Un patinazo en el peor momento
La imagen del Gobierno vasco acaba de recibir un sonoro sopapo con el archivo del denominado caso Justicia. Este previsible rev¨¦s llega, adem¨¢s, en un momento especialmente inc¨®modo para la estabilidad del propio Ejecutivo, acuciado por quienes entienden que su soledad en tiempos de crisis econ¨®mica aboca a un adelanto electoral. Pero el corpus del debate ahora es bien diferente. Alguien se ha equivocado gravemente en el departamento de Idoia Mendia y aquella denuncia irradiada con tanto ardor hace medio a?o porque se hab¨ªan malgastado irresponsable e intencionadamente 23 millones de euros no puede quedar reducida a la respuesta de un simple acatamiento. Alguien debe explicar d¨®nde ve¨ªa la comisi¨®n de un delito. No se puede sospechar de una negligencia de tama?a envergadura econ¨®mica y procedimental y luego refugiarse en el silencio como si fuera papel mojado.
Todav¨ªa hoy se antoja inimaginable que personas con largo recorrido en los procedimientos administrativos, con una contrastada carrera judicial de por medio, no hayan sabido distinguir un error de uso administrativo de un cohecho y as¨ª generar una sensaci¨®n de alarma que no va m¨¢s all¨¢ de un estrepitoso patinazo. Precisamente por el prestigio de esta trayectoria profesional de quienes inspiraron tan grave denuncia en sede de Gobierno cobr¨® fuerza en su d¨ªa y, de hecho, su irremediable proyecci¨®n p¨²blica arrastr¨® a quienes encontr¨® por el cauce, incluido el propio beneficio de la duda.
En Justicia, como no pod¨ªa ser de otra manera, han cre¨ªdo en la solidez de su denuncia hasta que ayer mismo les llam¨® el fiscal para abrirles los ojos. De hecho, uno de sus asesores, peligrosamente acostumbrado a interpretar las referencias medi¨¢ticas sobre el departamento, lleg¨® a asociar ingenuamente la larga declaraci¨®n de la viceconsejera Cinto como prueba evidente de que las pruebas acusatorias ser¨ªan determinantes a su favor. Quiz¨¢ estos errores intuitivos expliquen m¨¢s f¨¢cilmente por extensi¨®n que demasiada gente de la Administraci¨®n p¨²blica vive fuera de la realidad o que al levitar dos palmos sobre la acera han decidido construir su propio h¨¢bitat para que nadie le despierte del sue?o. En ese caso, no es de extra?ar que mazazos que reciben como el archivo del caso Justicia les sigan pareciendo inimaginables.
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