La dama del ¡®feeling¡¯
La cantante cubana Omara Portuondo, de 82 a?os, llega a Madrid con Buena Vista Social Club El disco, producido por Ry Cooder, la lanz¨® al ¨¦xito de la mano de Compay Segundo en 1997 En los a?os 40 cre¨® con el cuarteto Las d'Aida el estilo 'feeling', fusi¨®n de jazz y bossa nova
Se le conoce como la leading lady de Buena Vista Social Club, como la novia del feeling, y como la bailarina estrella del cabaret Tropicana. A sus 82 a?os, Omara Portuondo (La Habana, 1930) todav¨ªa vive por y para el bolero, el danz¨®n o la habanera. A los 17 a?os se convirti¨® en una de las voces m¨¢s importantes de su pa¨ªs en bandas como Loquibambla Swing o Las d¡¯Aida, cuarteto con el que cre¨® un nuevo estilo conocido como feeling, una fusi¨®n de jazz y bossa nova. A esta cubana de ascendientes vascos todav¨ªa le queda, asegura, mucha guerra que dar. ¡°Morir¨¦ como todo artista: montada sobre alg¨²n escenario¡±, dice en conversaci¨®n telef¨®nica desde un hotel de Sulmona, Italia, desde donde hoy viajar¨¢ a Madrid para tocar en el Teatro Circo Price dentro de la gira europea de Buena Vista Social Club.
Su voz es suave, de ritmo pausado, y denota un don de gentes que la edad no ser¨¢ capaz de frenar. Tiene historias, cientos de recuerdos en los que bucea para retratar su vida, pero si algo no admite es que se le pregunte por la situaci¨®n pol¨ªtica de su pa¨ªs. ¡°?Salir de Cuba? ?Acaso abandonar¨ªa usted su pa¨ªs? Soy feliz all¨ª, es Mi cocodrilo verde¡±, contesta mientras tararea la famosa canci¨®n. Reconoce que su pa¨ªs, ¡°a diferencia de otros¡±, no tiene dinero para pagar a los m¨²sicos ¡°de fuera¡±, pero asegura que eso no es un impedimento para la fusi¨®n de estilos y la recepci¨®n de artistas en la isla caribe?a.
Para Portuondo la grabaci¨®n del disco Buena Vista Social Club en 1996, producido por el guitarrista norteamericano Ry Cooder, supuso un antes y un despu¨¦s. ¡°Todo fue casualidad¡±, cuenta, pero lo cierto es que se cumpli¨® la profec¨ªa de sus padres: se convirti¨® en la dama del bolero cubano y su voz se empez¨® a o¨ªr en diferentes rincones del globo.
La intenci¨®n de Cooder era reunir a varias generaciones de m¨²sicos cubanos para inmortalizar sus mejores temas. Compay Segundo (La Habana, 1907-2003) como voz y guitarra; Ibrahim Ferrer (Santiago de Cuba 1927-La Habana 2005), voz; El¨ªades Ochoa (Santiago de Cuba, 1946), guitarra... faltaba una voz femenina. ¡°Yo estaba grabando uno de mis discos en solitario en la planta de arriba del estudio, cuando vinieron a buscarme para participar en uno de los temas¡±. Ella no dud¨®. Se puso frente al micro y escogi¨® Veinte a?os. Compay le hizo las segundas voces y no hizo falta repetici¨®n. ¡°Todo el estudio qued¨® maravillado y rompi¨® en aplausos, qued¨® calcado a la primera¡±. Otro de los temas fue Silencio, que interpret¨® con Ibrahim Ferrer. ¡°Yo los conoc¨ªa desde hac¨ªa muchos a?os y por eso me propusieron. A Ibrahim siempre lo buscaban para guarachas y aqu¨ª le dieron la oportunidad de cantar un bolero. Fue maravilloso¡±.
Dos a?os despu¨¦s lleg¨® la filmaci¨®n del documental hom¨®nimo bajo la direcci¨®n de Wim Wenders, que grab¨® su actuaci¨®n en el Carnegie Hall de Nueva York. ¡°Desde muy peque?a me quedaba en casa con mis padres escuchando por la radio a una contralto negra que se llamaba Mary Anderson, que actuaba desde esa sala de conciertos. De repente me vi sobre el escenario cantando y no pude contener las l¨¢grimas¡±.
El sue?o no hab¨ªa hecho m¨¢s que comenzar. Los componentes de Buena Vista Social Club fueron aclamados en infinidad de escenarios internacionales. ¡°El secreto de nuestra m¨²sica es la sencillez, la esencia de los ritmos cubanos. No utilizamos instrumentos electr¨®nicos ni tocamos la bater¨ªa como los rockeros. Los arreglos son los de antes y lo genuino siempre gusta¡±. Omara tambi¨¦n deja al descubierto su halo de amor propio. Antes del fen¨®meno Buenavista, ella ya gozaba de reconocimiento entre los artistas isle?os. Ya pon¨ªa la voz para orquestas cubanas que actuaban en el exterior. En 1969 una orquesta japonesa les invit¨® a realizar un concierto conjunto; los cubanos pon¨ªan la percusi¨®n. ¡°El director de la orquesta pidi¨® que al morir lo enterraran en Cuba, y as¨ª lo hicimos. Ya lo dec¨ªa nuestro poeta Jos¨¦ Mart¨ª: la m¨²sica es el alma de los pueblos y es capaz de unir al universo entero¡±.
No sabe hasta cuando durar¨¢ esta aventura. Ya no tiempo para deleitar al p¨²blico del Tropicana, que contin¨²a en activo como uno de los clubs de ¨¦xito en la isla. ¡°La naturaleza es lo m¨¢s grande y a mi se me concedi¨® el don de los ritmos, la posibilidad de transportar la pasi¨®n a las letras y proyectarla con un chorro de voz. Que sea por muchos a?os¡±.
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