La periferia existe
La orquesta hist¨®rica del festival ofrece un concierto de sinfon¨ªas de autores alejados de la musicolog¨ªa germ¨¢nica
La posteridad solo premia a los vencedores. En la segunda mitad del siglo XVIII Europa bull¨ªa de actividad musical diversa. Pero, como aclaraba el music¨®logo Josep Dolcet en sus notas al programa de mano, la potente musicolog¨ªa germ¨¢nica, sostenida por su colosal y bien engrasado aparato universitario, consigui¨® convencer en el siglo XIX y XX a portugueses, espa?oles, suecos y otros perif¨¦ricos europeos que, o bien no tuvieron clasicismo, o lo tuvieron de pacotilla y que cualquier realizaci¨®n que no obedeciera a los modelos hegem¨®nicos era un atraso o un error. La realidad, adem¨¢s, le daba la raz¨®n. Haydn, Mozart y Beethoven, los machos alfa del clasicismo central vien¨¦s, fueron los que se aparearon, tuvieron descendencia, crearon estilo y acu?aron modelos hasta el extremo de que los propios perif¨¦ricos, pocas d¨¦cadas despu¨¦s, se avergonzaban de las m¨²sicas de sus antiguos autores que consideraban una birria.
Sobre estas supuestas birrias olvidadas, se centr¨® el hermoso, educativo y necesario concierto que el Festival de Torroella de Montgr¨ª ofreci¨® el domingo en la iglesia de Sant Gen¨ªs.
Liderada desde el puesto de concertino por Liana Mosca, la Academia 1750, la orquesta hist¨®rica del festival, ofreci¨® interpretaciones pertinentes, cabales, jugosas y llenas de gracia de siete breves sinfon¨ªas de autores que, con la excepci¨®n de Domenico Scarlatti (1685-1757) eran poco conocidos, como el alem¨¢n, activo en Suecia, Joseph Martin Kraus (1756-1792), el ingl¨¦s William Boyce (1711-1779), el barcelon¨¦s Carles Baguer (1768-1808) o totalmente desconocidos para el gran p¨²blico como el d¨¢lmata Luka Sorkoevi (1734-1789), el polaco Jan Wanski (1762-circa 1800) y el portugu¨¦s Carlos Seixas (1704-1742).
El resultado fue uno de los mejores de la experiencia de la m¨²sica: el del descubrimiento. El p¨²blico sali¨® feliz y m¨¢s sabio pues ahora sab¨ªa que la periferia del clasicismo no fue una birria. Son producciones propias as¨ª las que dan sentido inmediato y utilidad social a largo plazo a un festival.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.