Iria busca la diana
La arquera ferrolana acumula experiencias en su debut en unos Juegos Ol¨ªmpicos
Estudia periodismo y le agrada la perspectiva de verse alg¨²n d¨ªa ante una hoja en blanco, pero ahora a Iria Grandal le toca estar al otro lado de la noticia para que le escriban la cr¨®nica de su peripecia ol¨ªmpica, la de una arquera ferrolana que va a cumplir los 22 a?os y hace ocho meses ni siquiera se imaginaba un verano londinense, desesperada como estaba por los vaivenes de un deporte en el que la progresi¨®n llega a base de mecanizar el gesto, de repeticiones y horas de entrenamiento, pero tambi¨¦n gracias a una fortaleza que poco tiene que ver con el f¨ªsico y s¨ª con sobrellevar la estimable tortura mental que desemboca en la punter¨ªa, en la diana.
Iria apunta bien. Con tres a?os ya quer¨ªa saberlo todo sobre aquellas flechas que disparaban sus padres en el Club de Campo de Ferrol. Con siete le dejaron un arco. Desde entonces es su vida, lo que le ha llevado a Madrid para prepararse interna en la Residencia Blume. "Lo he pasado mal, pero siempre me ha compensado", reconoce. Todav¨ªa es una deportista en formaci¨®n, con un trabajo reciente para superar una tara que lastraba sus resultados y que tiene que ver con lo que le pasaba por la cabeza justo en el momento de tirar. El problema de Grandal es el clicker, una l¨¢mina de acero que se coloca sobre la flecha y que en el momento en que se tensa salta e indica con un clic que ese es el momento de disparar. Ocurre, y es bastante com¨²n incluso en la ¨¦lite, que en el instante en que salta el ruido el arquero tiende a sufrir, bien un ligero espasmo espont¨¢neo, bien un bloqueo que le lleva al fracaso. Surgen entonces los miedos, la inseguridad. Iria ha llegado a escuchar ese ruido hasta cuando no emplea clicker. "Lo ideal ser¨ªa tener la mente en blanco. Algunos hasta cantan canciones para relajarse. Yo procuro no pensar en nada y tirar r¨¢pido. El tiro con arco tiene un cierto parecido con el golf en el sentido de que es un deporte muy t¨¦cnico en el que tienes que hacer un movimiento muy concreto que no tiene marcha atr¨¢s", detalla Grandal, que trabaja al menos una hora a la semana con una psic¨®loga deportiva. Ambas van en una l¨ªnea concreta: sus Juegos ser¨¢n los de R¨ªo de Janeiro, ahora el objetivo es dar lo mejor y aprender.
Por eso acumula experiencias como quien recoge un tesoro. Ella y su compa?ero El¨ªas Cuesta fueron los primeros deportistas espa?oles en llegar, lo hicieron el pasado d¨ªa 16, a Londres; tambi¨¦n se convirtieron, f¨²tbol al margen, en los m¨¢s tempraneros a la hora de ponerse en acci¨®n, detalle que les puso bajo los focos medi¨¢ticos, una novedosa experiencia. "Impresiona un poco", concede Grandal, a la que el ajetreo no le despista por m¨¢s que el pasado viernes no fuera un d¨ªa cualquiera: comenz¨® con su debut en la fase preliminar de la competici¨®n y acab¨® de madrugada en su habitaci¨®n de la villa ol¨ªmpica tras un desfile que finaliz¨® al calor del pebetero. "No sab¨ªamos si nos iba a dar tiempo a llegar al desfile, pero eso no me afect¨® a la hora de competir". A la postre le sobr¨® tiempo para vivir una de esas experiencias por las que merece la pena sacrificarse. "Llegu¨¦ a la Villa medio muerta, cojeando, con la espalda y las piernas doloridas tras tanto tiempo esperando para desfilar y luego estar de pie hasta el final. Me tom¨¦ hasta un ibuprofeno para poder dormir, pero es algo que no se puede explicar, solo vivirlo". All¨ª sinti¨® la cercan¨ªa de mitos que solo hab¨ªa visto en televisi¨®n, de tipos como Kobe Bryant que no sab¨ªan decir que no. "Otros de la NBA parec¨ªan un poco chulitos, pero a m¨ª me dio hasta pena porque estaba avasall¨¢ndolo, pidi¨¦ndole fotos. Y ¨¦l posaba y sonre¨ªa. ?Pedazo de deportista!".
Tras lo excepcional, el fin de semana supuso un cierto regreso a lo cotidiano, a la rutina del entrenamiento para preparar el duelo del pr¨®ximo mi¨¦rcoles, previsto a partir de las 16.39 de la tarde contra la colombiana Ana Mar¨ªa Rend¨®n. La tanda de tiros del viernes sirvi¨® para conformar el cuadro, los treintaidosavos de final a los que Grandal llega tras acabar la 53 de 64 en esa tanda de clasificaci¨®n. No parte como favorita. "Pero me he sentido muy c¨®moda y con margen de mejora", dice. Le espera adem¨¢s un campo de tiro diferente al del viernes, un escenario impactante, el Lord's Cricket Ground, un estadio conocido por ser la catedral mundial del cricket, un monumento en el que hasta hoy apenas ha podido entrenar media hora. "?Dios m¨ªo! Impresiona. Y con las gradas llenas, las c¨¢maras¡". Hay respeto, pero tambi¨¦n destila osad¨ªa Grandal. Nadie la esperaba en Londres, pero la ¨²ltima semana de mayo supo ganarse el pase en el campeonato de Europa y convertirse en la ¨²nica arquera espa?ola en participar en los Juegos justo el primer a?o en el que se hab¨ªa situado entre las tres primeras del ranking nacional. "No me pongo l¨ªmites ni metas", advierte.
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