Alberto D¡¯Hont Feij¨®o
Tratan de primar las mayor¨ªas electorales justo cuando m¨¢s rechazo hay a las fuerzas mayoritarias
No s¨¦ en que habr¨¢ quedado el debate aquel sobre los aut¨¦nticos protagonistas de los cambios hist¨®ricos y de la Historia con may¨²sculas. Manolo trabajaba en la sucursal de NCG que utilic¨¦ un tiempo. No s¨¦ si era el director, el apoderado u oficinista raso, pero era el alma de la sucursal, dentro y fuera, cando sal¨ªa a echar un pitillo o tomaba un caf¨¦. R¨¢pido, efectivo y amable. No lo volv¨ª a ver. No parec¨ªa mayor, pero lo debieron de racionalizar con la sucursal. Mar¨ªa fue lo m¨¢s parecido que tuve nunca a un asesor financiero. Era todav¨ªa m¨¢s joven, pero hace un a?o aprovech¨® una oferta de desvinculaci¨®n de Caja Madrid (s¨ª, ya s¨¦, tengo un ojo de lince en materia financiera). Por lo escuchado el pasado jueves en la Comisi¨®n de Econom¨ªa del Congreso de los Diputados, lo que pas¨® con la mayor¨ªa de las cajas en Espa?a debi¨® de ser cosa de los Manolos y de las Mar¨ªas que trabajaban en ellas. Los que cre¨ªamos responsables en realidad pasaban por all¨ª.
Julio Fern¨¢ndez Gayoso, seg¨²n puntualiz¨® ¨¦l mismo, no pintaba nada en Caixanova desde 2006. En todas aquellas fotos con Feij¨®o y en todos aquellos toma y daca con los de Caixa Galicia, estaba de adorno. En el viejo s¨ªmil futbol¨ªstico, cuando las fuerzas vivas del sur le centraban balones para las negociaciones con el norte, ¨¦l devolv¨ªa melones. No es extra?o que la Xunta no le facilitase la auditor¨ªa de KPMG. Pero, como tambi¨¦n depuso en la C¨¢mara, ?para qu¨¦ remover el pasado? Como dice el viejo bolero de Los Panchos, que sin duda alguna vez ha cantado: ¡°Ya es muy tarde / para remediar todo lo que ha pasado [¡]si tratas de volver/ eso no puede ser¡±. Son los nuevos los que ahora han pedido perd¨®n y los que sirven de blanco de las reclamaciones de los afectados por las operaciones de antes (aunque tambi¨¦n son los que pueden satisfacerlas).
Tampoco Rato pidi¨® perd¨®n. Ni por haber sido quien, en 1998, liberaliz¨® el suelo para que el mercado actuara solito y lo abaratara, ni por las consecuencias de aquella medida en la entidad que presidi¨® dos a?os, Bankia. La deposici¨®n de Rato fue t¨¦cnicamente m¨¢s compleja, y yo me quedo con que los 20.000 millones de euros que el Estado saca de nuestras mangas no los necesita Bankia porque haya ¡°p¨¦rdidas ni agujeros, son adelantos de deterioros futuros¡±. Qu¨¦ visi¨®n. De hecho, esa es una figura perfectamente aplicable a la vida afectiva. Quien se vea en esa tesitura en la que se suele decir ¡°cari?o, no es lo que parece¡±, efectivamente estar¨¢ ante un adelanto de un deterioro futuro bastante inmediato. A m¨ª siempre me pareci¨® que desde que nos cre¨ªmos aquello de que con el euro no hab¨ªan subido los precios, en alg¨²n sitio se dieron cuenta de que en econom¨ªa tragar¨ªamos cualquier cosa del tama?o que fuese.
Exactamente igual que en pol¨ªtica. Buena parte de nuestras autoridades pasaban por all¨ª cuando pusieron la democracia, o faltaron a clase el d¨ªa que explicaron su funcionamiento. Ese entusiasmo en contribuir al menosprecio de la pol¨ªtica y en reducir cargos electos (y reforzar corporaciones no electas, como las diputaciones) es propio de quien convivi¨® con el franquismo sin mayores problemas y recibi¨® a la democracia sin especiales alborozos. O de quien ya creci¨® en la variante espa?ola de la democracia, que incluy¨® un decapado de las instituciones y el pensamiento franquistas para luego darles una imprimaci¨®n y un barniz que las hiciesen presentables.
En esa cosmovisi¨®n que comparten pol¨ªticos y buena parte de la sociedad, las urnas sirven ¨²nicamente para decidir qui¨¦n manda, y los parlamentos son poco m¨¢s que un incordio, o en el caso m¨¢s ben¨¦volo, una formalidad o una tradici¨®n, como las togas de los abogados. El sistema que aventur¨® Esperanza Aguirre, que Feij¨®o cogi¨® al vuelo y que acogen con alborozo los dem¨¢s presidentes auton¨®micos del PP, conecta con ese franquismo sociol¨®gico antes latente y ahora patente. Complementa al sistema D¡¯Hont en primar las mayor¨ªas, ahora precisamente que todas las encuestas constatan el rechazo a las fuerzas tradicionalmente mayoritarias. Cuando la gente, harta y desorientada, busca lo nuevo, se le aplica el modelo de oferta Henry Ford: ¡°La gente puede tener su modelo T en cualquier color, siempre que ese color sea negro¡±. Puede votar a quien quiera, siempre que sea a nosotros, o si se pone muy pesado y nos apura mucho, a los otros.
Las posibilidades que se abren en Galicia son sugestivas. Si se puede cambiar la composici¨®n de un parlamento con la mayor¨ªa de un ¨²nico diputado, la pr¨®xima vez, si por ejemplo hubo medidas que afectaron muy negativamente a la ganader¨ªa, pues se muda la ley para potenciar el peso de Ourense y Pontevedra. Si hay un agravio a los intereses pesqueros, a primar los votos orensanos. ?Qu¨¦ en Lugo andan rabudos por lo que sea?: se le reduce el n¨²mero de diputados a la leg¨ªtima. Gracias a Feij¨®o (o al PP) y a su Parlamento a la carta, Galicia entrar¨¢ en la Historia de la ciencia pol¨ªtica.
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