En agosto la asociaci¨®n espera la llegada de una veintena de voluntarios que trabajaran y vivir¨¢n en el campamento durante un mes.
Rom¨¢n no duerme all¨ª, lo hace a media hora de la finca. Todos los d¨ªas hace el camino para llegar al campamento a las ocho de la ma?ana, cuando comienzan las tareas.
La Junta solo costea la b¨²squeda de fosas
Cecilio Gordillo es miembro de la Asociaci¨®n Andaluza de Memoria Hist¨®rica. Lleva muchos a?os pendiente de las excavaciones que se hacen en Andaluc¨ªa para buscar v¨ªctimas del franquismo. "La Junta se limita a buscar y despu¨¦s se desentiende", se queja Gordillo cuando habla de las ayudas del Gobierno aut¨®nomo.
Hasta este a?o, 2012, la ¨²nica ayuda que la Junta de Andaluc¨ªa ha prestado a las asociaciones consiste en la localizaci¨®n de las fosas. La financiaci¨®n de la exhumaci¨®n la costeaba el Gobierno central.
Gordillo recrimina a la Junta que esta prometiese una orden para 2012 en la que se incluyese en las ayudas la financiaci¨®n de la identificaci¨®n de ADN y la exhumaci¨®n de los cuerpos.
Luis Naranjo, director general de la Memoria Democr¨¢tica de Andaluc¨ªa, lo explica as¨ª: ¡°Esta orden se paraliz¨® por los recortes¡±. Naranjo estima que empezar¨¢n a dar las subvenciones para 2013, aunque, como se?ala el director, ¡°no va a ser una ayuda muy grande¡±. Adem¨¢s, a?ade que en lo que m¨¢s puede contribuir la Junta es en permitir la utilizaci¨®n de la infraestructura p¨²blica que esta posee. Naranjo cuenta que ayer tuvo una reuni¨®n con el rector de la Universidad de Granada en la que hablaron sobre el uso de los ¡°recursos p¨²blicos¡± de la Universidad para la identificaci¨®n de los cuerpos.
Naranjo afirma que ha llegado a un acuerdo con los responsables de la excavaci¨®n en El Marrufo para, m¨¢s adelante, usar estas infraestructuras para la identificaci¨®n de restos ¨®seos. Entre ellos pueden estar los del abuelo del empresario gaditano, quien cuenta emocionado que cuando fue a ver las instalaciones, baj¨® al poblado, situado a cinco kil¨®metros de los enterramientos, y pudo reconocer la casa donde viv¨ªan sus abuelos. Rodr¨ªguez recuerda visitarla cuando ten¨ªa tres o cuatro a?os.
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